Tchouameni agarra la titularidad

El francés convence y reafirma su paso al frente en su segundo año en el Madrid. Su gran rendimiento en pretemporada y el notable estreno ante el Athletic, argumentos a su favor.

Mario Ruiz
As
El mejor Tchouameni está de vuelta. Tras una primera temporada de más a menos, en la que acabó perdiendo su sitio en el once, el internacional francés se ha puesto las pilas. Empezó discreto ante el Milan, pero se consagró como uno de los mejores del centro del campo madridista ante United y Barça. Firmó dos actuaciones más que notables, demostrando su poderío físico sobre el resto y su calidad y templanza con el balón en los pies. En la derrota ante la Juventus se notó su ausencia de inicio, con un Madrid desdibujado y mucho más frágil, mientras que en el estreno liguero los de Ancelotti recuperaron la solidez. El Athletic, anulado por completo, se vio superado en el aspecto físico, en un nuevo gran partido del ‘18′, que disputó los 90 minutos.


El francés (23 años) es el ancla del renovado centro del campo del Real Madrid, en el que Kroos y Modric parecen destinados a asumir un rol más secundario. Una medular que rebosa juventud, con una media de 22,4 años, y en la que Tchouameni hace de guardián autoritario e inabordable. El escudero perfecto para que Valverde, Camavinga y Bellingham puedan soltarse en ataque y hacer daño a los rivales con esas galopadas que acabaron siendo letales en San Mamés. De los cuatro, Aurélien es el único que no parece tener un sustituto fijo. Bien es cierto que tanto Kroos como Ceballos parecen los jugadores más capacitados para asumir su rol, aunque sus perfiles no se acercan a la solvencia física y la solidez defensiva que aporta al centro del campo el internacional con Francia.

Un Tchouameni que estaba destinado a dar un paso al frente y recuperar ese impresionante tono físico que le hizo ganarse en el Mónaco la etiqueta de ser ‘el jugador que más balones recupera de Europa’. Se preparó a conciencia en Los Ángeles junto con su preparador Fabrice Gautier, con el que viene trabajando desde los 17 años, y los resultados están ahí. Contra el Barça en pretemporada, a pesar de la derrota, tuvo unos números brillantes: 90% precisión pases, dos pases decisivos, tres regates y 7/10 duelos ganados. Unos números, en especial en lo que respecta a la precisión en los pases, que llaman la atención por su elevado índice de acierto: 97% frente al United y 94,4 % ante el Athletic. Estadísticas al nivel de lo que ya es el de Ruán: uno de los mejores del mundo en su posición.

Su objetivo de cara a este segundo año en la capital de España es claro: recuperar sensaciones. Y de momento no va mal encaminado. Porque cuando Aurélien está a su nivel, el Madrid lo nota y crece en el campo a raíz de la estabilidad que el francés aporta desde la base, pero cuando no está se le echa de menos. La confianza del club en él sigue intacta, sobre todo después de su arranque. Ha dado un paso al frente durante la pretemporada, y se espera que este año pueda consolidarse definitivamente como titular. La lección del año pasado parece aprendida, con un Tchouameni cada vez más valiente y capacitado para hacer olvidar la sombra de Casemiro, que se marchó justo hace un año.


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