River campeón: las 5 claves para la vuelta olímpica, desde cómo potenció Martín Demichelis al grupo y la capacidad de ganarle a la adversidad al juego ofensivo y la explosión de Lucas Beltrán
El trabajo del reemplazante de Gallardo no sólo consiguió un título en su primer año de gestión, sino que también sumó récords que potenciaron la conquista
1) El influjo de Demichelis para potenciar individualidades
“River y la gran mayoría de los equipos van a necesitar unos 8 o 10 partidos para encontrar el funcionamiento, salvo los equipos que llevan mucho tiempo con el mismo entrenador y con el mismo plantel”. A comienzo de febrero, Demichelis le puso un plazo al engranaje de su equipo. Y cumplió. Tras una larga pretemporada con tramos en San Luis, Ezeiza y Miami, el DT tuvo un marcado influjo en el juego colectivo e individual de un plantel que sufrió un difícil 2022 sin encontrar respuestas y que logró recuperarse rápidamente en este 2023 con futbolistas que recuperaron y hasta potenciaron su nivel.
Hay nombres propios que marcan la mano del entrenador: consiguió transformar a Leandro González Pirez en un pilar de la defensa; insertó rápidamente a Enzo Díaz como marcador o lateral izquierdo; recuperó el nivel de Andrés Herrera como alternativa; fue puliendo el mediocampo con Rodrigo Aliendro como balance de un Enzo Pérez que se reencontró con su juego; apareció el mejor Nicolás De La Cruz en el momento indicado; logró positivas respuestas con José Paradela y Pablo Solari; le encontró el puesto a Esequiel Barco, más centralizado y funcional para ser la carta más desequilibrante del equipo; y exprimió al máximo a Lucas Beltrán, goleador del año.
Ya sea con cuatro o cinco volantes, Demichelis entendió a tiempo que su idea de jugar 4-3-3 con extremos no se adecuaba a las piezas de su plantel y fue solidificando de atrás hacia adelante un estilo con el ADN riverplatense para volverse el equipo más completo de la Liga: es el más goleador (45) y el segundo menos goleado (16) en estas 25 jornadas con 18 éxitos, tres empates y cuatro caídas.
Dentro del plantel, desde un primer momento valoraron su propuesta ofensiva, con conceptos claros, exigencia y oportunidades para todos y entrenamientos al máximo nivel para ser el mejor del país. Con los exreferentes de vestuario Germán Lux y Javier Pinola a su lado, le entró muy rápido a un grupo de futbolistas que hicieron propia la idea de ser voraz, vehemente y dinámico.
2) La explosión de Beltrán
Durante las primeras seis fechas de la Liga Profesional, Lucas Beltrán solo fue titular en un partido: derrota 2-1 con Arsenal en el Monumental, la única en condición de local en todas las competencias del semestre. Su primer gol del año lo hizo ante Lanús el 4 de marzo para sentenciar un durísimo 2-0 en el Sur y, a partir de allí, no paró de crecer. Tras ese juego, fue titular y marcó por Copa Argentina y llegó el recordado 3-0 ante Godoy Cruz en casa: el primer partido del esquema 4-3-2-1 con el cordobés como única referencia de ataque.
El gol de Beltrán para empezar a dar la vuelta olímpica
Dejando de lado a pesos pesados como Miguel Ángel Borja y Salomón Rondón, el joven de 22 años se ganó su lugar con trabajo, paciencia, sacrificio y goles: después de una pretemporada en la que no había deslumbrado a Martín Demichelis durante los amistosos, esperó su momento y lo aprovechó con creces para transformarse en un pilar clave del equipo. Más allá de ser un definidor de jugadas, es un jugador complementario, de equipo. Puede arrancar fuera del área, hace de pivote, aporta movilidad y explosión, entiende cómo jugar de espaldas al arco para cubrir y pasar la pelota y es siempre la primera lanza de presión en campo ajeno. Molestar y desgastar a los defensores es una de sus misiones.
Goleador de River en la Liga con 11 tantos, jugó 32 de los 33 encuentros oficiales del año, acumuló 16 goles (uno por Copa Argentina y cuatro por Copa Libertadores), aportó tres asistencias y sumó 1786 minutos. Es decir, convierte o asiste cada 99 minutos. Un aporte implacable para un atacante que tiene una cláusula de rescisión de 20 millones de euros y que será protagonista de los próximos mercados de pases. Retenerlo es prioridad.
3) Los momentos bisagra: cada vez que perdió, ganó
Cuando estuvo contra las cuerdas, el River de Demichelis respondió. Y hay un dato que lo refleja a la perfección: nunca perdió dos partidos en fila en el semestre. Es más, cada vez que perdió, se impuso en su siguiente compromiso. En la Liga le ocurrió en cuatro oportunidades. Cayó 2-1 con Belgrano en la segunda fecha, le ganó 2-1 a Argentinos Juniors en la tercera; cayó 2-1 con Arsenal en la quinta fecha, le ganó 2-0 a Lanús en la sexta; cayó 2-1 con Talleres en la decimosexta, le ganó 2-1 a Platense en la decimoséptima; cayó 2-1 con Barracas en la vigesimosegunda, le ganó a Colón 2-0 en la vigesimotercera.
Lo mismo ocurrió en la Copa Libertadores. Porque cuando perdió 3-1 con The Strongest en la fecha inicial, derrotó 3-0 a Huracán en el torneo local. Y tras el doloroso 5-1 con Fluminense en el Maracaná, venció 1-0 a Boca en el superclásico en el Monumental que fue el espaldarazo más fuerte del semestre. Un golpe de efecto crucial para despegarse de San Lorenzo y Talleres.
Sumado a eso, cada vez que sus perseguidores se acercaron, River respondió. Al punto tal que el equipo cordobés se había ubicado a un punto con siete fechas por jugar y los de Demichelis le ganaron a Banfield y Defensa y Justicia -en los 64 minutos del partido postergado- para sostener la ventaja de siete unidades. Ahí ganó el torneo.
4) La capacidad de adaptación, el rol de los volantes y los delanteros
Aprender a cambiar a tiempo le ha dado beneficios a Demichelis en sus primeros pasos en River. Porque tras cinco primeros partidos con tres triunfos y dos derrotas que dejaron más inquietudes que certezas, torció el rumbo del equipo. El DT dejó atrás dos ideas que no terminaban de convencer: el 4-1-3-2 con Enzo Pérez en soledad en el eje y el 4-3-3, su esquema favorito. Así, empezó a potenciar al equipo de atrás hacia adelante, fortaleció su defensa al punto tal de llegar a ocho triunfos en fila sin goles en contra en la Liga, entendió que Rodrigo Aliendro era indispensable y solidificó al equipo con los cinco mediocampistas.
Armani; Casco, González Pirez, Paulo Díaz, Enzo Díaz; Aliendro, Enzo Pérez, De La Cruz; Nacho Fernández, Barco; Beltrán. Hoy ese equipo, con un sistema 4-3-2-1, parece ser la base de trabajo del entrenador que también cuenta con una alternativa directa: Pablo Solari. El delantero de 22 años se ha transformado en el primer cambio para mutar a un 4-2-3-1 o 4-2-2-2 con un acompañante para Beltrán buscando más profundidad y presencia en el área.
Pero otra de las virtudes del primer semestre de River ha sido la capacidad de adaptación ante las lesiones y adversidades. Porque cuando no tuvo a Mammana y Paulo Díaz, apareció Enzo Díaz para ser marcador central; cuando no contó con De La Cruz, hubo un interesante tramo de José Paradela; y sobre todo, cuando por cuatro partidos no jugó Enzo Pérez en el tramo decisivo de la Copa Libertadores, surgió la figura de Aliendro para ser ovacionado por todo el Monumental.
5) Poder de fuego: goles en todas las líneas
River es voraz. Tiene hambre constante. Busca, busca y busca constantemente el arco rival. Aún tomando riesgos que pueden exponerlo más de la cuenta. Lo sabe, lo asimila. Juega con adrenalina e intensidad y es consciente de lo que puede sufrir. Se prepara para dejarle espacios al rival, pero también para ser insaciable, agresivo, machacador. Nunca resigna su esencia ofensiva. Puede cambiar alguna pieza según el rival, nunca su ADN. Ni siquiera en contextos que pueden ser más adversos de los habituales. Así vive. Y en parte se lo puede permitir por la cantidad, la variedad y la calidad de sus piezas. Todos defienden, todos atacan: hizo 62 goles en los 33 partidos del semestre con 14 autores diferentes.
De esos 62 goles que lleva River (1,87 de promedio por juego), el líder es Lucas Beltrán, goleador con 16 festejos. Luego, aparece Miguel Borja con ocho tantos y cierra el podio Esequiel Barco con 7 gritos. Más atrás se anotan Ignacio Fernández (5), Nicolás De La Cruz (5), Pablo Solari (4), Salomón Rondón (3), Rodrigo Aliendro (3), Matías Suárez (2), Santiago Simón (2), José Paradela (2), Leandro González Pirez (2), Agustín Palavecino (1), Robert Rojas (1) y un gol en contra.
Solamente en un encuentro del semestre River no pudo convertir: en el reciente 0-0 con el durísimo San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro, rompiendo así una histórica racha de 38 encuentros en fila con goles entre los primeros 31 juegos del ciclo de Demichelis y los últimos siete del de Marcelo Gallardo. Se trata de la cuarta marca más importante en la historia del club, reflejo del poder de fuego de un equipo con muchísima vehemencia.