Antetokounmpo congela a los Bucks
El griego deja claro que no firmará la extensión con los Bucks si el proyecto no avanza hacia la consecución de otro título de campeón de la NBA.
Mientras, algunos echan cuentas sobre cuál será la próxima gran estrella que ponga en jaque a su equipo, que apriete clavijas o, directamente, busca de forma pública un cambio de aires. Muchos de ellos siguen con atención la situación de Dallas Mavericks, un equipo que vivió una temporada pasada decepcionante y convulsa, para medir por dónde irán los tiros en el futuro de Luka Doncic, que firmó su mega extensión hasta 2027 (o 2026 si no se cuenta la player option).
Con Giannis Antetokounmpo, que no estará en el Mundial con Grecia, nunca ha habido muchas dudas. Cuando las hubo, antes del inicio de la temporada 2020-21, las zanjó con una extensión de cinco años y 228 millones que era, por entonces, la mayor de la historia de la NBA. En la siguiente temporada, los Bucks ganaron el título, una situación idílica a la que han seguido dos cursos en los que el equipo era uno de los grandes favoritos al título pero ni siquiera ha podido regresar a la final del Este. Primero una dura derrota en siete partidos contra los Celtics y el año pasado una desastrosa caída a la primera, contra Miami Heat. Un resbalón que le costó el puesto a Mike Budenholzer.
Giannis tiene contrato hasta 2026. Cobrará 45,6 millones esta próxima temporada y 48,7 la siguiente. En la 2025-26 tendrá una player option de 51,9. Pero este otoño puede firmar una extensión. El margen se abre el 22 de septiembre y se cierra el 23 de octubre. Eso sería ideal para los Bucks, que asegurarían a su jugador franquicia, pero no parece ahora mismo una opción muy real si se lee lo que le ha contado el jugador a Tania Ganguli, periodista del New York Times: “La verdadera duda no va a ser este año. En términos de números, no tiene sentido. Pero el año que viene, el próximo verano, sí que tendrá sentido para las dos partes. Y para entonces, no sé qué haré. No sería la mejor versión de mí mismo si no tuviera claro que todo el mundo rema en la misma dirección, va a por el título de campeón, está dispuesto a sacrificar tiempo de estar con la familia como lo sacrifico yo. Y si no siento que las cosas son así, no voy a firmar la extensión”.
Con la evolución de los salarios en la NBA, Giannis será la próxima temporada el octavo mejor pagado de la Liga, poco para su estatus. Si firma ahora la extensión, y ya con diez temporadas en la competición, tendrá derecho al máximo, un 35% del salary cap de los Bucks. Hay que considerar este dato y ascensos de un 8% anual, además de las dos opciones que habrá sobre la mesa: extensión de dos años cuando pase su player option (a partir de la temporada 2026-27) o de tres anulando esa opción de jugador (desde la 2025-26). Si el cap sube a ritmo del 5%, sus extensiones serían de 113,9 millones por dos años o de 169,4 por tres. Si la subida es del 10% (el máximo que permite el nuevo convenio) irán a 131,8 por dos o 187 por tres.
Pero Giannis insiste. Le gustaría ser un one man club, llegar a 20 años con los Bucks y ser para la franquicia lo que Kobe Bryant, Tim Duncan o Dirk Nowitzki fueron para Lakers, Spurs y Mavericks. Pero no a cualquier precio: “El verdadero objetivo es ser un ganador. Ganar el título es lo primero. No quiero estar 20 años en un equipo a costa de no ganar más títulos de la NBA”.
Y reconoce que el cambio de entrenador, con la salida de Budenholzer y la llegada de Adrian Griffin (asistente de Toronto Raptors) es un factor que tiene que evaluar en el futuro inmediato de su equipo, antes de decidir qué quiere hacer: “Hay que ver cómo van las dinámicas. Cómo va a ser el nuevo entrenador, cómo vamos a trabajar juntos. En el fondo, la franquicia y mis compañeros saben que lo que quiero es ganar otro título de la NBA. Mientras todos sintamos lo mismo y me demuestren que van a por ese objetivo, estoy plenamente en el proyecto. Si en un momento siento que no, que se intenta reconstruir… nunca habrá malas emociones hacia Milwaukee Bucks. Llevamos juntos diez años increíbles, y nadie puede dudar de que lo he dado todo por la ciudad de Milwaukee. Todo. Cada noche, hasta cuando he estado lesionado. Soy un buck, sangro verde. Eso lo sé. Este es mi equipo y siempre lo va a ser, no me voy a olvidar de la gente que ha estado a mi lado y me ayudó a ser grande, me dio la plataforma en la que enseñar al mundo quién era. Pero tenemos que ganar otro título”.
Los Bucks aseguraron este verano la continuidad de Krhis Middleton y Brook Lopez y tienen un arco de al menos dos temporadas con su núcleo duro: Giannis, ellos dos, Jrue Holiday, Bobby Portis, Pat Connaughton… Parece que claro que una reconstrucción profunda no debería pasar por los planes de la franquicia, no si quiere retener a un Antetokounmpo que reconoce que se sentía vacío después de firmar su última extensión, hasta el punto de que llegó a pensar en dejar el baloncesto: “En 2020 estaba listo para dejarlo. Lo que importaba era mi felicidad y mis hijos”. Probó un especialista en psicología deportiva que le recomendaron los Bucks, recuperó la alegría y fueron, ese año, campeones de la NBA: “Es lo mejor que he sentido jugando al baloncesto”.
En el artículo, también reconoce que en los últimos tres años ha desarrollado muchísimo su faceta empresarial junto a sus hermanos, y que eso le ha hecho entender de otra manera sus ambiciones y objetivos: “La gente cree que he crecido mucho en la pista entre 2020 y 2023, pero fuera de ella he crecido diez veces más”.