Lamine Yamal reina en el caos

El jugador de 16 años rescató a un Barça que empezó 0-2 y remontó el partido cuando perdía 3-2. Chutó dos veces al palo y se fue ovacionado. Ferran sigue en racha.

Santi Giménez
As
Desde hoy se puede decir que Lamine Yamal va a ser una cosa muy seria. Otra cosa es que el Barça, en un partido que ganaba por 0-2 al cuarto de hora se viera tumbado en la lona con el 3-2 y acabara ganando por 3-4 aferrado a un crío de 16 años que contó con la colaboración de un Ferran Torres en racha. El Barça llevaba dos partidos sin poder jugar a lo que le gustaba y cuando pudo hacerlo completó lo habitual en La Cerámica: ganar (ya van 15 años sin perder) en un partido divertidísimo que será recordado porque un niño de 16 años pudo jugar como en el patio de su escuela.


La primera parte fue el partido soñado por cualquier aficionado, excepto que fuera del Villarreal o del Barcelona y ya no te digo para los entrenadores. Un festival de ocasiones en ambas porterías donde las defensas eran una feria. Como que el fútbol, jugado así, es como la ‘Tómbola’ de Marisol el equipo que más hizo en el inicio del partido pasó de hacer méritos para ganar 3-0 a verse 0-2 en sólo quince minutos. El sueño del espectador, el infierno para los técnicos.

A los cinco minutos se anuló un gol a Sorloth por un fuera de juego rarísimo de Capoue, Baena perdonó un remate claro un minuto después y a los diez, Ter Stegen hizo su primer milagro. Con el Barça a merced del equipo de Setién y sin hilar un pase, Lamine Yamal tocó su primera pelota a los 12 minutos y puso un centro sensacional que Gavi remató comiéndose a la defensa y a Lewandowski.

Ese tanto no explicaba el partido, que se hizo más ilógico tres minutos después cuando De Jong batió por segunda vez a Jörgensen en la segunda llegada del equipo blaugrana. Del 3-0 posible se pasaba a un 0-2. Pero aún iban a pasar muchas cosas. Ter Stegen hizo su segundo milagro de la tarde ante Pedraza, pero en el córner consiguiente, Foyth retrató a Sergi Roberto, que, como el resto de la defensa titular del Barça, jugó un partido indecente y marcó el primer tanto local.

El tránsito hacia la media parte fue un calvario para el Barcelona, a merced de un equipo local que comandado por Baena y Pedraza olía la sangre. Cobró su merecido premio el Submarino gracias a Sorloth en el minuto 40, tras otro regalo de Baena, sensacional futbolista.

Cuando el Barça pedía la hora, Lamine Yamal asumió galones y estuvo a punto de marcar el 2-3. Pero el agujero del Barça en su banda derecha era una sangría. Pedraza y Baena volvieron a retratar a Roberto marcando el 3-2 nada más reiniciarse el partido. Para entonces, el primer señalado era Christensen, que se quedó en el banquillo después de no ser capaz de hacer frente al delantero noruego del Villarreal.

El Barça, que empezó ganando 0-2 iba perdiendo 3-2 (y podía dar gracias) y se encontraba en manos de un niño de 16 años para remontar. Lamine era el único argumento en ataque del equipo barcelonista, que echaba de menos a los veteranos. Lamine Yamal disparó al palo antes de que Lewandowski ejecutara su tercer chut entre palos en tres jornadas, pero el partido seguía descontrolado.

Xavi metió a Ferran y retiró a un Romeu que jamás se sintió cómodo. Seis minutos después, The Shark demostró que está en racha, pero el Barça seguía dependiendo del chaval, que en otra jugada maravillosa chutó al palo y Lewandowski remató a puerta vacía. A falta de quince minutos, Xavi le cambió por Ansu y La Cerámica aplaudió. El partido de Yamal fue toda una declaración de intenciones. A partir de ahora, los que tienen que tener cuidado con él somos nosotros, no Xavi.


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