Bellingham es el nueve

El Madrid remonta en Almería con dos goles de ariete del inglés. Arribas marcó a sus ex a los 3′. Vinicius redondeó el triunfo de los de Ancelotti.

Luis Nieto
As
Dos jornadas y Bellingham vale ya casi cinco puntos. Quién sabe si lo caro acabará saliendo barato. En Almería fue más que el norte del rombo, que el mediapunta lanzadera de Rodrygo y Vinicius; fue un ariete en toda regla, casi de rompe y rasga. Un nueve de aparición más que de vocación, pero un nueve al fin y al cabo. Dos goles suyos cambiaron la suerte de un Madrid que aterrizó en el choque bajo la maldición del ex (gol tempranero de Arribas) y que se rehízo más desde el acierto que desde el juego. El triunfo encumbró a Bellingham, pero no fue capaz de ocultar la incomodidad de Vinicius con su nuevo papel y unas desatenciones defensivas por investigar. El Almería se fue derrotado, pero convencido de que lo que no sirvió esta vez servirá ante rivales con menos pólvora.

Como el fútbol lo carga el diablo, Arribas le metió un gol al Madrid, el club al que llegó con once años, a los tres minutos de tenerlo enfrente. La cosa empezó en el área del Almería. Ahí mandó Kroos un centro lateral al que nadie se presentó. El resto fue un relámpago. Ramazani salió como un tiro por la izquierda, prolongó hacia Robertone y el centro de este, con el Madrid regresando a paso de vencedor, lo cabeceó Arribas desde muy cerca y sin demasiada colocación. Lunin no obró un milagro de Courtois. Luego sí se acercó al nivel del belga, aunque el viernes ya estará Kepa en Vigo.

El Almería llegó al partido curado de espanto por la caraja que le costó la derrota ante el Rayo y con cuatro cambios en su once. Aún no han terminado las obras en un equipo con un entrenador nuevo y siete fichajes, dos de los cuales llegaron el miércoles. Marcar pronto siempre es mejor que encajar pronto, pero tampoco eso le salvó.

Lunin se luce

En el Madrid ya no quedan fichajes ni incógnitas. Sin relevo para Benzema, Ancelotti ha colocado a Bellingham en el centro de su universo, con rango de comandante en jefe de todo. Un plan nacido de una carencia que hasta puede salir bien. No hay detector para el inglés, que recorre todas las estaciones: desde el mediocentro hasta la punta. Este sí es un centrocampista cargado de gol. En Almería hizo dos, el primero donde matan los nueves, poco después del primer cuarto de hora al filo de dos navajas: en posición legal a vista de microscopio y tras un control con la parte del hombro que limita al sur con el brazo. El remate fue más pícaro que limpio, pero el valor de los goles no esta en su pureza.

Arribas celebra su gol a su ex equipo.
Ampliar
Arribas celebra su gol a su ex equipo.Carlos BarbaEFE

Esa llegada del inglés permite a Vinicius seguir pegado a la izquierda, el único sitio donde es feliz. Por el brasileño empezó la reacción. El Almería, ya replegadísimo, no podía con él. Le habían hecho cinco faltas cuando llegó el empate.

Para entonces el partido ya parecía del Madrid, que había cubierto la leve lesión de Camavinga con Kroos, en un canje de salida limpia de pelota por vigor y quite, y que hacía sufrir a los de Vicente Moreno moviendo mucho a su trío de ataque. Es difícil disparar a tanto blanco móvil. Fue una ilusión óptica. El registro de oportunidades ya no era tan favorable al Madrid. Un remate cruzado de Rodrygo pasó a tres dedos del palo; un pelotazo raso y colocado de Baba topó con una mano viva y firme de Lunin. En otro de Robertone, que llegaba revoltoso, no anduvo tan fino. Y es que el Madrid era una cosa en ataque y otra, más inquietante e inmnunodepresiva, en defensa.

1-1. Maximiniano no puede impedir el primer tanto de Jude Bellingham.
Ampliar
Maximiniano no puede impedir el primer tanto de Jude Bellingham.JAVIER GANDULDIARIO AS

Esa pereza en el repliegue animó mucho al Almería, que fue encadenando ocasiones en la recta final de la primera parte hasta darle un giro completo al choque. Lo que el Madrid creía en su mano volvía a estar en el aire. Lo que el equipo de Vicente Moreno creía perdido estaba de nuevo a su alcance en un partido más competido y abierto de lo que figuraba en el programa. Al menos en el de Lunin, heroico en su despedida. Antes del descanso, el VAR le quitó un gol a Kroos por un pisotón previo de Carvajal a Akieme.

Otra vez Bellingham

Tampoco en el inicio de la segunda parte el Madrid fue capaz de embridar el partido. Robertone y Embarba rompieron con cierta facilidad la línea de centrocampistas de Ancelotti y el equipo indálico seguía teniendo cierta presencia en el área. Una volea de Ramazani más bonita que buena acabó en las manos de Lunin. Pero equipos como el Madrid, incluso jugando entre regular y mal, siempre encuentran una escapatoria. Volvió a dársela Bellingham en una jugada aparentemente inofensiva convertida en letal por la precisión del pie de Kroos. Vio la arrancada del inglés y puso la pelota en su coronilla, que madrugó más que la salida de Maximiano. Otro gol de nueve de un presunto diez. El invento de Ancelotti marcha.

1-2. Centro de Toni Kroos al área y Jude Bellingham, viniendo desde atrás, salta y remata de cabeza superando a Maximiniano.
Ampliar
Bellingham se adelanta a Maximiano para hacer el 1-2.JORGE GUERREROAFP

Vicente Moreno refrescó el equipo y el Almería lanzó sus últimos golpes (sembró el pánico un cabezazo de Luis Suárez) mientras Ancelotti plegaba velas y dejaba solo en punta a Vinicius. Al brasileño no le hizo falta nadie más para meter uno gol mitad obra de arte, mitad churro. Su intento de vaselina se convirtió en imparable con el toque en un gemelo de Chumi. Ahí acabó la resistencia indálica. Ya no le alcanzaban ni el ánimo ni las fuerzas para la remontada ante un equipo sobrado de banquillo que pasará el curso recitando el lema de que su mejor goleador deben ser todos.


Entradas populares