EEUU entregará un armamento clave a Ucrania
Joe Biden da luz verde al envío de misiles ATACMS con el objetivo de fortalecer las defensas aéreas de Ucrania ante los reiterados ataques rusos.
Kiev llevaba reclamando con insistencia más ayuda militar desde hace meses, y en concreto esos misiles, pero Washington se había mostrado reticente al respecto por temor a provocar un aumento en la escalada del conflicto con Rusia. Ambos lideres mundiales se reunieron este jueves en la Casa Blanca para tratar el tema de proporcionar “una pequeña cantidad” de misiles ATACMS al país atacado.
Biden ya mencionó durante la cumbre de la OTAN en Vilna (Lituania) en julio que estaban considerando el envío de misiles ATACMS a Ucrania, pero en ese momento su atención estaba en el envío de artillería, ya que es lo que más se está usando en el campo de batalla. En el paquete de ayuda a Ucrania anunciado este jueves por Biden y valorado en 325 millones de dólares no se mencionó cuando se hará oficial el envío de esos misiles.
Un envío urgente
La necesidad tan urgente de adquirir los misiles ATACMS se debe a la próxima llegada del invierno, y la posibilidad de que Rusia pueda volver a atacar a ciertas infraestructuras críticas de Ucrania como el suministro eléctrico necesario para mantener la calefacción en los hogares. El paquete de ayuda que proporcionara EEUU incluye en concreto, otra batería de defensa antiaérea HAWK, que permitirá a las fuerzas ucranianas derribar aviones enemigos, así como sistemas capaces de interceptar misiles con el fin de proteger a la indefensa población civil.
Los ATACMS se caracterizan por tener un alcance de unas 190 millas (unos 300 kilómetros), unas 40 millas más que los misiles franceses SCALP y los Storm Shadow ingleses, que ambos países ya han autorizado enviar a Ucrania. Estos misiles serían particularmente efectivos para neutralizar los lanzamisiles rusos en Crimea, desde donde es atacada a menudo la ciudad de Odesa. EE.UU ya había enviado anteriormente a Ucrania cohetes HIMARS, pero el alcance de estos misiles ronda las 50 millas (unos 80 kilómetros), por lo que no eran suficientes para frenar los ataques enemigos.