Racing vivió una noche épica de Copa Libertadores y Roger Martínez no podía tener un regreso más feliz
La Academia revirtió con un 3-0 la serie frente a Nacional, de Colombia, y celebró en Avellaneda la redención ante su gente luego de varios golpazos
Necesitaba una jornada así en la mitad celeste y blanca de Avellaneda. Los futbolistas terminaron apiñados en el centro del campo, saltando al ritmo de los hinchas. Como en una final. Como lo que viene: nada menos que otro cruce con Boca. A esta altura, un choque de época. Desde los cuartos de final de la Libertadores 2020, séra ésta la quinta vez en que se enfrentarán en un formato eliminatorio: Copa de la Liga 2021, Copa de la Liga 2022, Trofeo de Campeones 2022 y Supercopa Internacional 2023. Esta será la primera que se definirá en Avellaneda.
Apenas 15 segundos tardó Racing en generar una posibilidad clara de gol que lo pusiera cerca en el resultado global, tras el 2-4 en Medellín. Jonathan Gómez habilitó a Agustín Ojeda, que perdió el duelo individual contra el arquero Harlen Castillo. Una muestra de lo que vendría.
Como se esperaba, la Academia salió a hacer sentir la localía, no sólo mediante la actitud en el campo. Gabriel Arias, doce días después de su lesión en una entrada en calor en el Monumental, eligió estar en el arco aunque su sóleo averiado no estuviera del todo recuperado. Roger Martínez, el refuerzo rutilante de Racing que eligió el número 10, esta vez también jugó desde el comienzo. Era un partido que le ponía color a un semestre que recién empezaba. Y así lo jugó la Academia.
Roger dio el presente. A los 28 minutos, cuando el empuje inicial de la Academia empezaba a mermar y el Cilindro ya latía al ritmo del “movete, Racing, movete”, el colombiano saltó hasta el cielo de Avellaneda para ejecutar un frentazo tan fuerte como preciso. El último gol de Martínez con la camiseta blanca y celeste había sido el 30 de abril de 2016, en un 1-0 a Huracán en Parque Patricios. Esta vez, el colombiano hasta se besó el escudo. Su tanto más reciente en general había tenido lugar en febrero pasado, para América contra Santos Laguna por la Liga Clausura MX. Éste fue un regreso importante a las redes. En el momento más indicado.
Si había dudas sobre el nivel que mostraría el colombiano, quedaron evacuadas con los 25 minutos en que había estado en el campo en Medellín. No sólo por lo que generó con su fútbol, sino también porque se había animado a dar la cara en la derrota y a asegurar que en Avellaneda la historia iba a ser otra. Asumió esas palabras Roger Martínez y este jueves obligó durante todo el partido a la última línea de Nacional. Fue la figura de la remontada para acceder a los cuartos de final.
Cada vez que la pelota pasó por los pies del número 10, éste dio cuenta de su calidad. Y también de su potencia cuando se lanza en velocidad y tiene terreno por delante. A diferencia de lo que había sucedido en el partido de ida, esta vez Gago hizo lugar a los juveniles que habían levantado el nivel del equipo en el último tramo de la Liga Profesional. Tobías Rubio y Ojeda, ambos en su primer partido como titulares en Copa Libertadores, aportar vértigo por el sector derecho del ataque.
Así llegó el tanto del empate global. Cinco minutos del segundo tiempo marcaba el reloj. Ojeda tuvo revancha de aquella primera jugada. Esta vez sí eligió trasladar y encarar al arquero Castillo, y resolvió tirándole la pelota entre las piernas. Cincuenta minutos después de aquel 4 a 2 doloroso en el Atanasio Girardot, la serie ya estaba equilibrada.
Compacto de Racing 3 vs. Nacional 0
Lo que tanto buscó Racing, el empate, le duró poco, afortunadamente. El rosarino Ojeda llegó a una pelota profunda que parecía perdida por la derecha, Rubio jugó para Roger y el colombiano, otra vez, mostró su jerarquía. En este caso, para sacarse de encima jugadores en el área. Necesitó la complicidad de su compatriota Juan Felipe Aguirre para marcar el 3 a 0.
Martínez dio cuenta de que este fue apenas su segundo encuentro desde el inicio en el año: tras 67 minutos salió reemplazado, por una molestia muscular. Desde el carrito médico recibió una ovación. Apostó a volver al club que le había dado la chance de debutar en la primera división. El destino no podía regalarle una noche de regreso más redonda.