Brahim ha vuelto de puntillas
El malagueño, que cumplió este jueves 24 años, es el antepenúltimo jugador de la pretemporada en minutos. Está obligado a aprovechar cada rato que tenga si quiere contar para Ancelotti.
Tras partir de titular en ese primer compromiso (jugó los primeros 45′), ha encadenado tres suplencias consecutivas. Salió en el 62′ contra el Manchester United, en el 83′ contra el Barcelona, y en el 77′ ante la Juventus. Frente a los Red Devils dejó más de un detalle de calidad en la media hora de la que disfrutó. Entre ellos, un pase de gol a Joselu que el 14 no acertó a convertir en asistencia. Pero ante Barça y Juve pasó de puntillas, no tuvo tiempo de generar. Y es ahí donde reside el principal hándicap de Brahim. En que sus oportunidades, con Vinicius, Rodrygo y Bellingham por delante (entre los tres han sumado 772 minutos en toda la gira), van a estar muy medidas.
Cada minuto, una oportunidad
En esta tesitura, necesita aprovechar cada rato del que disponga si quiere no caer en el olvido del técnico italiano. Es el último en la rotación de ataque, algo que ha quedado patente durante la estancia del Madrid en América. Con la medular saturada (cuatro puestos para ocho hombres), Ancelotti cuenta con él, principalmente, como delantero (aunque también puede actuar en la mediapunta), siendo el gol su principal debe. Vinicius (23 goles el pasado curso) y Rodrygo (19 dianas) llevarán el peso anotador del equipo en la 23-24, junto a un Bellingham que sumó otros 14 tantos en la 22-23. No se le pide, ni de lejos, que llegue a esas cifras, pero sí que mejore en esa faceta (su contador se paró en 7 tantos la pasada campaña, frente a los 12 que registró Asensio, con 688 minutos menos en sus botas). Por el momento, no se ha estrenado.
No obstante, de él se espera, sobre todo, dinamismo, genialidad y acierto en el último tramo. Que cuando juegue pasen cosas. Puede ser un gran descongestionador y una baza muy útil para Ancelotti en partidos trabados, pero necesita mantener siempre alerta al de Reggiolo. Tendrá que trabajar en ello, pues a lo largo de su carrera ha evidenciado que necesita minutos para rayar a su mejor nivel, y en el presente ejercicio, de entrada, no va a tener todos los que él querría. Viene de vivir una situación bien diferente en Milán, pero a sus 24 años ya suma cuatro y medio en la élite y ha ganado tablas, por lo que en el club confían en que afronte con mayor aplomo su nuevo rol. Puede ser importante, pero no debe desfallecer. A examen, su personalidad y rebeldía.