Edinson Cavani, un delantero con voz propia para cantar goles y triunfos en un Boca más de solistas que de estilo colectivo
El uruguayo es la gran novedad del mercado de pases argentino; con 36 años, llega tras 16 temporadas en Europa; ¿cómo puede encajar en el equipo de Almirón?
Los planetas terminaron de alinearse para Boca porque Cavani, por razones familiares, valora estar cerca de Uruguay en este momento de su vida. El pase, transformado en una novela recurrente en ventanas de transferencias pasadas, causó una lógica conmoción. Y la onda expansiva está asegurada por todo el tiempo que dure la estancia del uruguayo en la Argentina.
Los últimos siete goles de Cavani, en Valencia
En primer lugar, conviene citar los últimos datos duros del delantero nacido en Salto. Tiene 36 años y sus últimas dos temporadas, una en Manchester United y otra en Valencia, son las más desvaídas de su larga y fructífera carrera en Europa, a donde llegó en 2006 para incorporarse a Palermo, continuar en Napoli (hizo una gran sociedad con Ezequiel Lavezzi), seguir en Paris Saint-Germain (fue el máximo goleador histórico, con 200, hasta que lo superó Kylian Mbappé), Manchester United y Valencia. Fue titular en un encuentro e ingresó en los otros dos en el breve paso de Uruguay por Qatar, en el cuarto mundial en su trayectoria.
De Valencia se despidió tras 28 encuentros oficiales y siete goles. Sus últimos festejos personales fueron el 18 de enero de este año, con dos tantos a Sporting Gijón por la Copa del Rey. Entre octubre y marzo estuvo 50 días inactivo con partes médicos por una lesión en un tobillo y un desgarro en la parte posterior del muslo derecho. Al margen de lo físico, Cavani no vivió en el entorno más beneficioso para lo mental. Valencia es un club convulsionado, en crisis perpetua en el nivel de los dirigentes, con un dueño (Peter Lim) que da órdenes desde Singapur, y serias dificultades económicas.
Para Juan Román Riquelme es un sueño cumplido. Lo tendrá para la etapa de los playoffs de la Copa Libertadores, aunque lo ideal habría sido que llegara un poco antes, para disponer de más tiempo de adaptación. Y para el vicepresidente también es una movida que tiene peso político, a menos de un semestre de las elecciones para renovar autoridades. También descomprime un poco el personalismo que mediáticamente concita la figura de Riquelme. Las cámaras que recurrentemente se iban hacia su palco para captarlo tomando mate, ahora perseguirán más las corridas de la nueva figura.
Cavani tomó el posteo de Boca y sumó dos manos estrechándose
¿Cómo debería irle a Cavani en Boca? Obviamente, es una conjetura que tendrá respuesta sólo desde la cancha, y que está sujeta a un montón de imponderables, pero existe un marco referencial por tener en cuenta. Hasta ahora, el equipo de Jorge Almirón es más reconocible por la influencia de algunas individualidades que por un estilo colectivo definido. La evidencia más reciente fue la gran jugada que inventó Frank Fabra para el gol de Exequiel Zeballos en la victoria por 2-0 sobre Independiente. Pura jerarquía individual.
El entrenador tiene mérito en haber potenciado a Cristian Medina, Valentín Barco y Luis Advíncula (éste, en la función de 8/7). En lo táctico, Almirón varió mucho. Dispuso línea de cuatro, también de tres zagueros, doble volante central, único Nº 5 con dos interiores, con un enganche, 5-3-2, 4-3-3, 4-4-2 (con dos centro-delanteros). La búsqueda es continua y puede inquietar a más de uno, porque esta plasticidad en los sistemas hasta ahora no derivó en la consolidación de un funcionamiento.
Boca tiene pasajes interesantes, chispazos, pero también profundas lagunas y momentos oscuros, de equipo que parece quedarse sin respuestas. Este sábado, ante Independiente, el director técnico plantó de inicio un 4-3-3, con Darío Benedetto como Nº 9, Miguel Merentiel abierto sobre la derecha y disposición natural de hacer la diagonal hacia adentro porque no es un extremo que tenga desborde, y Norberto Briasco recostado en la izquierda. Detrás de ellos, la generación de juego quedaba en los pies de Medina, Alan Varela y Ezequiel Fernández, más la creatividad que podían aportar las proyecciones de Barco.
Hace cuatro años, el sueño de ganar la Copa Libertadores
Con todo eso, Boca no pateó al arco en el primer tiempo. Cavani es un delantero como para cubrir todo el frente de ataque. No suele ser un Nº 9 referencial, necesita incursionar desde zonas más abiertas para imponer su potencia en velocidad. Lanzado, es difícil de contener, y juega con el arco entre ceja y ceja. Sin ser un habilidoso que resuelve en una baldosa, posee buena técnica como para manejarse en espacios reducidos, y de las bondades de su capacidad de remate hablan sus cientos de goles. A la agresividad ofensiva, también para el cabezazo, la trae de cuna; es una amenaza constante para los defensores. De su compromiso dio fe Sergio Romero, compañero durante un año en Manchester United: “Cavani es superprofesional, increíble. Vive para el fútbol. Esta camiseta es pesada, pero con su trayectoria, no va a sentirla. Les servirá también a los jugadores más jóvenes, para que sigan creciendo”.
Por cómo se maneja Almirón, cabe imaginar que las parejas de baile de Cavani en la ofensiva irán variando. Alguna vez será Benedetto; otra, Merentiel; también suma muchos boletos la vuelta en muy buen nivel de Zeballos, quizá Luca Langoni si deja atrás las lesiones, y habrá que ver el espacio que pueda hacerse Lucas Janson, otro refuerzo. “Es una figura internacional, nos va a enseñar y a obligar. Será bien recibido por un grupo sano y trabajador”, expresó este sábado Almirón.
Lo más destacado de Independiente 0 vs. Boca 2
Hasta ahora Boca sonó mejor con los solistas –frente Independiente se destacó “Chiquito” Romero al desviar un penal, entre varias atajadas– que como orquesta. Y suma a Cavani, alguien que tiene voz propia, letra y ritmo para cantar goles y victorias.