Tratando de decodificar el manual básico de la política exterior de Lula III

Un decálogo para entender algunas constantes que agudizan o alteran lo que llevó a cabo en sus dos anteriores presidencias

Infobae
En estos primeros 7 meses de Lula da Silva en la Presidencia de Brasil, y luego de haber ganado por un muy estrecho margen y sin mayoría propia y automática en el Congreso ni el control de los Estados más importantes del país, es posible detectar lo que parecen ser algunas constantes que tienden a agudizar y en algunos casos a alterar, lo que llevó a cabo en sus dos anteriores presidencias. También, éste poco más de medio año da a las principales encuestadoras marcando el menor nivel de apoyo de un Presidente brasileño en sus primeros meses de gestión en casi 40 años. Esto dista de no poder ser revertido, pero sin duda es un factor a considerar. Pues entonces, vayamos a éste breve y seguramente incompleto y parcial decálogo:

1- Si en las elecciones que se dan en países de la región no se impone una agrupación que se declara de izquierda y de fluidos lazos con el PT y sus aliados, se señala que la democracias no es plena o esta en peligro. Toda una contradicción con una premisa histórica del Brasil de la no injerencia en los asuntos internos de los Estados.

2- Retomando el punto anterior, si existe un régimen declarado de izquierda y que ha acabado o busca terminar con la democracias y las libertades básicas, Brasilia si recurrirá a la bandera de que la comunidad internacional no se inmiscuya en éstas cuestiones. Llegando a afirmar que mas de 7 millones de refugiados de Venezuela, miles de prisioneros políticos y muertos, es meramente una cuestión de mejorar el relato en Caracas.

3- Si llega a existir un régimen de derecha percibido como peligroso para la libertad, ahí si Brasilia buscara movilización regional y mundial. Recorriendo a instituciones internacionales, ONG, medios de prensa, etc.

4- El futuro económico y geopolítico pasa más y más por él imaginario Sur Global que combina supuestamente la armonía estratégica entre China, Rusia, India, Irán, Brasil, Sudáfrica, Turquía, etc.

5- Ver claras evidencia del descenso relativo del poder material e imagen de los EEUU y sus aliados Occidentales.

6- No considerar relevante cualquiera argumento o análisis sobre los problemas en la economía y la estructura social China en el futuro previsible.

7- En política interna brasileña, el gobierno si puede hacer todas las alianzas y negociaciones que le sirvan para acumular poder. Sea cual sea la historia o perfil ideológico o riñas pasadas.

8- Usar en todo momento y de manera activa en la relación con la administración Biden la distancia ideológica con el fantasmal eventual regreso de Trump al centro de la escena política. Esta tendencia del gobierno demócrata de darle un excesivo peso a mirar que partidos o políticos de la región fueron o son afines a Trump, le ha deparado la supuesta buena nueva para Washington de la llegadas al poder del mismo Lula, Petro, Zelaya y la izquierda chilena. Veremos con el correr del tiempo si esa algarabía se ve justificada por la realidad.

9- También mostrarse en el Washington de Biden como un gobierno super pro ecológico y pos moderno en temas de derechos sexuales y de genero.

Como marco general de todo este listado, también está la lectura del sistema internacional que tiene Celso Amorin, la persona mas influyente sobre Lula en esta materia. En su libro Breves narrativas diplomáticas, pone blanco sobre negro la forma de interpretar el sistema internacional de pos Guerra Fría. Un repaso de los puntos antes señalados, nos dan una idea de un Lula III que asume que él mundo es y será más multipolar y con el Brasil en ese club de media docena de pesos pesados. Quizás solo el paso del tiempo demostrará si esto es así o el actual gobierno brasileño parte de un error básico tal como es no ver lo que en realidad parece ser más un nuevo y complejo bipolarismo entre los EEUU y China.

Por último y por ello no menor importante, el próximo gobierno argentino, en el caso de no estar a cargo de políticos subordinados en lo político y en lo ideológico al Lula III que se limiten a un seguidismo dócil y complaciente, deberá buscar maximizar y potenciar las agendas positivas con Brasil en todos los campos y niveles federales, estaduales, privados académicos, científicos, en Defensa y seguridad, cultural, etc., sin quedar comprometidos en el error de diagnostico básico que parece tener Lula III al momentos de entender la estructura de poder en sistema internacional.


Entradas populares