San Lorenzo: Rubén Insua convence hasta al más descreído y Adam Bareiro recibe el elogio de un crack mundial
El Ciclón se ilusiona con dar pelea en la Copa Sudamericana; cómo el DT potenció a todos y siempre va por más pese a perder jugadores
-Haciendo ensayos, hablando mucho, pero sobre todo haciendo prácticas largas.
San Lorenzo emociona. Todavía no ganó un título, pero fabrica un contagio en los hinchas como si ya fuera campeón. ¿Acaso no lo es? Si uno ve la foto en la que le tocó asumir a Rubén Darío Insua hace un año y medio y la compara con la imagen actual, es un progreso de vuelta olímpica. El equipo genera una energía que traspasa hasta la televisión, no sólo mueve las teclas emocionales de los presentes en el Nuevo Gasómetro. No importa si Insua (quien le respondió la pregunta inicial a LA NACION hace dos meses) tiene cada vez menos jugadores, el equipo se mantiene fuerte como una roca. Claro que es fútbol y todo lo que se dice una semana puede cambiar en siete días, pero el Ciclón tiene una estructura tan sólida que nada parece hacerle perder el equilibrio. La victoria ante San Pablo por 1-0, un gigante de Brasil que acaba de contratar a una joya colombiana como James Rodríguez, le suma ilusión para intentar ganar la Copa Sudamericana.
Insua dijo tras el partido: “Ellos en sus partidos anteriores no variaban su estilo de juego de local y de visitante. Cuando se enfrentan argentinos contra brasileños hay mucha rivalidad. Nosotros vamos a jugar muy parecido a como venimos jugando de local, con el objetivo de pasar de ronda. Tenemos una semana para preparar el partido de revancha. Vamos a encarar ese partido como si fuéramos cero a cero”.
Todos están encolumnados detrás del DT. Como antes pasó con Agustín Martegani, ahora es Gonzalo Maroni quien arrancó relegado y tuvo que sacrificarse más en su juego (en el ida y vuelta y en la intensidad para sostenerse en el equipo). Y así rinden, se potencian. Porque en principio se trataba de mediocampistas ofensivos que solían jugar más en campo contrario que en el propio. Hoy no hay nadie que se quede suelto en el ataque, desentendido de las responsabilidades colectivas, cuando San Lorenzo no tiene la pelota. Y el abanderado en esa dirección es Adam Bareiro, el 9.
Lo mismo pasa con Nahuel Barrios, el jugador que no tuvo suerte en sus pasos a préstamo por Central Córdoba y Defensa y Justicia pero Insua lo convirtió en un gambeteador desequilibrante.
“Nosotros tenemos una manera de jugar desde hace un año y medio y todos contribuimos para el mismo objetivo”, dice Augusto Batalla, uno de los varios ídolos que generó Insua durante su ciclo. “No pensamos en lo individual, sino en lo colectivo”, remarcó Maroni.
Bareiro es, con seis anotaciones, uno de los goleadores de la Copa Sudamericana. Pero el gol que hizo ante San Pablo este jueves fue un lujo desde la iniciación y también en la definición. El control con la derecha y el posterior toque de zurda tras la asistencia de cabeza de Maroni son dignas de Zlatan Ibrahimovic. O si se viera el mismo tanto un sábado cualquiera de la Premier League con el sello de Harry Kane haciéndole un gol para Tottenham a Manchester United se diría: “¡Pero qué bárbaro!”.
Hace tiempo que Bareiro se destaca no sólo por goles y colaborar defensivamente de manera incansable, sino que además muchas veces se autogenera situaciones de goles con buenos movimientos con el cuerpo, jugando con la presión de los centrales. Por citar un solo ejemplo, los dos penales que el delantero paraguayo terminó convirtiendo ante Independiente Medellín de Colombia fueron luego de infracciones cometidas a él.
Bareiro, además, tuvo la alegría luego del partido ante San Pablo: recibió las felicitaciones de Luis Suárez, delantero uruguayo de jerarquía mundial que actualmente juega en Gremio de Brasil pero todo indica que a fin de año volverá a jugar con Lionel Messi en Inter Miami; volverá a tirar paredes con Leo pero en la MLS, como hizo durante años en Barcelona. “Qué golazo de @SanLorenzo y qué jugador @AdamBareiro09″, publicó en Twitter Suárez junto con un video del golazo del Ciclón.
“Sos uno de mis ídolos, Luis. Gracias por el mensaje que mandaste. Me pusiste muy contento. No me lo imaginaba nunca. Un excelente profesional que ganó todo en esta profesión que compartimos. Es un orgullo grande. De Cuervo a Cuervo, te esperamos en el Bidegain para que vengas a disfrutar de un partido de fútbol o, ¿por qué no? Ponerte la camiseta de San Lorenzo”, le respondió Adam Bareiro vía su cuenta de Instagram.
Insua sufrió las bajas de jugadores claves como Federico Gattoni y Andrés Vombergar, además se lesionó Ezequiel Cerutti, pero todavía no pudo contar con los tres refuerzos que sumó hasta el momento: Carlos Auzqui (extremo), Federico Girotti (N° 9) y Gastón Ramírez (un mediocampista con buena pegada para jugar delante del 5; por eso le había puesto el ojo a Brahian Aleman). También se irá Agustín Martegani. Pero el equipo no se detiene. Perdió a Gattoni como líbero, ensayó con Gonzalo Lujan (otro juvenil surgido del club), pero también ganó más minutos Gastón Campi. Aunque el DT sigue queriendo sumar un defensor central más.
Lo cierto es que cuando Insua llegó a San Lorenzo contaba con tres o cuatro titulares (con respecto a los rendimientos que venía teniendo el plantel) y amplió ese abanico de posibilidades a 14 o 15, con futbolistas que no sólo comenzaron a rendir jugando desde el inicio sino también aportando soluciones desde los cambios. Pero no poder contar con los refuerzos en esta serie fue dar ventaja, por más que el equipo ganó.
Batalla no sólo se transformó en un arquero gana partidos, sino que se potenció como capitán; Malcom Braida relanzó su carrera como carrilero por izquierda (antes era delantero) en el 3-4-3 que utiliza siempre Insua; Agustín Giay hace la banda por la derecha y también ofrece un empuje que levanta al Nuevo Gasómetro; Ivan Leguizamón, el zurdo que llegó de Deportivo Armenio, encontró más lugar tras la partida de Vombergar, tiene desequilibrio aunque le falta más gol, “realismo”; Pablo Hernández se afianzó desde su fortaleza para los manos a mano y los anticipos a un nivel para ser transferido a Europa; Jalil Elías cumple como volante central o carrilero por la derecha; Roca Sánchez puede oficiar de líbero o volante central. Insua tiene devoción por la técnica de los colombianos, aunque entiende que necesitan una adaptación antes de explotar en el fútbol argentino. Rafa Pérez aceleró más rápido porque venía de Talleres.
Pero (sin contar los refuerzos) el abanico se achicó nuevamente para el técnico. Si se toma el banco de suplentes ante San Pablo, sacando al arquero Facundo Altamirano (27), Roca Sánchez (37) y Nicolás Blandi (33), el resto reunió un promedio de edad de 20,1 años. Insua le da mucho valor a las divisiones inferiores por formación y por sentido de pertenencia para entrenar y jugar, para inmolarse por la causa. Les dará la chance, pero quizás todavía hay chicos que no están para dar el salto. Los tiempos de maduración son distintos según cada caso y posición.
Lo mejor de San Lorenzo ante San Pablo
El Ciclón puede perder, pero (en la forma de trabar y contagiar a los de afuera), deja la vida en cada pelota. Así genera emociones que –muchas veces- ni algunos campeones lograron.
San Lorenzo se siente cómodo sin dominar la posesión (ante San Pablo, aunque fue local, tuvo la pelota 28%), pero eso no implica que no sea peligroso a la hora de atacar. O haga golazos. El equipo sueña con ser campeón, el técnico se había puesto ese objetivo no bien llegó, por más que el Ciclón estaba muy mal, pero su optimismo, forma de trabajar y su rol de conducción encolumnó a todos. Hasta a un tal Luis Suárez, que a la distancia festeja los triunfos de su San Lorenzo y los goles de Bareiro.