Mbappé, ¿y ahora qué?

Hoy empieza su último año de contrato en medio de un incendio: sigue decidido a quedarse sin renovar, pero el PSG ni contempla esa opción. Y el Madrid observa las llamas... muy atento.

Sergio López de Vicente
As
Es la primera línea y usted ya estará cansado de este artículo. Lógico. Pero lamentamos comunicarle que esta historia, más interminable que la de Michael Ende, apunta a sempiterna. Otra vez. Tome asiento, si es que le queda tila y templanza, en la mesa de los mil y un faroles. Porque los hay, esa es la única certeza de un culebrón agotador: alguien no enseña sus cartas. Tal vez no miente, pero tampoco dice toda la verdad. Así que todo continúa en un profundo atolladero, deambulando sobre la fina cuerda de los grises. De las palabras que se lleva el viento y los pies de plomo. De los ‘me quedo’ y a la vez, ‘o renueva o se va’. Incompatibilidades que convierten el sendero en laberinto. Que vuelven loco a cualquiera, de clubes a aficionados. ¿Cómo -demonios- va a acabar este verano lo de Mbappé? Hay gente que, ahora mismo, pagaría más por esa respuesta, que por saber el próximo número de la lotería.

Al Khelaïfi y Mbappé, el día de su renovación hasta 2025... que finalmente ha sido hasta 2024.
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Al Khelaïfi y Mbappé, el día de su renovación hasta 2025... que finalmente ha sido hasta 2024.Agencia EFE

Todo con tal de salir de un bucle que tiene una clave: Mbappé no va a renovar hasta 2025... y tampoco se va a ir este verano. O eso dice él. Porque recuerden lo de los pies de plomo, ya que el futbolista creó un peligroso precedente hace un año, cuando se comprometió verbalmente con el Real Madrid y después, donde dijo ‘digo’, había dicho ‘Diego’. Así que para absolutamente todo en este asunto, salvo que quede escrito y firmado, siempre habrá un aura de dudas. Pero con lo que se trabaja es con esto. Kylian, al decir “no” al Real Madrid, renovó hasta 2025, en un contrato que tenía trampa: realmente era hasta 2024, con la posibilidad de que el jugador ampliase un año más. Dependía de él, pero debía activarlo (y antes de este 31 de julio). El PSG daba tanto por hecho que así sería, que en el acto de ampliación le fotografió una camiseta de ‘2025′. Pero apenas unas semanas después, boom.

Carta: no renuevo

Fue el L’Équipe quien logró la exclusiva: el 15 de julio de 2022, el jugador envió una carta al PSG comunicando que ese año extra que podía activar, no sucedería. Tajante, decidido. Su contrato, pese al dorado de la camiseta ‘2025′, finalmente sería hasta 2024. Y se desató el apocalipsis. Temblaron los suelos del mercado, las paredes de los despachos y los cimientos de la Torre Eiffel. Porque eso suponía una alerta roja en el PSG (¿se va a ir gratis, entonces, en 2024?) y una oportunidad en Chamartín (¿lo podemos traer gratis, entonces, en 2024?). Empezó un déjà vu digno de Dark. Y nació el gran debate en el Real Madrid: ¿Se le perdona lo que hizo? Pues AS realizó una encuesta que reflejó que el 41% no lo indulta, pero un 58%, sí. Mayoría absoluta (sólo un 1% se abstuvo; desde luego es un tema que indiferencia, no genera).

El PSG pulsa el botón rojo

El gran temor de los parisinos, entonces, pasó a ser evitar el mal mayor: perderlo gratis. El enfado en Doha fue enorme, mayúsculo, de tal magnitud, que tras golpearse alguna mesa, aceptaron venderlo este mismo verano. Se escucharían ofertas. Entonces, Le Parisien publicó que la voluntad del jugador era poner rumbo al Bernabéu ya, estos meses. Se hinchó, hinchó e hinchó el globo... hasta que Kylian apareció con un alfiler llamado Twitter: “Mentiras. Cada vez más grandes. Ya había dicho que seguiré la próxima temporada en el PSG, donde estoy muy contento”. Y en ese incendio se encuentra todo ahora: el jugador insiste en quedarse hasta 2024, pero el PSG se niega a jugársela a perderlo a coste cero. Y el Madrid, desde la distancia, observa las llamas. Discreto.

Kylian Mbappé, con Francia, muy serio.
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Kylian Mbappé, con Francia, muy serio.BENJAMIN CREMELAFP

Ultimátum

La cuestión es que la relación entre club y jugador parece en carne viva. Porque sus posturas son antónimas, siguen siéndolo. Kylian, concentrado con Francia, salió a rueda de prensa y repitió la frase que tanto duele en el Parque de los Príncipes: “Seguir en el PSG es mi única opción en este momento”. Pero sin renovar, claro. Para añadir un dardo por el “enfado” que se había generado en Doha: “Jamás pensé que una carta pudiese matar u ofender a alguien. Además, no fue enviada ahora... hay cosas que me extrañan”. Ya lo ven, erre que erre. La postura de Mbappé es inexorable: tiene contrato hasta 2024 y se va a quedar. Punto. Pero no, el PSG no cede. Y hace días decidió ir más allá: le dio un ultimátum, ‘o renuevas o te vendemos ya’. El acuerdo está verdaderamente lejos. Pero a estas alturas les recordamos, una vez más, que todo esto es una partida de poker. Duden por decreto.

Vale... ¿pero y qué hace el Madrid?

Pues es, sin duda, la parte que transmite más estabilidad: es innegable que hay interés en el jugador, pero calma. Prudencia. Si algo aprendió el club del pasado, es que es un fichaje con el que hay que tener sangre fría. Mucha cautela. Así pues, su intención es firmarlo el verano de 2024, cuando acaba contrato y llegaría gratis. Pero no descartan ninguna hipótesis y manejan que el PSG, de traspasarlo este verano, pedirá 200 millones de euros. Próximamente se sucederán reuniones entre Al Khelaïfi y el entorno de Mbappé, tal vez para tender puentes, tal vez para dinamitarlos definitivamente. Pero la guerra fría sigue calentándose y mientras Kylian rechaza renovar y el club le empuja a salir... él comparte en sus redes el calendario de la Ligue 1 de la próxima temporada. Sube la apuesta en una mesa que va para largo. Y para intensa. El Madrid también juega y de momento, observa. Esbozando una media sonrisa. Bienvenidos, ya, a julio.

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