¿Qué es un ‘gobierno Frankenstein’? Así es el posible pacto para gobernar sin mayoría absoluta que busca Pedro Sánchez
Aunque es el PP el que más utiliza esta expresión, fue un dirigente socialista quien la empleó por primera vez
Las elecciones generales celebradas el pasado domingo, 23-J, no ayudan precisamente a despejar esta acusación sobre el presidente, que contra pronóstico, mejor dicho contra el pronóstico de los principales sondeos, obtuvo un resultado que le puede permitir continuar en La Moncloa si sabe jugar sus cartas, pero no es sencillo. Además, este sábado terminó de escrutarse el voto CERA o voto de los españoles que residen en el exterior, que dio un escaño más al PP y se lo arrebató al PSOE, empujando a Sánchez a una épica mayor, a la que por otro lado parece aferrado y hasta cómodo.
Alberto Núñez Feijóo cuenta con 137 escaños para su investidura y cree que puede llegar a los 172 -la mayoría absoluta está en los 176 parlamentarios- sumando los 33 obtenidos por Vox y más otros dos de Coalición Canaria y los conservadores navarros de UPN. La historia es muy distinta para Sánchez, que necesita más votos y de más partidos, no todos además de izquierdas. El PSOE tiene de partida 121 y podría alcanzar 171 con Sumar (31 escaños), ERC (7), EH Bildu (6), PNV (5) y BNG (1).
En este escenario, a Sánchez para la mayoría absoluta ya no le bastaría con la abstención de Junts per Catalunya, el partido de Carles Puigdemont, sino que necesitaría el ‘sí'. Y todo por ese escaño que ha movido el voto CERA.
Que es ‘gobierno Frankenstein’ y quién lo acuñó
Este sábado, el PP, en voz de Pedro Rollán, vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local, se aproximó a una definición de Frankenstein: “Sánchez requiere de unos compañeros de camino que no en pocas ocasiones no coincide su hoja de ruta con la del interés general de los españoles”. En efecto, decir ‘gobierno Frankenstein’ es referirse de forma despectiva a una amalgama de intereses, a un ejecutivo que necesita de formaciones muy distintas y en ocasiones en las antípodas en determinadas materias para sacar adelante una investidura o normas fundamentales.
La expresión cobró fuerza en el mandato que ya concluye, con el primer gobierno de coalición de la democracia, formado por PSOE y Unidas Podemos, y que parlamentariamente, ante la sistemática negativa de PP y Vox, ha necesitado de ERC o EH Bildu, de equilibrios, acuerdos y contraprestaciones a fin de completar tanto los cuatro años como el programa.
Se puede decir que el PP la tomó prestada. Quien introdujo esta denominación fue el fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba. Fue en 2016. España había celebrado elecciones generales y Mariano Rajoy obtuvo 137 escaños, los mismos que ahora Núñez Feijóo. Sánchez ya coqueteaba con Unidas Podemos y Pérez Rubalcaba advertía de la tentación de crear un ‘monstruo’ político. “Eso no suma, sería una ‘investidura Frankenstein’, dijo el socialista. Sánchez solo tenía 85 escaños.
Aquella historia terminó con Sánchez fuera del partido y ese partido, el PSOE, absteniéndose para que gobernara Rajoy. Sánchez regresaría y Rajoy, que no tenía la absoluta, se vio derrotado por ‘Frankenstein’, que le echó en moción de censura.