Liga de Arabia Saudita: temperaturas sofocantes, estadios en miniatura y una montaña de petrodólares en la vedette del mercado de pases
El país destinará cerca de US$ 17 mil millones para los clubes hasta 2030, con el objetivo de posicionar el torneo local entre los mejores 10 del mundo
La ecuación es sencilla: un Everest de dólares puesto al servicio del talento para jugar a la pelota. El Príncipe saudí Mohammed bin Salman Al Saud (más conocido como “MBS”) se cansó de ver niños con las camisetas de Real Madrid o de Barcelona. De Messi o de Ronaldo. La apuesta -multimillonaria- es que los saudíes no quieran salir del país para entretenerse. Después de todo, se trata del mayor exportador del mundo de petróleo crudo. Puede darse ciertos lujos. Entre ellos, que los mejores futbolistas del planeta elijan ese país para trabajar.
Pero, ¿de qué se trata la liga saudí? La competencia local tiene 47 años y la temporada 2023/24 acaba de ser presentada con un evento a todo trapo que tuvo representantes (y discursos) de las principales figuras de los 18 equipos. Entre ellos, el uruguayo Martín Campaña, ex Independiente y actual arquero de Al-Riyadh. El torneo, que no tiene partidos en domingo por cuestiones religiosas y entra en receso en los meses de verano por las temperaturas sofocantes, comienza este viernes con el choque entre el ascendido Al-Ahli (uno de los equipos que más y mejor se reforzó) y Al-Hazm, desde las 15 de la Argentina. Los clubes se concentran en las grandes ciudades: la distancia más grande que deberá hacer un equipo durante la nueva temporada es de apenas 1564 kilómetros. Ese será el recorrido que harán los hinchas de Al Tai en diciembre para visitar al ascendido Al-Akhdoud.
La novedad para esta edición es que entre los 170 países que tendrán acceso a las imágenes en vivo de los encuentros hay dos de peso que se confirmaron en los últimos días: uno es Francia, donde Canal+ firmó un contrato de dos años con la liga saudí. Otro es Brasil, donde Rede Bandeirantes se aseguró los derechos exclusivos del principal torneo árabe.
“Los estadios en Arabia Saudita siempre están llenos de fanáticos, no solo de los clubes principales, sino también de los clubes de nivel inferior”, dice a LA NACION el periodista saudí Nabil Gabsi. Y agrega: “Los saudíes son conocidos por su gran pasión por el fútbol y así lo demuestran los partidos del clásico de Riyad entre Al-Hilal y Al-Nassr, al igual que el de Jeddah (la segunda ciudad en importancia) entre Al-Ittihad y Al-Ahli. La liga será testigo de una mayor convocatoria. Los fanáticos cantan durante los partidos y eso explica el gran ambiente que se vive en los estadios saudies”. Es común ver bengalas y tifos (los hinchas levantan pancartas de diferentes colores y en la tribuna se forma un mosaico con un mensaje) como el “Vamos” en español que apareció varias veces en el Mrsool Park, la casa del Al-Nassr, el club de Cristiano Ronaldo.
El imán CR7 y las cifras de asistencia
Con el astro portugués como imán, la liga saudí aumentó un 11% el promedio de espectadores a sus partidos. Y por primera vez superó el umbral de los dos millones de entradas vendidas. Sin embargo, Al-Nassr, el equipo del astro de Madeira, no pudo ganar el título. Y tampoco fue el equipo con más hinchas en el estadio. Ambos logros quedaron para Al-Ittihad, dirigido por el portugués Nuno Espíritu Santo y que desde esta temporada tendrá a Karim Benzema como referencia ofensiva.
De acuerdo con la información compilada por el portal Transfermarkt, un promedio de 40.453 personas vieron los partidos del campeón, Al-Ittihad. La cifra implica un porcentaje de ocupación del 65%. Segundo quedó, ahora sí, el Al-Nassr de CR7: 17.638 espectadores de promedio y una ocupación del 70% (su estadio es mucho más pequeño que el de Al-Ittihad, uno de los grandes equipos de Jeddah).
El pequeño equipo de Damac, cuya cancha tiene lugar para apenas cinco mil personas, puede jactarse de ser uno de lo equipos saudíes con mayor porcentaje de ocupación. La pasada temporada vendió 4.611 entradas de promedio. Es decir, tuvo un estadio casi lleno (92% de ocupación). Al igual que Damac, otros dos equipos de la primera división saudí tienen estadios-miniatura: Al-Fayha (7.000 espectadores) y Al Hazem (8.000 espectadores).
“Los estadios de los cuatro equipos más grandes casi siempre están llenos y durante los días de clásicos la atmósfera es inmaculada”, cuenta a LA NACION Sultan Al Rthaan, un hincha entusiasta del fútbol saudí que no se pierde los partidos de la liga. “Lo que más caracteriza a los hinchas es que no paran de cantar durante todo el encuentro”, agrega. Y cuenta sobre cómo hacer para conseguir las entradas: “Se pueden comprar de dos maneras: online o en una tienda que siempre se abre en el estadio. La mayoría de las veces, las entradas para los clásicos se agotan en la web minutos después de que salen a la venta. Después, también pueden conseguirse en la reventa... aunque hay posibilidades de que te estafen”. Para los que asisten a las canchas hay dos atuendos posibles: “O se visten con las camisetas de sus clubes (da lo mismo que sean nuevas o viejas), o usan la vestimenta nacional, llamada ‘thaub’”. Se trata de una túnica en general blanca, que cubre desde los hombros y hasta los pies.
Los consagrados extranjeros harán que los saudíes, acostumbrados a ir a las canchas de fútbol, ahora vayan todavía más. “Los presupuestos y las inversiones están disponibles por los próximos años. No veo que todo esto vaya a detenerse”, dijo a la BBC el inglés Peter Hutton, uno de los integrantes de la junta directiva de la liga saudí. Desde su sorpresa por los montos involucrados, el ejecutivo agregó: “Trabajo en deportes desde hace 40 años. Nunca vi un proyecto así de grande, ambicioso y decidido a tener éxito”. El objetivo es claro: potenciar la liga y que facture millones. La corona saudí tiene un brazo ejecutor al que no le falta dinero: el fondo de inversión soberano del país (cuya sigla es PIF) maneja un portfolio de inversiones que equivalen a 600 mil millones de dólares. Y acaba de crear una empresa satélite destinada específicamente al fútbol. Que PIF (y algunas de sus empresas) auspicien por cientos de miles de dólares a los principales equipos es, apenas, una coincidencia.
Así presentó Al-Ahli al brasileño Roberto Firmino
Con semejante respaldo financiero, cuando un equipo está interesado en un futbolista que juega en el extranjero no acepta un “no” como respuesta. Por eso intentaron hasta último momento con Lionel Messi. Y por eso, también, presentaron una oferta récord por Mbappé, quien se entrena al margen del plantel principal de PSG y parece tener fecha de vencimiento en la capital francesa. “Ofrecen cualquier cosa”, dice un conocedor del mercado de pases acostumbrado a lidiar con los enviados saudíes. “En la mayoría de los casos, la oferta la hace un intermediario. Y a medida que la negociación avanza te encontrás con más de una persona que dice hablar con el presidente o el dueño del club”, agrega la fuente. Como nadie intermedia ni toma café gratis con futbolistas ni agentes, ese trabajo se paga. Y, a la larga, termina siendo clave para que los talentos del mundo de la pelota se decidan por Arabia Saudita.
“Jorge Mendes”, dicen desde el Viejo Continente ante la pregunta sobre por qué tantos jugadores de alto perfil (Sadio Mané, Karim Benzema, Jordan Henderson, Fabinho, por citar sólo algunos) aceptan cambiar las metrópolis europeas por el calor de Riyad. Dos personas relacionadas con los traspasos de varios jugadores mencionaron al súper agente portugués (ex representante de Cristiano Ronaldo y dueño de la empresa Gestifute) como quien “moja las orejas” de los futbolistas para convencerlos de hacer el cambio. El perfil de los futbolistas buscados tiene genes muy explícitos: más de 30 años, ya campeones (ya no sueñan con la gloria), y lejos de su pico de rendimiento. Roberto Firmino (Liverpool), Kalidou Koulibaly (Chelsea), Edouard Mendy (Chelsea), Jordan Henderson y Fabinho (ambos de Liverpool) responden a ese identikit del refuerzo buscado por la liga saudí. Mbappé (por ahora descartado) y el portugués Joao Félix (de Jorge Mendes, y descartado por su club, Atlético de Madrid) son las dos excepciones que confirman la regla.
La llegada de las luminarias del fútbol a territorio saudí provocó un efecto cascada. Por un lado, los clubes de las ligas más poderosas de Europa consiguieron billetes tan frescos como impensados. Por otro, el torneo saudí comenzó a ser apetecible para los jugadores de clase media. Es decir, aquellos que soñaban con hacer una diferencia económica y se veían lejos de un súper contrato, ya sea por edad o por lejanía. Ese es el caso de Fabián Noguera, defensor central argentino formado en Banfield que jugaba en Nacional (Uruguay). Recibió una propuesta de Abha Club, de la elite saudí y ejecutó la cláusula de salida con su club (300 mil dólares). “Me aseguran tres años y un dinero que nunca cobré y que nunca iba a cobrar si no me iba a Arabia. Hay gente que me cuestiona irme a ese fútbol, pero si están yendo Cristiano Ronaldo, Benzema y otros monstruos, ¿cómo no voy a ir yo, siendo un simple jugador que, a duras penas, con esfuerzo y trabajo logró hacer una carrera más o menos estable?”, se preguntó Noguera en declaraciones a DSports. Y completó: “Cualquier persona que se saque la camiseta de hincha me dará la razón. Aseguro mi vida y la de mi hijo. Y puedo hacer una diferencia económica que hasta hoy no hice”, completó.
Sin embargo, la disrupción provocada por la liga saudí no seduce a todo el mundo. Hay quienes lo ven como una amenaza. Un factor externo que inflará como nunca los valores tanto de las transferencias como de los salarios de los futbolistas. Dicho de otra manera: los petrodólares provocarán inflación. “Hace unos meses, cuando Cristiano Ronaldo se fue, nadie podría haber intuido que se irían tantos jugadores top hacia Arabia Saudita”, protestó Pep Guardiola, entrenador de Manchester City. Y continuó: “En el futuro... creo que se trasladarán todavía más y por ello los clubes deben estar atentos a lo que está sucediendo. Arabia Saudita quiere crear una liga fuerte y puede hacerlo. No sé cuánto más podrán sostener estos fichajes, pero la sensación es que han llegado para quedarse”.
En la misma línea se expresó el alemán Jürgen Klopp, entrenador de Liverpool: “La influencia de Arabia Saudita es enorme, en este momento. Tendremos que aprender a lidiar con ella”, dijo el DT de Liverpool antes de reclamarles a la FIFA y a la UEFA que intervengan. El dato que preocupa al estratega germano está en el calendario: los clubes saudíes (el país, en rigor) pueden comprar y vender jugadores hasta el 20 de septiembre. Es decir, 40 días después del comienzo de la liga. Para ese momento, las principales competencias europeas, incluidas la Premier, ya no podrán incorporar más futbolistas. Traducido: si a alguno de sus jugadores les llegara una oferta irresistible en petrodólares, lo más probable es que se vayan. Y no puedan reemplazarlos. Así son las nuevas reglas del mercado. Un mercado con un nuevo actor con nombre y apellido: Arabia Saudita.
Los futbolistas más importantes que se fueron a Arabia Saudita
- Cristiano Ronaldo (de Manchester United a Al-Nassr, libre).
- Karim Benzema (de Real Madrid a Al-Ittihad, libre).
- Malcom (de Zenit a Al Hilal, 60 millones de euros).
- Rubén Neves (de Wolverhampton a Al-Hilal, 55 millones de euros).
- Fabinho (de Liverpool a Al-Ittihad, 46,5 millones de euros).
- Sergej Milinkovic-Savic (de Lazio a Al-Hilal, 40 millones de euros).
- Riyad Mahrez (de Manchester City a Al-Ahli, 35 millones de euros).
- Sadio Mané (de Bayern Munich a Al-Nassr, 30 millones de euros).
- Marcelo Brozovic (de Inter a Al-Nassr, 18 millones de euro).
- Roberto Firmino (de Liverpool a Al-Ahli, libre).
- N´Golo Kanté (de Chelsea a Al-Ittihad, libre).
- Jordan Henderson (de Liverpool a Al-Ettifaq, 14 millones de euros).
- Alex Telles (de Manchester United a Al-Nassr, 4,6 millones de euros).