Fernando Gayoso, el héroe silencioso detrás del éxito xeneize desde los 12 pasos

El entrenador de arqueros es un fanático de los remates desde el punto penal y comparte su conocimiento con los profesionales que se entrenan bajo su tutela

Los partidos, los entrenadores y los arqueros pasan, pero él no. Su éxito como entrenador de arqueros no se frena. Porque contribuir con su experiencia a que un guardavalla se potencie y se convierta en un especialista como atajapenales puede ser solo una cuestión de azar o de cualidades individuales del futbolista. Ahora, cuando los nombres se modifican y la receta no altera la calidad del producto, el asunto entra en otra dimensión. Ya es imposible que sea una casualidad.

Siempre lejos de los flashes, es infrecuente escuchar su voz en los medios. Gayoso conoce su rol dentro del engranaje donde le toca actuar, y después de tantos años, conoce el Mundo Boca al dedillo. Llegó a Brandsen 805 en agosto de 2014 de la mano de Rodolfo Arruabarrena. El contexto no fue el ideal: el Vasco tuvo la difícil misión de suceder en el cargo a un prócer de la institución: Carlos Bianchi.

“Para desempeñar el cargo de entrenador de arqueros es muy importante haber pasado por el arco, conocer el puesto y saber bien lo que es un vestuario”. La frase le pertenece. Es de 2012 y forma parte de una de las pocas entrevistas que ofreció ante los medios. En esa ocasión a un sitio que seguía la campaña de Tigre, en tiempos donde él trabajaba en el club de Victoria.

Sergio Romero y Fernando Gayoso en la previa de un partido en la Bombonera
Sergio Romero y Fernando Gayoso en la previa de un partido en la BomboneraManuel Cortina

Gayoso tiene 53 años, es flaco y alto y suele mostrarse con un aura de alegría. El pelo largo y la posición que eligió en el campo de juego lo vinculan inevitablemente con un gran ídolo de Boca: Hugo Orlando Gatti.

Cuando durante la década del 80 se ilusionó con ser futbolista, Vélez lo cobijó en sus divisiones inferiores. Allí debutó como profesional en 1987. Su escaso rodaje en Primera hizo que emigrara de Liniers en 1990. Desde entonces recorrió el fútbol de ascenso. Jugó en All Boys, Deportivo Armenio, Almirante Brown, Lamadrid y Tristán Suárez. Y hasta sumó una experiencia en el exterior cuando cruzó la Cordillera para defender los tres palos del Osorno.

Su espíritu docente alineó su vida tras el retiro. Y como había hecho en su adolescencia, el club elegido para dar los primeros pasos del otro lado de la línea de cal fue Vélez, donde trabajó hasta 2007. Entre otros, integró el cuerpo técnico de Miguel Ángel Russo, con quien se reencontró en 2020 en Boca. Pero la mejor experiencia de esos años en Liniers fue compartir entrenamientos con José Luis Chilavert y ver desde cerca el crecimiento y la evolución de Marcelo Barovero. Su camino continuó en Tigre. Allí fue donde conoció a Arruabarrena, el que más tarde le abrió la puerta al Mundo Boca.

Quien más lo exprimió fue Agustín Orion, que en los octavos de final de la Sudamericana 2014 fue la gran figura de la serie ante Deportivo Capiatá al atajar dos remates. Fue ese día cuando Gayoso tuvo un rol protagónico al pararse detrás del arco y soplarle al arquero para dónde tirarse. Cuando lo advirtió, el árbitro lo sacó de allí, pero el profe siguió ayudando a Orion desde la tribuna.

Con la salida del Vasco y la llegada de los Mellizos Guillermo y Gustavo Barros Schelotto, Gayoso emigró a Racing, en donde integró el cuerpo técnico de Eduardo Coudet. Allí compartió sus secretos del arco y su pasión por los penales con Gabriel Arias, Juan Musso y Gastón Chila Gómez. Todos ellos hablan maravillas sobre su persona y su profesionalismo.

A comienzos de 2020 volvió a Boca y se reencontró con Russo. Andrada y Marcos Díaz siguieron con entusiasmo sus propuestas de trabajo en cada entrenamiento, tan entretenidas como efectivas. Tiempo después, Agustín Rossi volvió de su préstamo en Lanús y es otro de los que mejor absorbió esos aprendizajes. Gracias a los ejercicios propuestos por el Profe. entre 2018 y 2022 desvió 16 penales y se convirtió en el arquero con mejor promedio de disparos atajados del mundo.

La turbulenta (y fallida) negociación para renovar el contrato de Rossi vino de la mano con el arribo de Sergio Romero, de quien nadie objetaba su enorme categoría como arquero, pero preocupaba su estado físico. Chiquito se mentalizó con volver a ser el que fue y devolverle a Boca toda la confianza depositada en su persona. Y durante esa puesta a punto inicial, el rol de Gayoso fue otra vez muy importante.

Fernando Gayoso fue muy importante para que Sergio Romero recupere su mejor versión y deje atrás sus problemas físicos
Fernando Gayoso fue muy importante para que Sergio Romero recupere su mejor versión y deje atrás sus problemas físicos

Además de triplicar en 2023 su promedio de partidos jugados en relación con las nueve temporadas anteriores (34 ahora y 11 de coeficiente en los años previos), Romero agigantó su figura bajo los tres palos. Desde que llegó al club de la Ribera su efectividad es asombrosa: entre acciones de partido y definiciones, a Chiquito le patearon 14 penales. De ellos atajó ¡ocho!, es decir la mitad más uno. Fueron ante Central Córdoba, Banfield, Deportivo Pereira, Independiente, los dos contra Nacional y los dos frente a Racing.

Boca sigue a paso firme en su escalada hacia la cima de América, y puertas adentro tiene en Fernando Gayoso a un héroe silencioso que, con alegría y un trabajo comprometido, se lleva todos los elogios cuando de definiciones por penales se trata.



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