TENIS | WIMBLEDON / Djokovic, con ansia de historia

El serbio, gran favorito para repetir título, con permiso de Alcaraz. El serbio puede igualar los 24 títulos de Slam de Court y los ocho de Federer en Wimbledon.

Nacho Albarrán
As
El pronóstico es unánime. Todo el mundo ve a Novak Djokovic como gran favorito para hacerse de nuevo este año con el trofeo de campeón en Wimbledon, cuya edición 136 (55ª de la Era Open) abre el telón hoy lunes (12:00, Movistar+). El serbio de 36 años, vigente ganador del Open de Australia y de Roland Garros, debuta (14:30) ante el argentino Pedro Cachín (28 y 67º), con todas las papeletas (con permiso de Carlos Alcaraz) para revalidar el título conquistado en 2022, que sería el quinto consecutivo que cosecha en el torneo británico para un total de ocho. Así, igualaría el récord de Roger Federer y al mismo tiempo elevaría a 24 el número de entorchados en Grand Slams para empatar en la lista absoluta con la australiana Margaret Court, dejar atrás a Serena Williams (23) y distanciar al ausente Rafa Nadal (22).

Por eso, entre otras cosas, pugnará Djokovic en el All England Club, un lugar especial para él, jardín de Roger Federer hasta que se retiró el año pasado. Será la primera vez desde 1998 que ni el suizo ni el balear, que se recupera de la operación en el psoas ilíaco izquierdo, estén en el major de la hierba. Queda en manos del balcánico la posibilidad de extender el dominio del Big Three en los cuatro eventos más importantes del tenis. Enlazar cinco éxitos en Wimbledon le pondría a la altura de Federer y Bjorn Borg, los únicos que lo han conseguido hasta ahora, y a un paso de completar por primera vez el Grand Slam de calendario (ganar todos en un mismo curso). Le faltaría el US Open para emular a Rod Laver, Court y Steffi Graf.

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Además, Novak, que enlaza 28 victorias consecutivas en césped (desde que cayó ante Marin Cilic en la final de Queen’s 2018), puede arrebatarle el número uno a Alcaraz. Para hacerlo tendría que alcanzar, como mínimo, la tercera y obtener un resultado final mejor que el del murciano, más hecho ahora a una superficie tradicionalmente difícil para los españoles y principal candidato a acabar con el reinado del titán de Belgrado en Wimbledon. Otro aliciente que, según él, no le hace falta para estimular su ambición: “No necesito que esté Carlos ni nadie más para encontrar ese impulso y motivación extra cuando entro en los Slams, porque sé que tengo que ganar siete partidos para ser campeón. Así que cualquiera al que pueda enfrentarme, no marca la diferencia para mí. Necesito hacer lo que debo hacer. La mayor parte de mi atención se centra en mi cuerpo y mi mente, mi juego, tratando de llevarlo al estado óptimo con el que rinda al máximo en cada partido”.

Terna de aspirantes

Berrettini y Kyrgios, finalistas en 2021 y 2022, no llegan en su mejor momento después de largos parones por lesión. Medvedev, número tres con remotas opciones de ser de nuevo el uno (tendría que ganar su segundo major, que Alcaraz no llegue a octavos, ni Djokovic a cuartos), tampoco ha brillado en la corta campaña de hierba que ha tenido como triunfadores a Tiafoe (Stuttgart), Griekspoor (’s-Hertogenbosch), Bublik (Halle), Alcaraz (Queen’s), Eubanks (Mallorca) y Francisco Cerúndolo (Eastbourne). Ruud, Tsitsipas, Rune, Rublev, Sinner, quizá Zverev, y Andy Murray, que sueña con reverdecer antiguos laureles tras ganar dos Challengers en la campaña de hierba, engrosan la nómina de aspirantes a un premio que se han repartido entre Federer, Djokovic, Nadal y Murray en las últimas 20 ediciones.

“No me siento más relajado. Todavía tengo hambre de éxito, de más Grand Slams, más logros en el tenis. Mientras exista ese impulso, sé que puedo competir al más alto nivel. Si eso baja, entonces supongo que tendré que encarar circunstancias probablemente diferentes y tener un enfoque distinto. Todavía está ahí. Unos días después de Roland Garros, ya estaba pensando en la preparación para la hierba y lo que había que hacer. Es la superficie más rara que tenemos en este deporte y se juega poco en ella comparado con hace 40, 50, 60 años”, comentó Nole, que tiene ansia de historia.

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