Sudáfrica cambia de opinión con Putin

Un tribunal de país africano confirma que, finalmente, Putin será detenido en cuanto ponga un pie en el territorio. No acudirá a la cumbre de los BRICS.

Raúl Izquierdo
As
Cyril Ramaphosa, presidente de Sudáfrica, confirmaba hace unos días las dificultades que tendría el país en caso de verse obligado de detener a Vladimir Putin, su homólogo ruso. “Rusia ha dejado claro que arrestar a su presidente en ejercicio sería una declaración de guerra”, expresaba el líder africano a través de una carta en respuesta a la petición de la opositora Alianza Democrática de detener a Putin, en virtud de la orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional (CPI).

Un verdadero problema al que hacer frente, toda vez que estaba programada la visita del líder del Kremlin el próximo mes de agosto por la cumbre de los BRICS. Una visita que finalmente no tendrá lugar, pues Putin estará presente por videoconferencia. De paso, Ramaphosa se ahorra un problema, pues finalmente un tribunal local ha admitido la petición de la Fiscalía General de emitir una orden de arresto en el momento en que pise territorio sudafricano.

La decisión de Putin de no viajar a esta cumbre de economías emergentes, compuesta por Brasil Rusia, India, China y Sudáfrica, evita una crisis internacional para el Estado africano. Ya el pasado martes el presidente Ramaphosa había advertido de las consecuencias que tendría detener a Putin dentro de sus fronteras. “Sería contrario a nuestra Constitución arriesgarse a entrar en guerra con Rusia”, dijo.

Moscú niega los traslados forzosos

La comunicación oficial llega apenas unas horas después de conocer que finalmente Putin no acudirá físicamente a la cumbre. El tribunal, en su nota, ha confirmado que el Ministerio, tras reconocer que no había cumplido hasta ahora con sus responsabilidades internacionales, ha enviado la orden de arresto contra Putin a la directora de la Fiscalía Nacional Sudafricana, Shamila Batohi.

El pasado mes de marzo, la CPI emitió una orden de arresto bajo la presunción de crímenes de guerra por la deportación forzada de niños ucranianos en diferentes zonas capturadas por Moscú durante su ofensiva. Pero desde el Kremlin niegan este extremo, asegurando que se trataba de evacuaciones para alejar a los niños de zonas de combate. En lugar de Putin, será el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, el que acuda a la cumbre.

“El presidente Putin entiende el dilema al que se enfrenta Sudáfrica, pero no quería poner en peligro la cumbre o crear problemas para Sudáfrica”, dijo el representante diplomático africano en el bloque de los BRICS, Anil Sooklal.


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