¿El debut más impactante de siempre? 30 años de Romario
El 5 de septiembre de 1993 el delantero brasileño del Barça salía de titular por sorpresa ante la Real Sociedad. El resto es historia de la Liga española. Quizá uno de los mejores debuts de la historia de LaLiga.
De hecho, el día anterior en la conferencia de prensa, el técnico holandés había jugado al despiste sobre cuál de sus cuatro extranjeros dejaría en el banquillo. Aún con la regla de sólo poder alinear a tres foráneos en el once titular, el técnico holandés deslizó su idea de dejar al brasileño fuera del once. Pero aquel cinco de septiembre, cuando se anunciaron los onces, el carioca estaba entre los titulares junto a Michael Laudrup y Hristo Stoichkov. Ronald Koeman en el banquillo.
Y la apuesta dio resultado desde el inicio. Muy recordados son los tres goles que anotó el brasileño, menos que las tres jugadas nacieron de las botas de un mismo jugador, Pep Guardiola. El ahora entrenador del City entendió desde el primer día cómo surtir de balones a Romario. Tras algún intento anterior de aprovechar la explosividad del 10, en el minuto 16 le mandó un balón en la frontal que la magia del ariete convirtió en gol: con un toque se marchó entre dos defensas y batió a Alberto, meta de los donostiarras.
En la segunda mitad, Romario consiguió poner el Camp Nou a sus pies. En el minuto 66, tras una pared con Guardiola, el delantero salvó la salida del portero para hacer el 2-0. Y cuando el encuentro se acababa, en el 88, el brasileño anotó uno de los mejores goles que se recuerdan en la competición. Un pase alto de Guardiola fue recibido por Romario, que la acomodó con el pecho y, sin esperar a encarar al portero, le superó con una preciosa vaselina.
Al día siguiente, el tema de conversación en el mundo del deporte era la irrupción del delantero centro. “¡Lo enchufa todo!”, se sorprendía Javier Clemente. Jorge Valdano aplaudía la buena visión de Cruyff para incorporar al talentoso jugador, del que acuñó el mítico calificativo de “jugador de dibujos animados”. Incluso el ‘9′ del máximo rival, Iván Zamorano, le elogiaba: “Se va a hinchar”. En un sólo día, aquella afirmación que sonó a bravuconada, la de marcar 30 goles, empezó a tomar forma.