Hacerle un gol a San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro es imposible: récord de imbatibilidad y triunfo sobre Rosario Central
Un tanto de Malcom Braida alcanzó para que el Ciclón ganara por 1-0 ante su gente; quedó como escolta, a nueve puntos de River
El Ciclón mostró las armas de siempre: dinámica en toda la cancha y una defensa de cinco jugadores que no da ninguna pelota por perdida. Cuando la última línea es superada aparecen las manos de Augusto Batalla, el arquero-capitán que sumó otra valla invicta y es uno de los pilares del equipo.
Lo mejor de la victoria de San Lorenzo frente a Rosario Central
A San Lorenzo no le hacen un gol en su casa del Bajo Flores desde septiembre pasado, frente a River. A los 11 minutos del primer tiempo, el cuadro azulgrana superó el récord de invencibilidad como local del fútbol argentino, que tenía Racing desde el amateurismo (1916-1918). Y tras mantener el cero en su arco, el Ciclón acumula 1400 minutos sin sufrir un gol.
Además, los hinchas despidieron con una ovación a Nahuel “Perrito” Barrios, una de las figuras del equipo. Lo mismo hicieron en la semana tras la clasificación agónica en la Copa Sudamericana. El “Perrito” perdió a su hermano en los últimos días y volvió a recibir el cariño de su gente. Una vez más, fue una de las figuras del equipo junto a Batalla y a Braida, autor del gol que le dio los tres puntos al Ciclón. Y una vez más, se emocionó al abandonar el campo de juego. “Para el Perritooo...la Selección”, se escuchó.
Este San Lorenzo de Rubén Darío Insua tiene una virtud: se pone el overol en todos los partidos. Sale a la cancha convencido del libreto. En él no hay lujos ni esquemas tácticos novedosos. La idea del equipo es sencilla: resguardar el arco propio como si fuera una trinchera. Pensar en el arco rival sin desesperarse. Y aprovechar al menos una de las jugadas que genera. Sus futbolistas saben que si convierten apenas un gol tienen altísimas chances de quedarse con el triunfo. Es que hacerle un gol a su arquero Batalla es una batalla que parece perdida. El dato intimida a los rivales: pasaron 1400 minutos desde el último festejo de un equipo visitante en Tierra Santa (el Nuevo Gasómetro). Fue en septiembre del año pasado y el responsable, Emanuel Mammana, de River.
Rosario Central, su rival de este sábado, llegó poco a los dominios de Batalla, a préstamo en el Ciclón desde el equipo millonario. Cuando lo hizo, su faro fue Alejo Véliz. El delantero de la selección Sub 20, cláusula de 15 millones de euros, tuvo una jugada clara en su cabeza, en el segundo tiempo y cuando el Canalla ya estaba por debajo en el marcador. Fue tras un centro, y su impacto fue bien repelido por el arquero azulgrana. El equipo dirigido por Miguel Ángel Russo padece el mismo defecto que el San Lorenzo de Insúa: flaquea cuando juega fuera de Arroyito (apenas ganó un partido).
Así como Batalla cerró su arco, San Lorenzo disfruta a otros dos futbolistas que simbolizan el ciclo Insua. Uno de ellos es Malcom Braida, un lateral izquierdo que se disfraza de carrilero y llega por sorpresa a espaldas de los laterales visitantes. Así llegó el único gol del partido, tras un centro desde la derecha de Iván Leguizamón. La pelota dio en el palo, intentó despejar Jorge Broun y Braida, oportunista como un delantero, convirtió. Fue su segundo gol en dos partidos (había convertido ante Estudiantes de Mérida, por la Sudamericana). Fue, también, un premio para un futbolista que no falta nunca y que se ganó el corazón de los hinchas por su despliegue para la marca y su aptitud para atacar.
El corazón de los hinchas de San Lorenzo también latió con fuerza para arropar al “Perrito” Barrios, el hijo pródigo del club que pasó una de las peores semanas de su vida por la muerte de un hermano. Pese al factor anímico, el diminuto futbolista volvió a ser el gestor de las jugadas de ataque de su equipo. Cuando el ciclón avanza, los mediocampistas tratan de ubicar a Barrios para que juegue y haga jugar. Pelota al pie, endiablado en el uno contra uno y cabeza levantada siempre, el “Perrito” se las ingenió para encontrar espacios entre líneas y ofrecerse como descarga. En su voluntad, que es la de todo el equipo, se resume el gen competitivo de este San Lorenzo. El Ciclón sabe maximizar sus virtudes.
“Esta gente se merece estos momentos .Vamos para adelante. No perdona una gota de sudor. Peleamos, vamos al frente en cada acción. Lo entrenamos y nos sale natural”, dijo el colombiano Rafael Pérez tras el partido y en declaraciones a TNT Sports. “Tratamos de ir sumando. A fin de campeonato veremos. La actitud es lo mejor, el corazón. El grupo lucha hasta el final”, completó Braida, el goleador azulgrana. Envalentonado por la clasificación copera, San Lorenzo va. Puede que no sea un culto a la estética. Pero le sobran ganas y voluntad. Le alcanza para hacer una gran campaña, que nadie esperaba cuando Insúa asumió como entrenador.