Independiente: la confusión y los nervios reinan en un club al que le esperan 14 partidos “con el revólver en la cabeza”
En medio de una acuciante situación deportiva, los refuerzos no llegan y la impaciencia de los hinchas se multiplica
“¿Tu hermano es hincha de Independiente? Le digo que se prepare porque hoy vamos a tener un muy buen día. No quiero adelantar nada para no quemarlo, pero que esté preparado”, le decía un sonriente Néstor Grindetti a un seguidor espontáneo que aprovechaba el acto de campaña electoral para robarle una selfie al presidente del Rojo y precandidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires. No hay registro exacto del día en que se dio la breve charla, aunque pudo ser cualquiera, porque las buenas noticias que esperan los seguidores brillaron por su ausencia en toda la semana.
El jueves, el plantel volvió a los entrenamientos tras cuatro días de descanso y ni antes ni después se sumó alguna cara nueva que le devuelva la ilusión a una parcialidad que observa que la distancia respecto a la caída a la Primera Nacional es demasiado corta (tres puntos) y no percibe respuestas a un apoyo que ha sido incondicional durante todo el primer semestre.
El martes parecía resuelto el fichaje de Cristian Tarragona, pero el delantero de Gimnasia se echó atrás sin que mediara una explicación oficial del club cuando incluso ya se había impreso la camiseta con su nombre. “Fue muy raro lo que pasó. Accedimos a todos sus pedidos, y aun así a última hora dijo que no venía y un rato después rompió con su representante”, le relató a LA NACIÓN el director deportivo, Pablo Cavallero. Ese mismo día se afirmó que el miércoles iba a cerrarse la llegada de Walter Kannemann. No fue así (desde Brasil dicen que podría definirse la semana próxima), y ni siquiera el regreso anticipado de Lucas Saltita González, a préstamo en el Santos Laguna de México, está todavía asegurado al 100%.
El último episodio en el reino de la confusión en el que está inmerso Independiente sucedió ayer mismo. Al mediodía se dio por hecho que Ricardo Zielinski le habría comunicado a un grupo de jugadores -Joaquín Laso, Patricio Ostachuk, David Sayago, Damián Pérez, Luciano Gómez y Agustín Mulet- que no contaría con ellos para la Copa de la Liga. Con el correr de las horas, aunque con menos énfasis, Kevin López y Matías Giménez Rojas se sumaron a la lista de presuntos prescindibles (Argentinos Juniors estaría interesado en el volante y Talleres en el delantero). Hasta que en torno a las 16, el encargado de prensa de la entidad difundió una comunicación en la que asegura que ni el cuerpo técnico ni la secretaría deportiva habían elaborado lista alguna, y que la composición del plantel sólo quedaría definida una vez que se sepa quiénes pueden sumarse.
Ostachuk y Sayago surgieron de las divisiones inferiores, y en el caso del delantero regresó en mayo de una cesión al equipo B de Rayados de Monterrey, de la Segunda División mexicana. Pero se da la circunstancia de que cinco de los ocho futbolistas mencionados integraron el pool de once jugadores que el Rojo incorporó a principios de este año (Gómez y Mulet, a préstamo, de Argentinos Juniors y Vélez, respectivamente), a los que se debe sumar a Mauricio Cuero, que ya rescindió su contrato, y de alguna manera también a Laso, a quien la actual comisión directiva le renovó su vínculo en diciembre pasado. Con esos antecedentes, son muchos los que aseguran ver en los descartes que habría decidido el entrenador -aunque sean condicionales- un ultimátum a la junta directiva o, como mínimo, una crítica a la gestión de Pablo Cavallero.
La realidad indica que los reclamos de Zielinski comenzaron hace dos meses. El 2 de junio, el Ruso confesó que había pedido a los dirigentes la llegada de “jugadores que sean titulares”. En ese momento pesaba sobre el club una inhibición de la FIFA que quedó sin efecto tras el pago de cuatro millones de dólares al América de México, colecta de los hinchas mediante. 60 días después, el técnico tiene argumentos para mostrar su insatisfacción, más allá de que su tarea no tenga el aval de los números -asumió en la 12ª fecha con el equipo 25º y despidió el certamen en el puesto 24º-, y de que el club haya iniciado varias gestiones que no llegaron a buen puerto. “Es cierto que a veces encontramos algunas resistencias en los jugadores con los que hablamos para que vengan”, acepta Cavallero, a quien buena parte de la hinchada considera responsable principal de la pobreza que enseñó el conjunto durante la Liga Profesional.
Por otro lado, Néstor Grindetti, de presencia esporádica en los diferentes recintos de la institución dada su actividad política, decía hace unos meses que “Independiente ha mejorado su imagen”. Sin embargo, su afirmación no condice con la percepción existente en el mundo del fútbol. “Para pasarla mal prefiero quedarme donde estoy”, señaló Leonardo Morales, marcador central de Gimnasia, cuando fue tentado a pasar al Rojo. Y algo parecido puede decirse de las sucesivas negativas con las que fueron chocando Cavallero y el propio Zielinski. Así, entre otros y además de Tarragona, Nicolás Freire eligió irse al Olympiakos griego y Fabián Noguera al Abha de la liga saudí.
El peso que la barra brava hace sentir cada vez que puede tampoco ayuda a esa mejoría. La indumentaria de Los Dueños de Avellaneda se vende en la boutique de la sede de la Avenida Mitre; y el martes pasado, en ocasión de la visita del Internacional de Porto Alegre a River, los “hinchas caracterizados” se adueñaron del predio de Wilde para agasajar con un asado a sus pares gaúchos, con quienes tienen una amistosa relación.
Pese a todos los inconvenientes, la búsqueda de refuerzos continúa su marcha. Kanneman es el apellido que suena como posibilidad más concreta. Tanto el jugador como Gremio habrían aceptado las condiciones ofrecidas por el Rojo para que el ex San Lorenzo rompa antes de tiempo con el tricolor un vínculo que vence en diciembre. Además, se iniciaron gestiones por Felipe Aguilar, central colombiano que jugó a préstamo en Lanús en la primera mitad del año y cuya ficha pertenece al Atlético Paranaense. Y junto al retorno de Lucas González no habría que descartar el de Domingo Blanco, actualmente en las filas del Dnipro ucraniano. Por fin, Tomás Pozzo, recuperado de su rotura de ligamentos, se unió al grupo, aunque todavía no tiene fecha para su reaparición.
A dos semanas del arranque de una Copa de la Liga donde Independiente jugará 14 partidos “con el revólver en la cabeza” (Zielinski dixit), la confusión es soberana en casa del Rey de Copas. Sus angustiados hinchas se preguntan si todavía queda tiempo para despejar el horizonte y esperar el cumpleaños 120 con mejores perspectivas.