Copa Sudamericana: San Lorenzo se trajo un triunfo muy valioso de su excursión a Colombia
A pesar de las bajas -entre salidas, lesiones y suspendidos-, el Ciclón consiguió tres puntos fundamentales frente a Independiente Medellín
Una reconstrucción permanente, un desafío a extremar esfuerzos y recursos. Esa es la tarea que asumió desde su regreso a San Lorenzo el entrenador Rubén Insua. Y los octavos de final de la Copa Sudamericana no le escapan al reto: del Ciclón se marcharon el defensor Federico Gattoni –Sevilla- y el delantero Andrés Vombergar –Al Ittahad Kalba, de Emiratos Árabes- y no logró sumar refuerzos para encarar el certamen sudamericano.
Cuatro días atrás, Jonathan Galván (Racing) asomaba como incorporación y hasta se especulaba con que el zaguero fuera parte de la delegación. Mientras el equipo jugaba en Bogotá, su futuro ahora no aparece tan vinculado con el club del Bajo Flores. Cristian Tarragona (Gimnasia LP) y Lucas Pratto (libre de Vélez) figuraron como candidatos para robustecer el ataque, pero las charlas dejaron de tener continuidad; para tratar el caso de Carlos Auzqui, Estudiantes no negociará hasta la semana próxima, cuando dirima su continuidad en la Copa Sudamericana.
Rehacer la formación ante las partidas y también ante las ausencias, porque la defensa quedó diezmada con la suspensión de Gastón Hernández –acumuló tres tarjetas amarillas- y la lesión de Carlos la Roca Sánchez, que sufrió un desgarro en el isquiotibial izquierdo en el clásico con River, el sábado, por la Liga Profesional. La titularidad de Gastón Campi y de Gonzalo Luján fueron las alternativas a las que echó mano el DT para no modificar el dibujo táctico 5-2-3 que ya es un sello distintivo del ciclo que se destaca por el orden, el sacrificio y el aprovechamiento de las transiciones de defensa a ataque.
Las bandas fueron los espacios elegidos por Independiente Medellín –quedó fuera de la Copa Libertadores en la última fecha- para lastimar y Edwuin Cetre era el jugador más desequilibrante del juego. Pero una falta sobre Malcom Braida, antes de la media hora de juego y que el árbitro venezolano Alexis Herrera interpretó de tarjeta amarilla –el VAR corrigió por roja-, modificó el mapa: los colombianos quedaron tocados, revueltos, agitados por la sanción –además arrastraban una mano-penal de Jalil Elías que el VAR, a cargo del brasileño Rafael Traci, no contempló- y a partir de la paciencia y la circulación –sin profundidad- San Lorenzo se desahogó, descubrió oxígeno para su plan.
Lo mejor del encuentro
La sociedad Braida-Barrios es el mejor argumento ofensivo que enseña San Lorenzo. Y en esa fórmula descansó el Ciclón, que tuvo su mejor oportunidad tras un rápido tiro de esquina que Barrios conectó con Leguizamón; el extremo lanzó un centro rasante que desvío en el arquero Mosquera y cuya trayectoria no logró corregir Luján, por el segundo palo. Con el ingreso de Maroni por Perruzzi, los azulgranas expusieron la intención de ser más ofensivos y, en contrapartida, DIM quito a León para provocar la entrada de Chaverra y equilibrarse, tras la expulsión de Cetre.
Se multiplicaron las intenciones y en una combinación entre Maroni y Bareiro, el arquero Mosquera ahogó el festejo del volante. No pudo frente a Bareiro, que giró ante el zaguero Moreno y desató el nudo. El miércoles, en el Nuevo Gasómetro, volverán a medirse, y San Lorenzo intentará cerrar la serie. San Pablo lo esperará en los octavos de final.