Las cifras que atan a Mbappé al PSG

El delantero no está dispuesto a perdonar la prima de fidelidad de 80 millones. Si el club le vende, podría estar obligado a abonarle dicha cantidad.

Andrés Onrubia
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El culebrón de Kylian Mbappé, por mucho que insista el PSG que quiere venderle lo antes posible si no renueva, no va a decidirse en cuestión de días. Primero, porque la intención del jugador es clara, seguir la próxima temporada en la capital francesa. Y, segundo, porque el club, de puertas hacia dentro, está intentando renovarle para no verse condenado a venderle, que es lo que transmiten en Qatar desde que tuvieron constancia de la carta del jugador a negarse a renovar hasta 2025.

Que Mbappé diga que no quiere renovar no significa que vaya a forzar su salida ni que esté dispuesto a perdonar las ingentes cantidades de dinero que debe abonarle el PSG. Además de su sueldo, que asciende a 72 millones de euros por temporada, el conjunto parisino tendría que pagarle 80 millones de euros el próximo 1 de septiembre en el caso de que siga en Francia una temporada más.

Dentro de este culebrón, indescifrable en todos los sentidos, aparece un tira y afloja de ambas partes. Si el PSG manifiesta públicamente que quiere vender a Kylian Mbappé, quedará evidenciado, ya que la prima de fidelidad que tendría que abonarle la entidad francesa sería una obligación, o así lo entiende el entorno del jugador. En este caso, el futbolista, en el hipotético caso de salir traspasado, podría emplazar al que es todavia su club a un litigio al entender que la prima le corresponde al no habe

r pedido salir en ningún momento.

Mbappé no quiere dar el primer paso. Y, en caso de hacerlo, el PSG entendería que no está obligado a pagarle los 80 millones al haber manifestado su intención de dejar la capital francesa este verano. En otro orden de cosas, si hay un club que llega a un acuerdo con el conjunto francés para ficharle, Mbappé podría pedirle al PSG una especie de ‘bono’ para que esa prima de fidelidad no desaparezca, teniendo en cuenta que no ha sido el futbolista el que ha pedido su traspaso.

Entramos en una fase decisiva, un mes de julio en el que se verá realmente quién está jugando sus cartas y quién va de farol. De momento, Mbappé es inflexible. No quiere perdonar ni un euro del contrato más importante de la historia del fútbol europeo y el PSG, aunque filtre que quiere venderle, es consciente de que su poder de negociación puede reducirse al estar atado a una prima que se firmó en mayo de 2022. El delantero, entretanto, disfruta de sus vacaciones en Miami y se reincorporará a los entrenamientos más tarde al haber disputado partidos internacionales en junio.

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