¿Un Milei uruguayo?: quién es el senador que se define como “anticasta” y celebró el resultado de las primarias argentinas
De acuerdo a las encuestas, cerca de un 10% del electorado de Uruguay es afín a discursos contra el sistema político
Da Silva dijo que Milei entendió el desencanto de la población argentina con un relato cultural hegemónico de la izquierda y siente una conexión con el candidato en el discurso que tiene contra la “casta”. “Acá ese discurso anticasta lo hacemos solamente la (senadora) Graciela Bianchi y yo”, dijo. La legisladora que mencionó también pertenece al Partido Nacional y ambos son parte del sector que llevó a Luis Lacalle Pou a la Presidencia del país. Bianchi suele ser combativa en su cuenta de Twitter con dirigentes de la izquierda.
Da Silva entiende que en Uruguay la “casta” está encarnada en el Frente Amplio (que gobernó entre 2005 y 2010) y el movimiento sindical.
“La exageración de lo políticamente correcto idealiza una vida inexistente por la cual uno vive encorsetado por un leviatán estatal o de normas que te van condicionando desde la galletita que desayunás hasta si podés o no comprar un perro de raza”, declaró el senador.
Pero más allá de esa identificación puntual con un discurso anticasta, en Uruguay parece impensada la irrupción de un Milei uruguayo, aunque hay ciertas “luces amarillas” en su sistema político y existe una demanda por un discurso “antisistema”.
El politólogo Ignacio Zuasnabar dijo al mismo medio que hoy es “imposible” un Milei en Uruguay porque el contexto es diferente al de Argentina. Allí se rompió el bibloquismo, los partidos políticos uruguayos todavía son “fuertes” y la institucionalidad está firme. “En Argentina hay un nivel de bronca, enojo, desencanto acumulado mucho mayor del que hay en Uruguay. Lo importante no es entender a Milei, lo importante es entender las razones que llevan a que Milei tenga el resultado que tuvo”, dijo el director de la consultora Equipos.
En la encuesta del Latinobarómetro, el 28% de los argentinos respondió que el país “debe cambiar radicalmente”, el 45% opinó que “necesita reformas profundas” y el 41% indicó que “puede mejorarse con cambios profundos”.
Los resultados para Uruguay fueron distintos. El 11% quiere un cambio radical; el 41%, reformas profundas; y el 41%, pequeños cambios.
Sin embargo, es probable que en Uruguay exista un 10% del electorado que demande un “antisistema político” o “anticasta”, lo que no necesariamente implica que un solo actor pueda llegar a ese público.
En las últimas elecciones, hubo tres precandidatos que apelaron a discursos antisistema. El multimillonario Juan Sartori –ahora senador–, el empresario Edgardo Novick –desaparecido de la política– y Guido Manini Ríos –el integrante más crítico de la coalición de gobierno– incluyeron ese tipo de mensajes.
“Está claro que esta idea de discutir los privilegios existentes tiene tribuna, pero de ahí a construir un espacio político totalmente antisistema, totalmente crítico como el de Milei, hay un largo trecho, requiere un malestar de fondo mucho más parecido al de Argentina”, dijo Zuasnabar.
El politólogo Diego Luján, en tanto, dijo a Búsqueda que para evaluar los riesgos que enfrenta el país no es necesario solo compararse con Argentina, porque ya está varios pasos adelantada en el descontento social. Si el país se compara consigo mismo a través del tiempo, es “notorio” que Uruguay sufrió un “deterioro en términos de la confianza en la democracia”.
