Roger Martínez empieza su segundo ciclo en Racing, con la misión de traer los goles ausentes
El colombiano se suma a la Academia, luego del buen recuerdo que dejó en su primera etapa en Avellaneda
El delantero colombiano, de 29 años, que llega libre desde América de México, tuvo su presentación en el fútbol argentino con la camiseta de Racing, en 2013. Surgido del club, con el gran recuerdo de algunos goles en los que dejó en claro su calidad y su potencia, su arribo provocó una explosión de entusiasmo entre los hinchas por lo que representa Martínez. Más allá de las dudas por su último año, con poca continuidad en América, la llegada de Roger provoca ilusión por su jerarquía y porque viene a cubrir uno de los grandes déficits de este año: la falta de gol. Los tres centrodelanteros del plantel -Maximiliano Romero (5), Paolo Guerrero (3) y Nicolás Reniero (2)- estuvieron muy lejos del aporte que habían hecho en 2022 Enzo Copetti (18), Carlos Alcaraz (8) y Javier Correa (7). Ya sin Matías Rojas (9), los goleadores del año en la Academia son Gabriel Hauche y Gonzalo Piovi, ambos con siete gritos.
La primera vez que Roger Martínez pisó el Predio Tita fue hace ya once años, en 2012. En aquella época era una costumbre que juveniles colombianos se sumaran con edad de Cuarta o Quinta a las divisiones inferiores de los clubes argentinos, para luego tener su debut en primera. James Rodríguez (Banfield), Eder Álvarez Balanta (River), Mateus Uribe (Español) son apenas algunos ejemplos. Roger se probó en Racing después de ser rechazado en Boca y Argentinos Juniors, principalmente por su estado físico, algo excedido de peso.
La suerte no parecía del lado del nacido en Cartagena, que ya pensaba en regresar a su país. La noche de verano previa al lunes que realizaron aquella prueba llovió mucho. Como aún no había comenzado el año escolar, buena parte de los juveniles del club estaban de licencia en sus pagos. Por la tormenta, a la prueba solo se presentaron 16 chicos. Las canchas no estaban en condiciones. En lugar de suspender la prueba, a Manuel Fernández, entrenador de Quinta en ese entonces, se le ocurrió aprovechar el único espacio de césped sin agua que quedaba en el Tita para organizar ejercicios de posesión y tenencia en un espacio de 20 por 20. Y ahí el talento se abrió paso.
“Roger no perdió una pelota. La cubría de espaldas, gambeteaba, giraba, tenía potencia. A lo lejos veía que el Ratón Ayala (manager en ese entonces) y Fabio Radaelli (excoordinador de Inferiores) seguían la práctica y ya sabía cómo iba a seguir la historia. Volvió al otro día para jugar contra chicos de Cuarta. Hizo dos goles. Y quedó fichado”, cuenta Fernández, que luego fue entrenador de Ferro y Agropecuario, entre otros.
Su estadía en el Predio Tita fue muy breve. Se hizo notar con su calidad para la definición, su juego de espaldas y su potencia en velocidad. “Al colombiano en tres meses nos lo vamos a llevar”, prometía Luis Zubeldía, técnico de Primera entre 2012/13, cada vez que hablaba con los coordinadores de juveniles. Y cumplió. El 15 de agosto de 2013 tuvo su estreno en el partido de ida de la llave de Copa Sudamericana ante Lanús. Martínez ingresó en el segundo tiempo, cuando la Academia caía 2 a 0 y levantó al equipo, que llegó al descuento.
Pero Roger Martínez, desde niño, sabía que nada es sencillo. “En mi familia siempre la tuvimos que remar, muchas veces no había para comer. Algún vecino cada tanto nos ayudaba. No comíamos en todo el día y a veces aparecía algo a la hora de cenar. Yo jugaba al fútbol para olvidarme del hambre”, contó en 2018 en una entrevista con Racing de Alma. Zubeldía dejó el club por malos resultados unas semanas después de aquel estreno. Ni Carlos Ischia ni Reinaldo “Mostaza” Merlo, con quien protagonizó una escena memorable en la que le pedía más sacrificio para jugar, le dieron demasiada confianza.
Cuando arribó Diego Cocca, en 2014, quedó al margen. Se fue a préstamo a Santamarina de Tandil, en la B Nacional, y a Aldosivi, recién ascendido a Primera. Se destacó. Con la partida de Cocca y la llegada de Facundo Sava, se le renovaron las ilusiones a Martínez, que por fin pudo demostrar en la Academia. En el primer semestre de 2016, jugó 15 partidos y marcó siete goles, tres de ellos en la Copa Libertadores. Una oferta de 9 millones de euros que llegó desde Jiangsu Suning, de China, precipitó su salida del club.
El buen recuerdo quedó instalado en el vínculo entre los hinchas y el colombiano, que además vistió las camisetas de su selección, Villarreal de España y América de México. En los primeros días de este año, cuando la Academia se preparaba para ese desafío con Boca, Martínez hizo una llamativa publicación en sus redes sociales: subió una foto de su festejo en una noche de Copa Libertadores. A los pocos días, el ídolo Lisandro López replicó: “Dale, papi, pegá la vuelta. Calidad pura”. Racing buscaba un reemplazante para Enzo Copetti. El operativo retorno estaba en marcha. Pero parecía improbable para un futbolista con posibilidad de insertarse en otro mercado.
El tercer guiño llegó hace unas semanas, cuando Martínez subió un video del entrenamiento que realizaba por su cuenta. Llevaba puesta la camiseta que usó en aquella Libertadores 2016 con la Academia. Era un aviso. Las ganas del jugador fueron decisivas para sumarse a un equipo que buscará romper la frontera de los cuartos de final de la Copa Libertadores, algo que no logra desde 1997. Con el anuncio de su regreso en Racing empiezan a creer que es posible.