El ‘Carletto’ más flexible
Ancelotti es un ganador sin ser un talibán del esquema. Ahora probará un 4-3-1-2 para acomodar a Bellingham. Ya lo hizo con Zidane, Pirlo, Lampard, Kaká...
Un inicio ‘atado’ al 4-4-2
En su arranque en los banquillos, Ancelotti se encontró con el eterno dilema: ¿sistema fijo o adaptar el dibujo a cómo son sus futbolistas? Optó por lo primero. “Sólo con la experiencia comprendí que cuando un entrenador se dispone a formular su trabajo debe, en primer lugar, conocer a fondo las características de sus jugadores y sólo después adoptará y desarrollará un sistema que permita a cada jugador manifestar sus cualidades lo mejor posible”, escribe el técnico en su libro Il Mio Albero di Natale (2013). En la Reggiana su 4-4-2 ortodoxo le fue bien, pero en el Parma ese dibujo se tropezó con el talento como diez de Zola, que tuvo que irse al Chelsea... También se opuso a la compra de Roberto Baggio. Ancelotti se prometió no volver a ser tan rígido.
Un 3-4-1-2 para Zizou
Cuando la Juventus contrató a Ancelotti en 1999, Carletto cambió el chip. La Vecchia Signora gravitaba alrededor de un crack que no encajaba en un 4-4-2 canónico. “Sin Zidane el autobús no salía, ni siquiera aunque se retrasase una hora, así que era impensable que yo idease un módulo de juego que no le pusiese en el medio del proyecto”, recuerda el transalpino. “Abandoné mi querido 4-4-2 para pasar a un 3-4-1-2 que me permitía usar al jugador más importante en la posición más adecuada para él”. Ancelotti, incluso, probó un 4-4-1-1 con Zizou por detrás de Inzaghi en unas semis contra el United...
El ‘tornado’ Kaká y el 4-3-1-2
En Milán, otra reinvención. “Kaká fue un tornado que sacudió nuestro sistema; pasamos al 4-3-1-2 para resaltar lo que considero que debe ser un mediapunta moderno”. Una disposición que puede recordar a la que se podría verse en el Real Madrid 2023-24 con Bellingham. Luego, en 2002, otra vuelta de tuerca. Pasó a un 4-3-2-1, el famoso Árbol de Navidad por su similitud a un abeto. Lo ideó para fortalecer la calidad de Pirlo como vértice del juego en la línea de tres.
Un Lampard más incisivo
Ancelotti aterrizó en Stamford Bridge en 2009 y aunque partió de un Árbol de Navidad al estilo milanista, rápido se percató de que Lampard no terminaba de dar el máximo. “La posición de mediapunta no le permitía su mejor característica, la entrada sin balón en el área rival. Lo solucioné descentrando a Malouda ligeramente a la izquierda y creé un espacio para Lampard”. Con esa fórmula hizo 27 goles, su récord.
París y el Bayern...
Ancelotti fue el técnico del primer PSG de los megafichajes y decidió retornar al 4-4-2. Ese potencial 4-3-1-2 para potenciar a Bellingham lo empleó también por momentos en París (con Pastore de enganche ganó 2-0 el siempre caliente duelo al Olympique de Marsella) y en Múnich. Aunque en el Bayern comenzó con un 4-3-3 antes de decantarse por un 4-2-3-1, ese 4-3-1-2 se vio, por ejemplo, en un 0-2 al Ingolstadt, con Thiago por detrás de Lewandowski y Müller. En el Everton también recurrió a ese sistema en un 3-3 contra el United con James Rodríguez escalonado antes de Calvert-Lewin y Richarlison.