MUNDIAL | EDICIÓN 2023 | GRUPOS | 2ª / JORNADA Felicidad absoluta en Japón

Victoria increíble, épica, de la selección japonesa, que remonta 18 puntos en la segunda parte y elimina a la Finlandia de Markkanen. Kawamura y Hawkinson, héroes.

Juanma Rubio
As
Un toque de magia en el Mundial, y si no que pregunten al público de Okinawa, hirviente durante un último cuarto (¡35-15 de parcial!) que el baloncesto japonés no olvidará nunca: Finlandia, la manada de lobos (los Susijengi) que había sido una de las sensaciones del Eurobasket el año pasado, ganaba 53-71 a falta de 2:46 para acabar el tercer cuarto. Japón ganó 98-88. ¿Qué pasó?

Pues que Japón entró en trance: redujo la desventaja a casi la mitad (63-73) antes del inicio del último parcial, y ahí se lanzó a tumba abierta, en una carrera frenética (anotó 62 puntos en la segunda parte) que metió en colapso a un rival boquiabierto: a mitad de cuarto Japón ya estaba a dos (74-76) y ya no había quien diera marcha atrás. Finlandia se descentró, entró en pánico, cometió demasiadas faltas, quiso arreglar las cosas por la vía rápida en defensa y acumuló errores; y en ataque cayó en un letargo frío, esperando a que entraran tiros que no iban a entrar (hasta los intentos ya finales a la desesperada de Sasu Salin) y sin encontrar a Lauri Markkanen, un all star de la NBA al que le pasaron por encima los minutos definitivos, las jugadas clave.

El ala-pívot de los Jazz acabó con 27 puntos y 12 rebotes, intachable por números pero sin las sensaciones majestosas que dejó en el Eurobasket. Recién salido del servicio militar, no ha podido evitar que su selección esté eliminada incluso antes de jugar el tercer partido. El grupo era peliagudo, con Alemania y Australia, pero Finlandia contaba con ganar a Japón. Pero le faltó espíritu y ese juego colectivo y eléctrico que puso de moda a una selección de pronto decepcionante.

Japón necesitaba héroes y vaya si los encontró: Joshua Hawkinson, un ala-pívot de 28 años nacido en Seattle pero que lleva un lustro jugando en el país nipón, firmó el partido de su vida: 28 puntos y 19 rebotes. 44 de valoración, 7/8 en tiros de dos y un 14/15 increíble en tiros libres. Con el NBA Yuta Watanabe desintonizado (4 puntos), emergieron Makoto Hiejima y Keisei Tominaga (17 puntos cada uno) y, sobre todo, Yuki Kawamura (25 puntos, 9 asistencias). El base de 1,72 y 22 años metió 17 puntos en la segunda parte, incendió el partido con un ritmo frenético, metió tiros y conectó pases. Devoró a un rival que no entendía que pasaba. Cuando quiso hacerlo, estaba eliminado. Y el público del Okinawa Arena rugía. Felicidad hoy… y permiso para soñar con una hazaña en la última jornada, contra Australia. Es casi, casi imposible, pero

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