Fiestón de Mbappé y Asensio

Un doblete del francés y un magnífico gol del balear en el primer tiempo consumaron la primera victoria de la temporada de los parisinos entrenados por Luis Enrique.

Andrés Onrubia
As
A la tercera fue la vencida para Luis Enrique. Después de dos empates insípidos durante las dos primeras jornadas, el PSG consumó la primera victoria de la temporada ante el Lens, el actual subcampeón de la Ligue 1, por 3-1. El conjunto parisino fue de menos a más y acabó bombardeando a un equipo mermado, muy mermado por las bajas de Seko Fofana y Openda. Asensio, con un extraordinario remate, abrió la lata al borde del descanso y Mbappé, que se reencontraba con su público este sábado, firmó un doblete que catapultó definitivamente a su equipo.


Los de Luis Enrique, no obstante, no tuvieron un inicio plácido contra un Lens combativo. Los norteños, alternando la presión, sometieron a muchos problemas al PSG, que hasta el minuto 30, fruto de la rebeldía de dos jugadores como Mbappé y Dembélé, no empezó a incomodar la portería rival, aunque el capitán de la selección francesa, ovacionado en su regreso al Parque de los Príncipes, tuvo el 1-0 en un mano a mano que Brice Samba repelió de forma brillante.

Hasta el minuto 30, el PSG no sabía cómo salir de la férrea y coordinada presión del Lens, aunque los de Haise seguían adoleciendo la baja de Loïs Openda, traspasado al Leipzig. En el minuto 41, una gran salida de balón de los parisinos encontró a Asensio en la frontal. Si por algo destaca el balear, es por sus milimétricos disparos. Sin pensárselo, cargó su exquisita pierna izquierda y batió a Brice Samba, estrenándose en la Ligue 1 después de no haber disputado ni un minuto la semana pasada en Toulouse.

Al partido le faltaba la aparición estelar de Kylian Mbappé, que huele la sangre como un felino a su presa. El delantero aprovechó una gran incorporación de Lucas Hernández al ataque y, sin rodeos, destrozó la escuadra de la portería del Lens. El gol fue la última señal que necesitaba el Parque de los Príncipes para rendirse a sus pies, que no dudó en corear su nombre para venerarle y para mostrarle un respeto que parecía haberse olvidado después de un verano convulso en París. El crack de Bondy, insatisfecho aun con el 2-0, le puso la estocada definitiva al Lens en el 90, marcando con algo de fortuna, pero certificando que sigue siendo uno de los mejores jugadores del mundo. El Lens, por medio de Guilavogui, hizo el gol de la honra.

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