Edinson Cavani en Boca: cómo Jorge Almirón le hará lugar a una estrella que no llega a un equipo consolidado: ¿y si Pol Fernández juega de líbero?
Más allá del 9, el entrenador deberá trabajar contrarreloj porque (salvo excepciones) no cuenta con titulares que rindan de manera sostenida en un mismo puesto
¿Cuántos titulares tiene hoy seguros Almirón? ¿Chiquito Romero y cuántos más? ¿Y los haría convivir en qué esquema táctico? En el ideal del DT están los dibujos 4-3-3 y 5-3-2, pero en la Liga Profesional que acaba de finalizar, la Copa Argentina y la Copa Libertadores, estuvo condicionado por tantas lesiones que terminó resolviendo más con parches y aprovechando momentos de los futbolistas. Así fue que apareció Cristian Medina como enganche en un 4-3-1-2, Luis Advíncula como extremo derecho en un 4-3-3; Valentín Barco como lateral o como extremo en un 4-3-3 en el tándem con Fabra; también recurrió al doble 9 en un 4-4-2 que no le dio tantos resultados desde el funcionamiento, aunque Merentiel hizo goles. Todos aciertos individuales del DT y el protagonista de turno pero que no terminaban de sellar sociedades colectivas.
Ahora llega su hora de la verdad: si hay alguien que no puede dudar desde este momento, es Almirón. Porque tampoco es que tendrá mucho tiempo de trabajo hasta el primer partido con Nacional, por la ida de los octavos de final de la Copa Libertadores, que será el miércoles 2 de agosto en Montevideo. La revancha, el 9, en la Bombonera. El entrenador puede hacer modificaciones tácticas porque el partido le está pidiendo un movimiento de fichas en ataque o en defensa, pero no por dudar o terminar de resolver una estructura más firme. Y una de las claves para todo entrenador es poner juntos a la mayor cantidad de futbolistas donde mejor rinden.
Almirón dirigió 23 partidos como DT de Boca: ganó 14, empató 3 y perdió 6. El equipo marcó 31 goles y recibió 17. Hizo pocos goles en el contexto xeneize y recibió varios, muestra que todavía no camina con pasos firmes. Durante su gestión, se vieron destellos tácticos de su mano durante los partidos, pero más allá de haber potenciado varios rendimientos individuales como los de Luis Advíncula (jugando de mediocampista o de extremo), Valentín Barco, Cristian Medina y Miguel Merentiel (cuando no juega de extremo), el resto se desenvuelve en un nivel irregular que así como lo puede ubicar en el equipo titular, también lo puede sacar. La gran noticia, por encima de la llegada de Cavani, es para Almirón haber recuperado tras la lesión a Exequiel Zeballos, el mejor ‘refuerzo’ de Boca.
Hay dos casos emblemáticos durante el ciclo Almirón. Pol Fernández y Darío Benedetto. Allegados al entrenador afirman que el mediocampista es muy valorado y que por eso no sólo es titular casi siempre, sino que además lleva la cinta de capitán. Surgido de las inferiores de Boca, alterna buenas y malas, y cuesta observarlo en un puesto específico: ¿tiene más incidencia ofensiva o defensiva? A veces llega al gol o puede aportar una asistencia incluso jugando de extremo (posición que no siente) y defensivamente en la línea de volantes no termina de encontrar la ubicación con Alan Varela que sí había generado con Jorman Campuzano en el primer Boca de Miguel Angel Russo.
Afirman desde el cuerpo técnico en los pasillos de la Bombonera que lee muy bien el juego y para Almirón es titular, hasta Riquelme lo calificó como “el jugador más inteligente del fútbol argentino”. Pero si es así, y teniendo en cuenta que Almirón suele jugar con línea de 3 o de 5 –sumado a que ningún defensor central rindió a la altura en el último año-, quizás la primera solución que podría tener el técnico para Pol Fernández es ubicarlo como líbero. Eso lo ordenaría y podría potenciarlo a él desde el rol específico y hasta a compañeros como Nicolás Figal o Nicolás Valentini, que con línea de 4 no ofrecen un nivel destacado. Alguna vez pasó por la cabeza de Almirón, pero nunca la llevó al campo por un partido oficial.
Benedetto es otro referente que no pasa por un buen momento y hasta desde las posturas ya se lo ve contrariado antes de empezar a jugar. Como si estuviera incómodo. Se esfuerza en colaborar con el equipo y a veces por demás, como el retroceso que aplicó ante Independiente y terminó cometiendo penal por mano. La forma de atacar de Boca debería potenciarlo, ya que con Almirón se ven avances con triangulaciones y desdoblamientos que no se observaban en los ciclos de Battaglia e Ibarra, pero así y todo su nivel está por debajo de lo esperado por el cuerpo técnico. Mucho se habló durante estos días sobre la convivencia en el campo de juego de Benedetto y Cavani.
¿Pueden jugar juntos? Como poder, pueden. Pero para jugar con doble 9 (y fue el déficit que se vio en Boca hasta ahora en diferentes partidos), ambos necesitan que se los abastezca con centros y con ataques por afuera. Y ahí es donde a Boca le faltan futbolistas con características de ida y vuelta, de recorrido largo. En ese caso, el inconveniente no sería tanto el doble 9, sino cómo terminaría armando el resto del equipo.
En la presentación de este lunes, le preguntaron a Cavani por su posición en la cancha. Y más allá de mostrar buena voluntad, quedó claro que es centrodelantero: “En mi carrera puedo jugar de central, lateral, volante, donde me necesiten, bromeando un poco... en la zona de ataque el lugar que me gusta más es dentro del área, por el momento que uno está, cerca del área, con la experiencia, es donde me sentí más cómodo”. Y agregó: “A veces podemos tirarnos a un costado y ver lo que podemos aportar”.
La incorporación de Lucas Janson (más allá de que llegó lesionado) puede ser positiva si físicamente se pone bien para relanzar su carrera. Tiene características interesantes desde los gestos técnicos con ambos perfiles y hasta buen cabezazo para insertarse en la estructura de Almirón, como eventual extremo o jugando detrás de Cavani en un 4-2-3-1, otro de los dibujos usados por el entrenador. Lo mencionado de Zeballos. Variedad de delanteros tiene Boca, más si recupera a Luca Langoni. Pero -se insiste- la clave será que defina bien el técnico con quiénes quiere encarar el desafío en este segundo semestre.
Más interrogantes por lo visto en el ciclo: ¿su 5 será Varela o Campuzano? El nuevo Boca le pedirá goles a Cavani, pero también Almirón deberá terminar de darle forma a un equipo que, hasta ahora, estuvo en permanente construcción. A la vista, no terminaba de reconocerse desde los nombres y el sistema de juego. Quizás la llegada del 9 de jerarquía lo ayuda como punto de partida para lo que viene.