Tchouameni recoge el guante

El francés realizó un encuentro sensacional frente al United y está listo para pelear el puesto en el once de gala. Físicamente está a un nivel excelente.

Fernando S. Tavero
As
Aurélien Tchouameni da un paso al frente. Los focos apuntaban al internacional francés contra el United. Enfrente estaba Casemiro, que se le presuponía mentor y cuya marcha a los red devils le añadió peso a la mochila de expectativa. De repente, Tchouameni era el pivote titular del Real Madrid casi sin anestesia. Sus primeros meses fueron ilusionantes, no tanto el tramo final postQatar. De ser indiscutible a caerse del once de gala. La confianza del club en sus aptitudes, eso sí, intacta. Como el deseo de Aurélien por triunfar vestido de blanco. Para esta temporada, el reto era -y es- claro: recuperar sensaciones. Y no es una intención dejada al libre albedrío. En el segundo amistoso de la pretemporada, el de Ruán selló una actuación imperial. Tchouameni ha recogido el guante que se lanzó él mismo, porque los que le conocen destacan especialmente su gran nivel de autoexigencia.

Contra el United fue el ancla del Real Madrid en una primera parte vertiginosa, asentada en un empuje físico que convirtió a los de Ten Hag en diablillos rojos. Tchouameni mostró su cara más agresiva, no permitiendo hilvanar fútbol a los mancunianos, con la inestimable ayuda de Camavinga. 45 minutos donde hizo pleno en duelos (2/2), interceptó dos balones, realizó una entrada imperial y no fue superado ni una sola vez en el uno contra uno. En campo contrario se atrevió con un disparo que no cogió portería y mostró una enorme seguridad con el balón en los pies. Y es que, solamente falló un pase (29/30, un 97% de acierto) en todo su partido. Alzó la voz frente a Casemiro.

El dominio mostrado por Tchouameni va de la mano de su excelente condición física. Parte del último grupo que se incorporó a la pretemporada, el centrocampista fue directamente a Los Ángeles. No obstante, su preparación comenzó previamente. Aterrizó en la ciudad angelina varios días antes que la expedición blanca y se ejercitó, tanto en solitario como con Fabrice Gautier, su osteópata de confianza desde que tenía 17 años. Un Fabrice que, en entrevista con AS, se mostraba “bastante seguro de que la va a romper” esta campaña. Habla con conocimiento de causa, pues trabajaron juntos hace ahora poco más de una semana. Ante el United comenzaron a germinar las semillas plantadas con desempeño diario.

Reto

Tchouameni es consciente que se encuentra en un curso clave en su desarrollo y en su carrera en el Real Madrid. En verano hubo cantos de sirena. Liverpool o Bayern tocaron su puerta, pero fue una apuesta potente del club blanco (80 millones de euros a las arcas del Mónaco) y la fe no ha cambiado. Con encuentros como el realizado frente al Manchester United en el NRG Stadium se asienta ese sentir. Ancelotti parece tener claro que, a priori, Camavinga será interior y la competencia que tendrá Aurélien será Toni Kroos. Dos perfiles antagónicos. El alemán más posicional, el francés más vigoroso.

Para imponer sus virtudes necesita tener la mente limpia y el físico impoluto. Van de la mano. El revés mundialista fue importante. En la final, tras 120′, fue uno de los encargados de lanzar -y fallar- un penalti de la tanda. Desde los 11 metros se esfumó la ilusión del Mundial y eso es un varapalo que nada tiene de baladí. Menos para un joven de 23 años por acostumbrado que esté a la competición de élite. Además, lo jugó todo menos los 13 últimos minutos del duelo inicial ante Australia, el futbolista más utilizado por Deschamps. Desgaste mental y corporal que pueden ser algunos de los factores que atenuaron el impacto de Tchouameni en el tramo final de la temporada. Ahora llega al Clásico lanzado.

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