Nacho Vidal frena en seco al Valencia
Un gol de chilena de lateral en el tiempo de descuento le da la victoria a un Osasuna que solo remató dos veces entre palos e hizo dos goles.
Joseba Arrasate exprimió todo el jugo que tiene su plantilla. Los esfuerzos recientes contra el Brujas y los que están por llegar el jueves en Bélgica hicieron que solo Catena, David García y Aimar Oroz repitieran en el once. Quizás por tanta cara nueva, a Osasuna le costó entrar en el partido. Al Valencia, con la novedad de Javi Guerra, que si no había sido titular en las dos primeras jornadas es porque el plan de partido de Baraja era otro, se le veía en cada acción con esa chispa en los ojos que tienen los Fran Pérez o Diego López. Pero a los che, liderados por Pepelu y Gayà, les faltaba esa pólvora que tanto viene reclamando Baraja ahora que el mercado está abierto.
El partido giró hacia el lado de los rojillos a raíz de las dudas de Cenk en un balón dividido. Pablo Ibañez se fue hacia Mamardashvi con la convicción que le faltó al turco para frenarle en el centro del campo y quien le paró en seco dentro del área fue Thierry. De primeras Pulido Santana interpretó que de forma correcta, porque pitó córner, pero al instante Figueroa Vázquez desde el VAR le dijo que revisara la acción. Penalti y gol de Aimar.
Corría el minuto 23 y Arrasate dijo a los suyos que, hasta nueva orden, se hicieran fuertes atrás y con las líneas bien juntitas. Y eso propusieron hasta la última jugada del partido, la del gol de Nacho Vidal. Así lo del Valencia tuvo escenografía de asedio desde antes del descanso -aunque por momentos era más bien un quiero y no puedo- y lo continuó siendo hasta el pitido final.
El gol del empate se hizo de rogar, pero llegó. El killer que les faltaba (y sigue faltando) a los blanquinegros lo encontraron en Hugo Duro, que de cabeza se reencontró con el gol 357 días después. Ahí Mestalla encontró ese cántico coral que le falta sin su Grada de Animación y el 2-1 lo tuvieron a tiro Almeida, Sergi Canós, Thierry y Javi Guerra. Pero, en una de las pocas veces que Osasuna pasó del centro del campo, llegó el córner que acabó con la chilena de Nacho Vidal. Era el segundo remate de los navarros en 95 minutos de partido. Efectividad máxima, la que necesitan tener el jueves en la Conference.