Los 48 segundos “de horror” que vivieron en el Titan

Según explica a Nius el experto José Luís Martín, el sumergible tuvo un fallo eléctrico y perdió la estabilidad, lo que provocó una caída mortal hacia el fondo del océano.

As.com
La mañana del pasado 18 de junio el sumergible Titan perdió el contacto con el barco que había en la superficie. El submarino tenía el objetivo de visitar las ruinas del famoso Titanic, ubicado a casi 4.000 metros de profundidad en aguas del océano Atlántico. Lamentablemente, los cinco pasajeros del submarino murieron a causa de una “implosión catastrófica”. Pero, ¿qué ocurrió realmente? El ingeniero español y marino mercante, José Luis Martín, ha explicado a Nius lo que pudo haber pasado durante la inmersión del Titan.

Según Martín, el sumergible descendía tranquilamente cuando, a unos 1.700 metros de profundidad, perdió la estabilidad “debido a un fallo eléctrico” y se precipitó rápidamente hacia el fondo del océano en posición vertical, “como si fuera una piedra y sin ningún control”, durante unos 900 metros. El Titan acabó implosionando entre los 2.500 y 2.700 metros de profundidad debido a la presión de los millones de litros de agua que tenía a su alrededor.

“El punto de partida es que el submarino va bajando sin ninguna incidencia y en plano horizontal hasta que llega a una cota de unos 1.700 metros. En ese momento se produce un fallo eléctrico. Se queda sin motor y sin propulsión. Es cuando pierde la comunicación con el Polar Price”, señala Martín al medio mencionado.

“El Titan cambia de posición y cae como una flecha verticalmente, porque los 400 kilos de los pasajeros que estaban en el ojo de buey descompensan el submarino. Todos se precipitan y se agolpan unos encima de otros. Imagina el horror, el miedo y la agonía. Tuvo que ser como una película de terror”, continúa el experto, que cree que todo ocurrió entre unos 48 y 71 segundos de caída libre.

Durante ese tiempo, según Martín, los pasajeros fueron conscientes de la gravedad de la situación. “En ese periodo de tiempo se están dando cuenta de todo. Y además, en plena oscuridad. Es difícil hacerse a la idea de lo que vivieron en esos momentos. Tras esos 48 segundos, o un minuto, se produce la implosión y la muerte súbita instantánea”, zanja el experto.

Muerte “inmediata”

El gran problema tras el fallo eléctrico fue que, según Martín, todos los pasajeros se agolparon frente al ojo de buey del submarino, lo que provocó que se desestabilizase aún más: “A las 09:45 hubo, forzosamente, un fallo eléctrico que dejó al sumergible sin propulsión. Y al faltar esa propulsión, el peso de los pasajeros y el del piloto (unos 400 kilos), que estaban concentrados en la parte delantera cerca del ojo de buey, descompensó la estabilidad longitudinal”.

Al bajar de forma tan brusca, el submarino “se vio sometido a un súbito aumento de la presión” y se produjo “una fuerte compresión del recipiente donde estaban turistas y piloto”. La presión provocó “una contracción instantánea del casco resistente, lo que le supuso una pérdida de volumen del orden del 70% al 80%”. Finalmente, de acuerdo con la teoría de Martín, la muerte súbita de los pasajeros fue “inmediata”.

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