Brahim llama al 4-3-3
Ancelotti restó importancia al fallo esquemático, pero el rombo se desdibujó en el primer duelo de tronío. La sombra del regreso al pasado, al juego con extremos personificado en el malagueño, aparece.
El resultado invitaba a la locura, pero no fue hasta que apareció Brahim cuando el desequilibrio entró en escena. El 21 acostumbra a exprimir sus minutos y en el Metropolitano volvió a hacerlo, dejando conducciones verticales, un par de centros peligrosos, un chut lateral tras jugada personal y, sobre todo, el runrún constante de que algo podía pasar cuando recibía el balón. Al Madrid le sentó bien jugar, aunque fuese una muestra escasa, con dos extremos y un ariete. Porque el plan inicial, ese que hizo que Ancelotti se autoinculpara (”Todo es culpa mía”), fue desactivado por Simeone, que verbalizó el cómo: “Sabíamos que podíamos hacer daño por los costados, que sufrían en los centros laterales al segundo palo. Intentamos entrenarlo, buscarlo, y lo ejecutaron de la mejor manera”. Localizó la falla en el sistema y así se cocinó el 3-1, el primer patinazo del Real Madrid en el curso.
Efecto dominó
Ancelotti acabó disgustado con la “fragilidad defensiva”, pero hasta ese minuto 70 el Madrid fue demasiado previsible. El Atleti buscó, y encontró, la espalda a las bandas blancas, porque los laterales, ayer Lucas y Fran García, son armas en este Real Madrid del rombo al centralizar el esquema en zona ofensiva. Jugar con extremos permite al dos y al tres no tener que forzar tanto sus apariciones en ataque y evita el efecto dominó que penalizó tanto Simeone. El énfasis en el ataque lateral no es tal con el 4-3-3, por el mero hecho de tener extremos encargados de generar el peligro, permitiendo que las incorporaciones desde la retaguardia se espacien y sean más sorpresivas. Así lo resumió Álvaro Benito en Carrusel: “El sistema ha naufragado. La estructura no funciona. La defensa del área ha sido muy pobre. Está a tiempo de regresar al 4-3-3. Si se tiene que quedar algún centrocampista en el banquillo se tendrá que quedar”.
Por ello, la entrada al campo de Brahim alumbró ese llamamiento al “sistema viejo que tanto dio” al Madrid “en el pasado”. Amén de ser una reivindicación más del malagueño. “Es uno de los jugadores afectados de este inicio de temporada. Cada vez que ha jugado ha aportado y la idea es darle más minutos”, reconoció Ancelotti tras la victoria ante el Union Berlin. Partido en el que, una vez más, dejó algún flash a pesar de entrar al campo en el 81′. En el Metropolitano apareció antes, pero fue el quinto cambio (antes entraron Joselu, Mendy, Tchouameni y Nacho). En el 4-3-3 se pierde un centrocampista para ganar un atacante, aunque Vinicius está a un paso de volver y ello complica el minutaje aún más. Eso sí, en un dibujo u otro, Brahim enarbola la bandera de la reivindicación.