F1 | GP DE GRAN BRETAÑA Show de Norris y Hamilton y victoria para el de siempre
Verstappen gana en Silverstone por delante de un enorme Lando y Lewis. Alonso salva un séptimo y Sainz, un décimo justo por detrás de Leclerc.
Fue una fiesta, sí, pero para ellos. Alonso salvó los muebles con un séptimo puesto que sabe incluso dulce vista la falta de ritmo del Aston Martin en el circuito más cercano a su fábrica, apenas 50 metros. Se esperaba a los dos Red Bull delante y también a los Mercedes, pero aquí se colaron también los McLaren con un ritmo que pilló a casi todos por sorpresa desde el sábado. Así que, desde la perspectiva del asturiano, se logró el mejor resultado posible y ahora llegarán trazados más favorables, como Budapest dentro de dos semanas. Desde la perspectiva de Sainz, poco más de lo mismo: con una degradación extrema en el Ferrari y un neumático duro que no le llevaba a ningún sitio en el ‘rush’ final, Carlos salvó el décimo puesto tras una batalla contra todos los del tren de los puntos y solo perdió uno con respecto a Leclerc (9º). Mal de muchos...
Norris pasó a Verstappen en la salida
La salida no tuvo mayores incidentes. Los dos McLaren se atacaron y Lando pasó a Verstappen para liderar hasta que se permitió el uso del DRS. Detrás, Russell aprovechó la goma blanda para quitarse rápido a Carlos y atacar a Leclerc. Alonso progresó dos puestos, llegó a adelantar a Hamilton, pero la diferencia de ritmos terminó por poner a cada uno en su sitio. A partir de ahí, muchas curvas rápidas pero poca chicha: son tan duros los Pirelli que se puede completar el GP de Gran Bretaña con una parada, de medios a blandos, en el circuito que más fuerzas reparte sobre los neumáticos.
Magnussen abandonó en la vuelta 33 con su Haas amenazando barbacoa y salió el coche de seguridad. Eso benefició a los que aún no habían parado (Hamilton pasó así a Piastri, que pudo ser tercero y fue cuarto; Alonso también superó a los Ferrari). Max montó la blanda, Norris puso la dura y Lewis, blanda también. Pero la presión extrema del Mercedes en la resalida no sirvió para adelantar a un Lando en estado de gracia, crecido ante su público. Le aguantó la posición cuando nueve de cada diez pilotos la habrían dado por perdida. La grada estremecida, en pie. Hay piloto ahí. Y hay equipo, y coche, que tomen nota los otros grandes.
Esa resalida no le vino bien a Sainz, que acababa de poner las duras y se encontró en un pelotón lanzado con mejores gomas que él. Del séptimo al décimo, en una vuelta se le fueron todas las posiciones. Tampoco le debió ir muy bien a Leclerc, que hizo una segunda parada para librarse de la dura. Fue noveno. Alonso (7º) solo perdió la plaza con Checo (6º) y sostener la presión que le llegaba desde atrás gracias al tapón de Albon (8º). Para el capítulo de sucesos, la pelea entre Stroll y Gasly con sanción para el canadiense y retirada del francés. Y la avería de Ocon en otra de esas carreras con cero puntos para Alpine.