Edinson Cavani sigue en deuda de goles y Boca padece la sequía del uruguayo

El delantero hasta ahora convirtió una vez en nueve presencias

El fuego que generó no se apagó, pero empezó a quemar de otra manera. Porque el Matador llegó para hacer goles y, sobre todo, para darle un salto de calidad al cuadro azul y oro en los compromisos por la copa tan anhelada. No hay que ser detallista para notar que su clase es diferente, pero el uruguayo no logró plasmarla en goles ni en mucho protagonismo. De hecho, hasta este jueves apenas sumaba el gol a Platense, en ocho encuentros. Entonces, la ida de la semifinal ante Palmeiras encajaba perfectamente para quebrar la sequía.

El hincha no le dirá nada, pero está claro que esperaba verlo con las manos lastimadas de tanto trepar alambrados. De hecho, los aplausos hacia él fueron muy ruidosos, pero también los simpatizantes se aferraron a un posible cumplimiento de la “ley del ex”, porque el palmeirense Miguel Merentiel fue el compañero de ataque de Edinson, y a un eventual resurgimiento de Darío Benedetto, con el recuerdo de su gran serie de 2018.

Quizás hasta la mente del uruguayo se haya desgastado más. Porque –nobleza obliga– el funcionamiento colectivo siempre estuvo tan bajo que obligó a Cavani, más de una vez, a retroceder para colaborar mediante su conocido esfuerzo defensivo, frente a su sensación de vacío con la pelota. Y a poco menos que rezar, tanto en los octavos de final (frente a Nacional, de su país) como en los cuartos (ante Racing) para alcanzar esta semifinal y mantener vivo su anhelo de ser campeón subcontinental en Boca.

La fe sigue depositada en él. El de este jueves se trataba del partido más grande. Tamaño extra, parejo con la de su figura y sus 36 años. Con dos situaciones de gol claras en el primer tiempo generó sendos “¡uuuhhh!”: un cabezazo a los 15 minutos tras un tiro libre potente y exacto de Valentín Barco y una resolución en el primer minuto adicional tras el centro de Luis Advíncula, en la que, incómodo, se las ingenió para ser peligroso.

Ante una consulta periodística en el campo de juego, en la que le remarcaron que había tenido algunas ocasiones nítidas para convertir, respetuosamente aunque con notorio fastidio, remarcó: “A ver, ¿cuáles son las situaciones claras que tuve? ¿Te parece que son claras las pelotas así de fuertes? Eso es lo que te parece a ti. En la cancha las cosas no son tan fáciles como se las ve desde afuera”, respondió Cavani. Que a su voz opinó sobre la producción general de Boca: “Nos faltó el gol. Lo tuvimos un par de veces y pudimos concretamos. El equipo hizo un gran partido contra un gran equipo. Ahora toca pensar en el clásico, y después en la vuelta, allá“, aludió al partido del domingo contra River por la Copa de la Profesional y al desquite del jueves frente a Palmeiras.

Sus toques de calidad son infaltables, pero faltó el más importante: a los 23 minutos de la etapa final, Barco remató y el atacante uruguayo no llegó a empujar la pelota después de una floja respuesta del arquero Weverton. Incluso se torció un tobillo al fallar la definición. Para el último cuarto de hora, el director técnico Jorge Almirón prefirió probar con la compañía de Benedetto, a tono con la nostalgia que generaba tanto la instancia como el rival, en recuerdo de lo de hace cinco años.

“Cavani hizo un gran desgaste, jugó un gran partido. Los delanteros se desgastaron y tuvieron situaciones, Merentiel también. Obvio que necesitan el gol, pero generamos varias. Por eso, más allá de la fortaleza con la que nos vamos porque fuimos sólidos, también nos vamos con una sensación de bronca”, declaró el entrenador boquense sobre la labor de sus atacantes con la pelota y sin ella, y sobre la pólvora mojada que siguen arrastrando.

Si bien Boca tuvo el protagonismo casi completo del segundo período, no resultó tan dañino como debía serlo para establecer una diferencia que lo llevara más sereno a San Pablo. Otra vez sin goles de Cavani, aunque el desempeño de Edinson fue correcto. Otra vez sin goles del equipo todo. Como en tres de los otros cuatro cruces mano a mano por la Libertadores. Y como en 10 de las últimas 11 series de playoffs por la Copa Libertadores, que abarcan desde el 2020. Cavani, de todos modos, mira con optimismo: “A veces entran; a veces no entran. Pero bueno; hay que seguir con fe y seguir laburando”.


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