El Dortmund añora a Bellingham

Muy a pesar del gol de Malen que dio la victoria al Borussia ante el Colonia en el último suspiro, los negriamarillos echaron en falta la jerarquía del ahora jugador del Real Madrid.

José Carlos Menzel
As
La vida en el Signal Iduna Park de Dortmund no es la misma sin Jude Bellingham. El vacío que dejó el centrocampista inglés tras su marcha al Real Madrid se pudo observar en el pobre arranque liguero del conjunto borusser este sábado ante un Colonia que rozó el milagro en el feudo borusser en una serie de ocasiones clarísimas y recibió el castigo de su derroche de oportunidades en los compases finales del choque. Nmecha prolongó un córner ejecutado por Brandt y Malen, cayéndose y medio de rebote, colocó el esférico en la escuadra renana para terminar salvando los muebles a un Borussia que, en líneas generales, deja mucho que desear.

Tal y como era de esperar, el Borussia no tardó en hacerse con el control del cuero y fue asentándose en campo rival, eso sí, sin lograr llegar con peligro al marco protegido por Schwäbe. Haller, Malen y Brandt no fueron capaces de finalizar sus acciones ante un Colonia que buscaba la suerte a la contra y estuvo a punto de dar la campanada cerca del ecuador de la primera mitad. Ljubicic filtró el esférico a Selke y el disparo del ariete alemán, tras un bonito recorte en el corazón del área, se estrelló en el larguero negriamarillo. Primer aviso del Colonia ante la falta de pegada de los locales.

La cosa no cambió en un segundo período en el que el Borussia bajó una marcha más, permitiendo a los visitantes acercarse con todavía más peligro a su portería. Esta vez fue Adamyan, ariete que había sustituido al lesionado Selke, el que no fue capaz de batir a Kobel tras un gran centro de Christensen. Reaccionó Terzic y dio entrada a Moukoko, Nmecha y Adeyemi para la recta final del encuentro, pero los suyos siguieron incapaces de crear peligro ante un Colonia que volvió a rozar los tres puntos, esta vez en un disparo de Ljubicic que se marchó fuera rozando el palo y en otro paradón de Kobel ante Adamyan. Pero llegó el balón parado. Llegó Malen y esa pizca de suerte que salvó el inicio liguero de los borussen

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