Boca jugó a la pelota: con suplentes y una muy buena tarea, se impuso a Central Córdoba y mira más esperanzado el futuro
En Santiago del Estero, mientras espera la semifinal por la Libertadores y el superclásico, fue muy superior y anotó tres lindos goles
El tema principal es la ansiedad. O cómo manejar la eternidad de la ansiedad, un mal que excede los libros de psicología. Es parte de la vida misma; también, desde luego, del fútbol profesional. Boca tiene una obsesión: ganar la Copa Libertadores, un objetivo que no cumple desde 2007. La semifinal están a la vuelta de la esquina: el jueves 28, chocará con Palmeiras en la Bombonera. Y una semana después afrontará el encuentro decisivo, en San Pablo.
En el medio de lo que más lo interesa –tal vez, lo único hoy por hoy–, se citará con River, en la Ribera, el domingo 1 de octubre. Un desafío mayúsculo, en medio del festín internacional, y tal vez con algunos intérpretes que se desempeñan en mayor medida en el campo local. Boca juega con dos formaciones, más allá de los repentinos cambios de nombres y de sistemas de Jorge Almirón.
Lo mejor, en la Libertadores. Lo bueno, en la Copa de la Liga y en la Copa Argentina. Boca, que no brilla con ninguna alineación, compite en todos los escenarios. Más allá del salvataje de los penales y de un juego que suele recorrer la columna del debe, el equipo xeneize sigue de pie. Compite. Lo que no es poco, si espía alrededor. Ninguno de los poderosos está en su sintonía. Además, por supuesto, es el único club que defiende el fútbol argentino ante los tres brasileños. Fluminense vs. Inter, de Porto Alegre, es la otra llave, rumbo a la finalísima del Maracanã.
En la errática tarea contra Defensa y Justicia, Almirón eligió una mayoría de titulares el último viernes. Este martes, en Santiago del Estero se inclinó por casi todos suplentes más Sergio Romero en el arco (tapó fenomenalmente una pelota). Central Córdoba no tiene punto de comparación con el Halcón: es un conjunto entusiasta que juega con lo puesto. Liderado por Lucas Gamba, que a los 36 años engañó al documento y a algunos zagueros boquenses, aunque de vez en cuando. Pulga Rodríguez, de 38, esperó su momento desde el banco de suplentes, ahora sí rumbo a la etapa final de su asombrosa carrera. Jugó la segunda mitad, sin destellos de su clásico potrero.
Exequiel Zeballos amaga y amaga, pero cuando resuelve es una delicia. Miguel Merentiel está peleado con el arco; Lucas Janson es un torbellino; Jorman Campuzano expuso cierto orden y progreso. Y entre todos, Cristian Medina como respuesta a todo. Es cierto: el volante perdió la explosión de semanas atrás. Sin embargo, sigue siendo el jugador más criterioso de Boca. Con él, el subibaja de algunos y el bajísimo nivel del local, Boca produjo 11 remates en el primer tiempo (dos al arco), un hallazgo para un equipo al que suele costarle pisar el área ajena.
Algunas muestras. Un zurdazo de Medina, en posición de número 9, viajó por arriba del travesaño. Al rato, el arquero Matías Mansilla le contuvo un disparo a Medina y, en el rebote, ante el arco vacío, Merentiel tiró el balón por arriba. El arquero le ahogó el festejo a Janson, luego de otra muy buena jugada. Y un bombazo de Chango Zeballos, alto y desviado, resultó otro llamado de atención. Si el fútbol se juzgara por merecimientos, Boca debió irse al descanso con un cómodo 2-0.
En el amanecer de la segunda parte, un pase de salón de Zeballos encontró la subida tantas otras veces improductiva de Lucas Blondel. En este caso, el número 4 sacó un latigazo inatajable. Suma 15 goles en su carrera; dos, con la camiseta xeneize. El espectáculo fue entretenido hasta el final, porque Central Córdoba avanzó en su desorden estructural y Boca respondió con precisión en velocidad, uno de los ítems influyentes en el fútbol de hoy. Un bombazo de Merentiel a un palo fue un nuevo aviso.
No hubo equivalencias de tarde, ni de noche: Janson, con una comba y fuerza exacta, consiguió su primer gol en Boca. Más que nunca, el ganador se sostuvo con la complicidad de parejas y triángulos que inmortalizó el Flaco Menotti: “Las pequeñas sociedades crean grandes equipos”. Boca está lejos de esa máxima, pero dio una muestra alentadora con los suplentes y como visitante, una condición que estaba costándole mucho sobrellevar. Blondel, Medina y Zeballos por aquí, Campuzano y Equi Fernández por allá y Marcelo Saracchi-Janson en la otra banda. Ambicionó más Almirón en el final, con los ingresos de Norberto Briasco y Darío Benedetto; cada uno con sus propias sombras, buscaron lo mismo. Centro de uno y cabezazo del otro para transformar la victoria en goleada.
Compacto de Central Córdoba 0 vs. Boca 3
Boca escondió las preguntas y ofreció unas cuentas respuestas.