Mundial de Atletismo 2023: el final de una dinastía entre las mujeres y el comienzo de la era post-Bolt entre los hombres

Sha’Carri Richardson y Noah Lyles fueron las grandes figuras de una cita en la que diez argentinos buscaron su mejor versión

Ir por todo, quedarse con nada. A Sifan Hassan, la etíope nacionalizada para los Países Bajos no le tembló el pulso semanas antes de que empezara el Mundial. Se anotó en tres distancias, 1500, 5000 y 10.000 metros. Cada una de por sí es difícil, las tres juntas parecen imposibles. Parece excesivo, pero Sifan apuesta así. Lo hizo en Tokio 2020 y se llevó dos oros (5000 y 10.000 metros) y un bronce (1500 metros). Ahora ella quería más, las tres medallas del mismo color, doradas.

Fue plata en 1500, plata en 5000 y cuando faltaban solo 30 metros para la llegada y encabezaba el pelotón de los 10.000 metros para coronarse campeona… se tocó con la etíope Gudaf Tsegay para terminar en el piso y quedarse afuera del podio.

El 19 de agosto quizás se decrete el día de la caída en los Países Bajos. A solo cinco metros de la llegada, Femke Bol lideraba el relevo mixto 4x400m, tenía el oro y sí… se cayó. Habían pasado apenas 10 minutos del desplome de Sifan Hassan.

Esprintando contra la leyenda femenina. Shelly-Ann Fraser-Pryce tiene 36 años y ganó los 100 metros llanos de los últimos cinco Mundiales. Hacía 14 años que una final de 100 metros no la veía llegar primera. Ocho medallas olímpicas cuelgan del cuello de la jamaiquina. Todo el mundo del atletismo la conoce, por su largo cabello, a veces rosa, a veces verde, a veces amarillo (es dueña de una peluquería), pero principalmente por su dominio en la velocidad.

Cuando la estadounidense Sha’Carri Richardson tenía 9 años, Shelly-Ann ya era campeona del mundo. Pero Sha’Carri ya no es una nena. Con 23 años también se anima a teñirse el pelo de distintos colores, a colocarse uñas más largas que las de Shelly-Ann y a ganarle una final del Campeonato del Mundo.

No sólo puso fin a una dinastía de casi tres lustros, sino que se proyecta como la futura reina de la velocidad mundial, al congelar el cronómetro en 10,65 segundos. Nunca ninguna mujer había corrido tan rápido en un Mundial de atletismo. Shelly-Ann “apenas” se llevó un bronce de consuelo. Quizás lo guarde en una cajita, con sus otras catorce medallas de mundiales.

Esprintando contra la historia masculina. Los 100 metros masculinos fueron testigos de otro cambio de era, vieron algo que no sucedía desde ese periodo mágico que se llamó la “era Bolt”. Un momento de la historia en que ganar los 100 y 200 metros y la posta 4x100m parecía sencillo, Bolt lo hacía siempre. Pero desde que “el Rayo” terminó en el piso del Mundial de Londres 2017, nunca más nadie lo pudo hacer. Hasta que llegó Noah Lyles.

Nacido en Estados Unidos, el país que juega el superclásico de la velocidad frente a Jamaica. Un jamaiquino había dejado la vara demasiado alta, sin embargo el estadounidense Noah Lyles demostró, al menos una vez, que se puede volver a volar.

Para que se vea lo difícil del triplete de Noah, sólo otra atleta en todo el Mundial logró llevarse más de una medalla dorada. La keniata Faith Kipyegon no solo fue la mejor en 1500 y 5000 metros. Sino que esa fue la sexta carrera de 5000 de su vida y nunca antes ninguna mujer había logrado imponerse en esas dos distancias en un Mundial. El oro no miente, Faith y Noah fueron los grandes ganadores en Budapest.

Noah Lyles, de Estados Unidos, emuló a Usain Bolt y ganó el oro en los 100m, 200m y la posta 4x100m
Noah Lyles, de Estados Unidos, emuló a Usain Bolt y ganó el oro en los 100m, 200m y la posta 4x100mPetr David Josek - AP

El seleccionado argentino

“Diego hizo lo más difícil que se puede hacer en un Mundial: correr la carrera más rápida de tu vida”. Quien habla es Javier Carriqueo (dos veces olímpico) y se refiere al marplatense Diego Lacamoire, que marcó 3m38,92s en la prueba de 1500 metros. No le alcanzó para pasar la serie, pero hizo lo mejor de su carrera deportiva.

“Realmente tuvo una buena preparación, una buena elección de competencias. Se alzó con el campeonato sudamericano en muy buena forma y fue al Mundial y bajó su marca en una serie muy complicada”, agrega Fernando Díaz Sánchez, entrenador del área de medio fondo y fondo de la Confederación Argentina de Atletismo. Diego fue el más destacado, pero otros nueve atletas vistieron la celeste y blanca: Germán Chiaraviglio, en salto con garrocha; Elián Larregina, en 400 metros llanos; Fedra Luna, en 1500 y 5000 metros; Joaquín Gómez, en lanzamiento de martillo; Nazareno Sasia, en lanzamiento de bala; Joaquín Arbe, en la maratón; Julián Molina, en los 3000 metros con obstáculo; Carlos Layoy, en salto en alto, y Juan Manuel Cano, en marcha olímpica.

El Mundial de Budapest forjó nuevos héroes y retiró leyendas, mostró los mejores rendimientos de la vida de algunos atletas y las mayores caídas de otros. En sí fue un caldero de atletismo, donde las más diversas disciplinas se encuentran con la excusa de demostrar quien llega más alto, más lejos, más rápido, para reflejar en estas simplezas, la complejidad de la vida misma.


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