El mundo se prepara para la conferencia de Dubái sobre el cambio climático: ¿otra oportunidad o un nuevo fracaso?

En poco más de tres meses se celebrará en los Emiratos Árabes la próxima Conferencia de las Partes (COP 28) de la Convención Marco sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas (UNFCC). Este evento debería ser el lugar en el que líderes, diplomáticos y profesionales de todo el mundo logren los acuerdos necesarios que permitan al planeta enfrentar los desafíos del cambio climático y el calentamiento global

El planeta siente el verdadero alcance y profundidad de la crisis climática y su impacto. Somos testigos del aumento de fenómenos climáticos extremos, como tormentas, huracanes, olas de calor y frío y sequías más intensas, duraderas y frecuentes, con escenarios pesimistas para final de siglo.

A diferencia de otras crisis, el cambio climático es global, de inmensas dimensiones, y sin lugar a dudas, genera un cambio estructural que amenaza a la prosperidad, seguridad social y económica de todos nosotros.

Sin embargo, es probable que esta COP sea, esta vez, escenario de profundas disidencias entre Norte y Sur y, no menos importante, encuentre la resistencia de aquellos sectores que representan fuertes intereses económicos. Durante los últimos años se postergó, debido a esa resistencia, la ejecución de medidas vitales para la mitigación de los fenómenos generados por la crisis climática.

PROBLEMAS DE AGENDA

Ya este año, durante el mes de junio, en Bonn, Alemania, durante la conferencia donde se decide gran parte de la agenda de la COP 28, fuimos testigos de los fuertes desacuerdos entre los representantes de países desarrollados y aquellos en desarrollo, ya que no alcanzaron , los negociadores, acordar temas básicos en la agenda de las conversaciones.

Dos ejemplos claros de esta discordia son los programas de trabajo en referencia a la mitigación y aquellos relacionados con el financiamiento; ambos, de extrema importancia y fuertemente relacionados.

A medida que la crisis climática aumente, los fondos para adaptarse y mitigar los efectos aumentarán y con ello la exigencia de los países más afectados en obtener financiación por las crecientes pérdidas (Archivo DEF)
A medida que la crisis climática aumente, los fondos para adaptarse y mitigar los efectos aumentarán y con ello la exigencia de los países más afectados en obtener financiación por las crecientes pérdidas (Archivo DEF)

Durante la última conferencia en Sharm el Sheikh (COP 27), se acordó la importancia de ampliar los procesos necesarios para alcanzar la mitigación de los efectos generados por la crisis climática. Es claro que los procesos necesarios para mitigar los efectos del cambio climático requieren apoyo financiero a mediano y largo plazo que permitan su implementación y, paralelamente, el suministro de herramientas que permitan la adaptación de los diferentes sectores económicos a una situación de clima cambiante.

La solicitud de aumento en la financiación de estos programas por parte de los países en desarrollo encontró una fuerte negativa de la Unión Europea, EE.UU. y otros países desarrollados, que argumentaron que la financiación ya es parte del programa para la mitigación.

Esta discordancia condujo a que programas de mitigación y cuestiones de financiamiento quedaran pendientes y momentáneamente no hayan sido incluidos en la agenda de la COP 28.

A medida que la crisis climática aumente, los fondos para adaptarse y mitigar los efectos de la crisis aumentarán y, con ellos, la exigencia de los países más afectados de obtener una compensación económica por las crecientes pérdidas y daños ocasionados por el cambio climático.

Durante la COP 27 de 2022, se avanzó en los mecanismos de financiación y compensación a aquellos países más vulnerables a los efectos del cambio climático (Archivo DEF)
Durante la COP 27 de 2022, se avanzó en los mecanismos de financiación y compensación a aquellos países más vulnerables a los efectos del cambio climático (Archivo DEF)

El desafío de la Financiación

¿Quién debe pagar por esos daños? Países de menor desarrollo, afectados por fenómenos meteorológicos extremos con mayor frecuencia, intentan conducir programas de adaptación y mitigación al cambio climático, si bien, no existe simetría en referencia a su contribución a la crisis climática comparada con los países desarrollados.

Estudios realizados y publicados en el año 2020 determinaron que los países industrializados fueron responsables del 92% del exceso de emisiones globales de carbono producto de la rutinaria quema de combustibles fósiles, entre otras razones.

Paralelamente, cabe señalar que los artículos 6 y 9 del Acuerdo de París establecieron un marco para la cooperación voluntaria entre países a través de los mercados de carbono y la provisión de recursos financieros para ayudar a los países en desarrollo.

Asimismo, debemos sumar los avances logrados en la COP 27 en referencia a la creación de fondos para la financiación de los mencionados proyectos y así poder aumentar el apoyo a países pobres y altamente vulnerables a los efectos del cambio climático.

Estudios realizados en 2020 determinaron que los países industrializados fueron resonsables del 92% del exceso de emisiones globales de carbono producto de la quema de combustibles fósiles (Archivo DEF)
Estudios realizados en 2020 determinaron que los países industrializados fueron resonsables del 92% del exceso de emisiones globales de carbono producto de la quema de combustibles fósiles (Archivo DEF)

En definitiva, el objetivo de la financiación climática es poder facilitar la adopción y consolidación de sistemas de manejo y tecnologías que permitan reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y poder lograr un desarrollo resiliente. Estos procesos, además, requerirán transformaciones de infraestructuras y sistemas de producción para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París y con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

No menos importante, para solucionar esta crisis, es la demanda de soluciones holísticas, que conllevan a cambios en el paradigma en nuestra forma de producir alimentos, energía, transporte de mercaderías y personas. La tecnología por sí sola no nos ayudará a superar la crisis climática.

Pero, al mismo tiempo, no podremos resolver la crisis climática sin investigar y desarrollar nuevas opciones de como producir energía renovable y agricultura sustentable, entre otras. Para acelerar la investigación y el desarrollo en esos sectores, la financiación es imprescindible.

Para ello, es necesario que los gobiernos abandonen el tratamiento del cambio climático como un fenómeno marginal, fragmentado y a veces solo necesario para sentirse “políticamente correctos”.

Los países deberán transitar el camino hacia la formulación de planes de trabajo a largo plazo que den prioridad a un desarrollo sostenible a través de la inversión en tecnologías emergentes limpias. Esto debería traducirse en estímulos para la creación de modelos innovadores de producción, negocios y financiación, tanto pública como privada, que sea accesible, transparente y correctamente distribuida. Ese es el único camino que nos permitirá transitar hacia una economía descarbonizada.

La financiación es imprescindible para avanzar en proyectos de energías renovables y agricultura sustentable (Fernando Calzada)
La financiación es imprescindible para avanzar en proyectos de energías renovables y agricultura sustentable (Fernando Calzada)

El autor de esta columna es director del Departamento de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional (CFTIC) del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Israel.


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