Paso al frente de Tchouameni
El internacional galo apura sus vacaciones antes de incorporarse al equipo blanco. Tras un primer año de adaptación, se le espera enchufado y con alma de líder.
El jugador ha aprovechado sus vacaciones para desconectar y cargar pilas en Los Ángeles, acompañado de su preparador personal Fabrice Gautier (trabaja también con su amigo Koundé y los baloncestistas Gobert y Poirier, entre otros) para no perder el tono físico que le hizo ganarse en su día la fama de ser ‘el jugador que más balones recupera de Europa’. Una faceta que mostró en su debut oficial en el Bernabéu, en la cuarta jornada de Liga ante el Betis, cuando fue el mejor en la victoria de su equipo (2-1). Ese día dejó una impresión sublime a compañeros y aficionados, dando un recital tanto en la recuperación de balones como en la ejecución de los pases.
Y es que Tchouameni, más allá de la etiqueta de ser un pulpo cuando salta al campo, es un futbolista muy completo, con variedad de recursos y multitud de cualidades que le hacen marcar diferencias. No en vano costó lo que costó. Buena prueba de ello fue su asistencia a Rodrygo en su primer derbi en el Metropolitano. O aquel misil desde fuera del área con la camiseta de su selección ante Inglaterra, en un escenario como los cuartos de final de la Copa del Mundo. Personalidad no le falta al francés, aunque desde de la cita mundialista su rendimiento cayó en picado.
Tras fallar el penalti decisivo en la tanda ante Argentina, el centrocampista galo entró en un bucle de sucesos desafortunados. Se perdió la Supercopa por lesión y le costó volver a recuperar la confianza. Ancelotti buscó soluciones en su ausencia, donde emergieron dos figuras destacadas: Camavinga, que acabó superando en trascendencia a su compatriota en el tramo final de temporada, y un Kroos que le sustituyó como 5 en varios partidos vitales para los merengues. El más sonado, la debacle del Etihad en la vuelta de las semifinales de Champions ante el Manchester City. Un resultado doloroso en la retina del aficionado madridista, pero que mostró una evidencia indiscutible: la necesidad imperante de recuperar al mejor Tchouameni para este curso.
Sus números hasta ahora como jugador blanco han sido pobres. Autor de tres asistencias, aún no conoce lo que es marcar con el Real Madrid. Un dato sorprendente, pero que a buen seguro dejará en anécdota esta nueva temporada. Las expectativas son altas, aunque desde el club blanco se transmite tranquilidad y paciencia con un jugador que aún está en proceso de adaptación. No es al primero al que le pasa, ni será el último. Rendir en Concha Espina desde el primer día no es una tarea fácil, aunque se espera un paso al frente de un Tchouameni que llegó con el cartel de futura estrella, y al que talento y personalidad no le faltan para triunfar en el Real Madrid...
