Djokovic logra su 24º Grand Slam e iguala a Margaret Court

El serbio se venga del ruso Medvedev en la final del US Open e iguala el récord absoluto de la australiana. Distancia en dos a Nadal y el lunes será número uno.


Nacho Albarrán
As
Dicen que la venganza es un plato que se sirve frío. Anoche, dos años después de que Daniil Medvedev le arrebatara la posibilidad de hacer el Grand Slam de calendario en la final del US Open (triple 6-4), Novak Djokovic venció al ruso con parecida contundencia (6-3, 7-6 (5) y 6-3 en 3h16) para obtener su 24º título en la máxima categoría de torneos (cuarto en Nueva York) e igualar el récord absoluto de la australiana Margaret Court. El serbio le saca dos ahora a Nadal (22) y cierra el año de majors con éxitos en Melbourne, París y Nueva York. Nadie había cuatro veces tres Slams en un mismo año (2011, 2015, 2021 y 2023). Con 36 años, es el campeón más viejo del evento neoyorquino y el lunes será de nuevo número uno del mundo, en detrimento del campeón de 2022, Carlos Alcaraz.

“No sé por dónde empezar. Esto significa un mundo para mí. Me repito, pero siempre tengo que recordar que estoy viviendo el sueño que tenía de niño: competir al más alto nivel en el deporte que me ha dado tanto a mí y a mi familia”, dijo Djokovic en la entrega de trofeos. “Nunca me imaginé que estaría aquí hablando sobre tener 24 Grand Slams. No pensaba que esa iba a ser la realidad. Pero en los últimos dos años sentí que tenía una oportunidad de hacer historia, y por qué no agarrarla si se me había presentado”, añadió. “Primero quiero preguntarle a Novak qué hace todavía por aquí, venga ya. Bromas a un lado, es nuestra tercera final de Grand Slam, quizás no la última porque seguirás en muchas más. No sé cuándo planeas bajar un poco el ritmo. Pero enhorabuena a ti y a tu equipo. Yo creo que no he tenido una mala carrera y tengo 20 títulos, tú tienes 24 Slams. Wow, es increíble”, expresó Medvedev.

El primer punto del partido fue una muestra de lo que se esperaba que fuera. Un intercambio muy largo del que Djokovic salió victorioso. El de Belgrado sentía la bola de maravilla y ganó en paciencia a uno de los jugadores más consistentes del circuito. Medvedev, doble falta mediante, se vio enseguida quiebre abajo, a remolque. Después sí fue capaz de ir salvando sus servicios, pero hizo poco daño al resto. De hecho, no tuvo ni una sola opción de break por culpa de la precisión, sobre todo, del revés de Djokovic, director de orquesta en esos compases iniciales, que pudo incluso cerrar el primer set al resto, aunque finalmente lo hiciera con su saque.

La tarea de remontar se le presentaba hercúlea a Daniil, porque su rival llegaba a la cita con marcas demoledoras tras ganar el primer set en partidos del US Open (72-1) y en finales de Grand Slam sobre pista dura (10-1). El moscovita podía agarrarse a ese uno del segundo balance, correspondiente al duelo por el campeonato que se le escapó Nole en el estadio Arthur Ashe tras adelantarse contra Stan Wawrinka.

Pundonor no recompensado

Puso todo de su parte con ese comportamiento rocoso que le mantiene firme en los rallyes y el saque le ayudó. Si problema es que era aún mejor el de un Djokovic teatral, que soltó la raqueta tras un revés y se echó al suelo después de fallar una dejada. Sus tres primeros turnos los solventó en blanco y acreditó una racha de 16 puntos seguidos con su servicio, contando los dos que ganó al final de la primera manga, hasta el primer tanto del octavo juego de la segunda (que duró más de 12 minutos).

Después, un par de dobles faltas le complicaron la vida, hasta el punto de tener que enfrentar su primera bola de rotura en contra, que tardó en llegar para Medvedev 1:44. El Houdini del tenis sobrevivió con tres voleas maravillosas. Sin embargo, la amenaza rusa estaba ahí y la física también. Hacía estiramientos Djokovic, que parecía fundido, mientras que Medvedev llegaba sobrado a sus dejadas. A eso se añadieron las dificultades para sacar que le llevaron a buscar envíos abiertos para asegurar el desempate. Y por esa grandeza que demuestra día sí y día también, salió de él victorioso (su registro es 26-5 en tie breaks durante 2023). A Daniil le faltó valentía para subir a la red en el 7-5. Para colmo, el esfuerzo baldío tras 104 minutos de set, el más largo en la historia de la finales del torneo, le pasó factura y tuvo que pedir tiempo muerto médico para que le masajearan el hombro izquierdo mientras Djokovic, aliviado, se iba al vestuario.

La dificultad para la remontada se redobló. Luchaba el ganador de cinco títulos este año contra un 126-0 en partidos de majors en pista dura en los que tomó ventaja de dos mangas. Y ese muro tan alto se le hizo infranqueable. Refrescado, el serbio, salió decidido a resolver. Lo consiguió navegando con acierto por un extraño torrente de roturas en el cuarto set que le benefició. Una derecha fallada por Medvedev le entregó el triunfo. La ciudad que nunca duerme, donde había perdido seis finales (4-6 después de esta), le concedió uno de los mejores días de su carrera, con dedicatoria en la camiseta conmemorativa para el fallecido escolta estadounidense Kobe Bryant, que jugó durante sus últimas 10 temporadas en la NBA con el 24 en la espalda (Mamba forever, con una foto de ambos juntos). De leyenda a leyenda.


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