Golpe de Reino Unido a Rusia
El departamento del Tesoro británico ha anunciado un nuevo paquete de sanciones a varias personalidades rusas por “su papel en la invasión de Ucrania”
Es cierto, sin embargo, que Londres no ha cumplido con todas las exigencias de Kiev. Por ejemplo, ha evitado pronunciarse claramente en cuestiones como la integración acelerada de Ucrania en la OTAN o el envío de cazas de combate para dar la batalla al Kremlin desde los cielos. Pero todos estos debates están marcados por delicados equilibrios a muchas bandas. En todo aquello que ha estado directamente en su mano, los británicos han dado solícito apoyo a la nación atacada.
Uno de los frentes en los que se está librando esta guerra -y que es casi tan crucial como el militar- es el de la economía. Atacar directamente al bolsillo ruso puede debilitar posiciones y descubrir vulnerabilidades. Eso es algo que los aliados atlánticos entendieron en seguida. Estados Unidos, la Unión Europea y el propio Reino Unido han desplegado represalias comerciales y financiera sin precedentes a lo largo de este año y medio que lleva durando el conflicto.
Intenciones cristalinas
Tanto es así, que cada vez que se amplían las listas negras y las congelaciones de activos apenas se respira sorpresa a uno u otro lado del mundo. Pero, aunque ya sea casi rutina, Reino Unido se ha decidido a aumentar sustancialmente su apuesta por el debilitamiento de la plutocracia rusa. El Departamento del Tesoro ha publicado una extensa relación de personalidades que se verán afectadas por el último capítulo de esta historia de beligerancia desarmada.
Entre los damnificados están los ministros de Educación (Serguei Kravtsov) y Cultura (Olga Luibimova) del ejecutivo de Vladimir Putin, el gobernador rusófilo de la ocupada provincia de Járkov y varias autoridades de la disputada y autoproclamada república del Donetsk. Quizás sea solo un ladrillo más en la construcción de un muro defensivo. Pero la intencionalidad política del Muy Leal Gobierno de Su Majestad es cristalina.