Por qué California tiene al 50% de las personas en situación de calle de Estados Unidos pese a los millones invertidos
El último informe del tema dio cuenta de un aumento del 10% de estos individuos frente a 2022, lo que, inclusive, obligó a la alcaldesa de Los Ángeles a declarar este problema como una emergencia
El último recuento anual de individuos sin hogar expuso que el ‘Golden State’ concentra más de la mitad de las personas en Estados Unidos en situación de calle, a pesar de llevar invertidos millones de dólares en programas e iniciativas en la materia.
California es el tercer estado más grande del país y tiene una población total de 39.029.342 personas, según datos de julio de 2022 de la oficina de censos, lo que representa el 11,65% de los estadounidenses.
Dentro del estado, destaca la ciudad de Los Ángeles, donde las métricas de este último enero expusieron un aumento del 10% de gente en esta situación, respecto a 2022. Así, son al menos 46.260 las personas viviendo en la vía pública mientras que el año anterior se habían contabilizado 41.980.
Le siguen en esta línea San Diego, San Bernardino y Riverside con aumentos, también, por sobre el 10 por ciento.
Sin embargo, cabe preguntarse cómo es que el estado ya ha invertido más de USD 17.500 millones en soluciones que buscan combatir este problema, dinero suficiente para pagar el alquiler de cada uno de los afectados, pero en su defecto, la crisis sólo se ha agudizado.
Al asumir en su cargo el pasado diciembre, la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, declaró el estado de emergencia por esta razón y concentró sus esfuerzos en erradicarla aunque el último balance no ha dado cuenta de ello.
Para entender por qué las políticas no han sido efectivas hay que distinguir los dos escenarios en los que se encuentran los homeless.
Por un lado, están aquellos que perdieron sus hogares porque no dispusieron del dinero suficiente para hacer frente a sus pagos durante un período de tiempo, por lo que, en realidad, la principal solución para ellos podría ser un subsidio de unos 300 a 500 dólares mensuales por tiempo definido, según concluyó una investigación de la Universidad de San Francisco.
Pero, por el otro, están los homeless crónicos, es decir, quienes han estado sin vivienda durante al menos un año y, a su vez, lidian con problemas de salud mental, consumo de sustancias, alguna discapacidad física o una combinación de ellos.
Este grupo se encuentra en un estado más vulnerable y es una de las claves del fracaso de los innumerables proyectos.
Durante años, las autoridades se han concentrado en proveer viviendas o alojamientos como moteles a modo de hogares temporales.
Bass ya ha puesto en marcha su programa estrella Inside Safe -con una inversión de 250 millones de dólares- que, si bien ha logrado reubicar a más de 1.300 personas en refugios, está nuevamente destinado al fracaso ya que es una medida de realojamiento rápido que no considera las variables de salud mental, deterioro de la salud en general o adicciones que sufren las personas.
Por lo general, los adictos no se convencen fácil de ir a lugares donde los empleados no les permitan consumir drogas ni pueden amoldarse con facilidad a las normas de estos espacios.
A su vez, las estadísticas mostraron que 4.725 personas de este grupo son mayores de 65 años, lo que implica que estén envejeciendo y padezcan de problemas relacionados con ello.
La directora ejecutiva de Los Angeles Homeless Services Authority, Va Lecia Adams Kellum, explicó que es más fácil alojar a los recientemente caídos en situación de calle que a los sin techo crónicos ya que implica un cambio de enfoque. “Quizá haya cosas que debamos hacer de otra manera”, dijo.
Estos últimos necesitan, en realidad, más que sólo una vivienda. Requieren, junto con ello, un servicio que los ayude a sobrellevar sus problemas y, posteriormente, herramientas para reinsertarse en la sociedad y poder conseguir el dinero para mantenerse por sí solos.
“Está bien crear intervenciones temporales pero sin una estrategia de salida permanente, lo único que estamos haciendo es crear una alternativa a largo plazo a las calles”, dijo por su parte John Maceri, director ejecutivo de la empresa People Concern, que trabaja con estas personas.
Si bien una habitación en un motel o una cama en un refugio es mejor que una carpa en la vereda, no deja de ser una solución temporal y las personas no dejan de ser rehenes de estas asistencias estatales.
“Es relativo, tal vez eso funcione para mí porque no tengo problemas significativos de salud conductual pero si dos tercios de las personas en las calles presentan síntomas de salud mental no podemos simplemente pagarles el alquiler”, explicó por su parte a CNN Jason Elliott, asesor principal sobre este tema del gobernador Gavin Newsom.
Sin desmerecer, entonces, las medidas tomadas hasta el momento, los números muestran que ha llegado la hora de abordar la crisis de una manera distinta, con una política más integral que contemple viviendas de apoyo acompañadas, medidas de prevención para que la gente no quede en la calle y una red sanitaria de sustento.