Boca: el número 5, un puesto sin dueño en el equipo de Jorge Almirón
El DT prueba variantes pero ninguna, hasta ahora, logra consolidarse
Alan Varela dejó un vacío. Emocional dentro del vestuario y el club, pero futbolístico si se habla de nombres que eran una fija para el DT. Incluso, bajando su rendimiento con respecto a otras épocas, pero terminando con mayor confianza su vivencia en el club cuando el Consejo de Fútbol que comanda Juan Román Riquelme aceptó transferirlo a Porto, de Portugal, por US$ 12.000.000.
Entonces, el dilema: ¿Con quién reemplazarlo? En el mercado de pases, que cerró el pasado jueves, tanto Almirón como el equipo de trabajo del directivo decidieron no ir a buscar un N°5. En gran parte porque el técnico ya tenía clara la mira: Jorman Campuzano retornaba tras la cesión al Giresunspor turco y, como ya conocía sus características al dirigirlo en Atlético Nacional durante 2018, lo proyectó como la opción ideal, teniendo en cuenta que –probablemente– sea el que más siente la posición.
El colombiano parece no colmar esas expectativas altas que tenía el técnico. Por ahora, suele meterse en las formaciones alternativas o que presentan un mix, aunque sí jugó el primer desquite de octavos de final ante Nacional, en Uruguay, como doble ‘5′ del joven transferido: los tres compromisos que disputó de titular le dan la derecha a esa nueva sensación de Almirón, porque se lo notó lento, sin el olfato de la recuperación ni siendo un gran eje de salida para el equipo. En dos de esos encuentros decidió sacarlo en el entretiempo.
Es una parte del contexto que muestra que algo falta en el plantel. Sobre todo, cuando en menos de un mes se verá las caras con uno de los poderosos de Brasil: tiene que llegar a la serie con más certezas que nunca. De hecho, todavía tiene una chance para incorporar, pero es ínfima. La institución debe exportar, al menos, a uno de sus jugadores, a través de una venta o un préstamo, hasta el 12 de septiembre, siendo esa la fecha límite para contratar el reemplazo.
¿Su llave? Sebastián Villa, en conflicto por considerarse un jugador libre. Desde la Ribera empiezan a hacer saber la postura de conformarse con lo que tienen. Hace semanas trascendieron nombres como los de Gastón Giménez o Andrés Cubas, ambos en la Major League Soccer. Al igual que Rodrigo Battaglia, de Atlético Mineiro: según supo LA NACION es un jugador que agrada enormemente, pero apenas habrían llegado a una consulta informal.
Entonces, a barajar el mazo que hay en la Bombonera. Incluso, con una ida muy reciente: Esteban Rolón, incorporado a mediados de 2021 sin llegar a justificar la contratación, partió a Belgrano en condición de préstamo por 18 meses.
En la serie completa ante Racing quedó en evidencia que el mediocampista elegido –al menos parcialmente– es Guillermo Fernández. Sebastián Battaglia lo probó ahí en 2022, generando buenas sensaciones de arranque, pero desistiendo pocos encuentros después. “Pol” es un jugador al que la gente resiste. A veces, por lo bajo; otras, con murmullos. Más como N°5, un puesto delicado. No la pasó mal, pero tampoco se destacó y hasta pasó muy inadvertido. Para Almirón es titular y capitán, pero él todavía no termina de encontrar su lugar en la cancha.
Equi Fernández fue la figura en los 90 minutos en el Cilindro, quiso ocupar esa zona para ser salida en un instante del primer tiempo, pero su andar es tan sereno que, en el medio del giro, le quitaron la pelota cerca del área: lo salvó el árbitro Matonte, que vio una infracción que no existió. El DT lo piensa más como interior que como volante central en soledad.
Almirón utilizó a Cristian Medina hace unos meses ante Belgrano (2-0) para hacerle frente a la ola de expulsados que dejó el último superclásico (0-1). Fue una de las figuras, pero lo suelto que juega hoy (es el mejor del equipo y tiene gol) expone el pecado que sería limitarlo a ser un volante tapón.
Diego González, primero, está muy por detrás en la consideración y, segundo, repite la tendencia: no es mediocentro defensivo. Incluso, lo poco que juega lo suele hacer al lado del hombre de marca, pero “Pulpo” desaprueba en los rendimientos y al hincha no le genera nada su estadía. Hasta Juan Ramírez ha sido ubicado allí en una práctica, pero parece haber sido sólo eso: siente mejor el ataque individual antes que el despliegue defensivo. Los dos últimos perdieron mucho terreno.
Esta tarde volvería a ser el turno de Campuzano en un puesto que se peleará partido a partido. Almirón debe encontrar al ‘5′ rápido, darle rodaje y estar seguro de quién lo será ante Palmeiras. Ahora tendrá tiempo para afianzar su idea.