Copa Sudamericana: Estudiantes armó un festival en su casa, goleó a Barcelona y sigue en carrera
En La Plata, se impuso por 4 a 0 al conjunto ecuatoriano y se clasificó para los octavos de final del certamen internacional; ahora, jugará con Goiás, de Brasil
La derrota sufrida la semana pasada en Ecuador por 2 a 1 resultó un bálsamo. Necesitaba estar caído, vencido, para volver a intentarlo. Para despegar. Y lo hizo con una muy buena actuación colectiva en todas las líneas.
Fue un enorme primer tiempo del equipo platense. Sobre todo, si se recuerda su deslucida tarea del sábado pasado en el capítulo inicial frente a River, por la Liga Profesional, cuando quedó 0-3 y... pudo sufrir un par de tantos más. Claro, jugaba por poco y nada por el torneo doméstico en el que lleva seis partidos sin éxitos. Su cabeza estaba instalada en seguir con entusiasmo en la Copa Sudamericana. Juego, personalidad, convicción: todo eso dispuso el León en ese segmento del encuentro, a puro vértigo.
Los dos primeros gritos fueron convertidos por el uruguayo Mauro Méndez, de 24 años: el segundo fue una obra colectiva sensacional, que lo tuvo todo. Toques, sorpresas y una definición de cabeza a la altura de la construcción. A los 18 minutos ya estaba 2-0. Estudiantes borró del mapa a Barcelona, que tiene a algunos argentinos en la formación, como Javier Burrai, Luca Sosa y Francisco Fydriszewski, que fueron titulares.
El 3-0 resultó otra exquisitez: un doble enganche y la definición de zurda de Benjamín Rollheiser directa para un cuadro. El elenco ecuatoriano se fue desinflando, nervioso al defender, irresoluto al intentar atacar. No creyó nunca en la remontada.
Lo mejor de la goleada de Estudiantes
El León lo maniató con un cuadrado. Rollheiser, Zapiola, Carrillo y el artillero, con destrezas y engaños, mantuvieron el control del desarrollo, más allá de que con el transcurrir del tiempo, el rigor físico y el colmillo afilado fueron bajando poco a poco la guardia. De todos modos, el control fue exclusivo. Respaldado por una auténtica multitud en su moderna cancha, que sabe que en esta clase de partidos aflora la mística de toda una vida. Se sintió en cada rincón del pintoresco Uno.
En el arranque de la segunda mitad resolvió el asunto, con un toque de Guido Carrillo, luego de otra muy buena jugada colectiva, que incluyó un taco, del propio goleador. Lo que siguió fue un espectáculo sin suspenso, un monólogo del equipo que dirige Eduardo Domínguez, tal vez, en su mejor producción en 2023. El DT había sido muy claro en las últimas horas en referencia a los dos conceptos básicos de un buen equipo: el ataque y la defensa.
De lo primero, decía: “Los últimos partidos tuvimos muchas chances de gol claras, pero no fuimos certeros. A veces no importa cuántas veces llegás, sino ser eficaz. Necesitamos tener esa tranquilidad cuando se entra al área. El equipo sabe generar peligro, no tenemos que volvernos locos. Más allá del sistema, hay que tener la posibilidad de generar juego tanto por fuera como por dentro”, añadió. Desde ya: lo cumplió holgadamente, de principio a fin.
De lo segundo, advertía: “Yo no noto una involución. Nos hacíamos muy fuertes defensivamente, y ahora no lo estamos pudiendo sostener. En esos primeros partidos era muy difícil generarnos situaciones de gol, y hoy con poquitas chances los rivales están siendo efectivos. Tenemos que volver a ser sólidos en la parte defensiva para poder ser sólidos en la parte ofensiva”. En la misma dirección: Barcelona casi no le generó peligro, solo unos embates de Damián Díaz, que ingresó por un inexpresivo Fernando Gaibor, de errático paso por Independiente.
Estudiantes estaba obligado a ganar para evitar la eliminación directa. Y lo hizo con una tarea de alto vuelo. El equipo de Eduardo Domínguez llegó a esta instancia de reclasificación por haber quedado segundo en el Grupo C con los mismos puntos que Bragantino de Brasil (14), pero con menor saldo de goles; Barcelona, en cambio, arribó desde la Copa Libertadores, en la que finalizó tercero de una zona compartida con Palmeiras de Brasil, Bolívar, de Bolivia y Cerro Porteño, de Paraguay.
Goiás, su próximo adversario, está en crisis en el Brasileirao, con 12 puntos, en el puesto N°17, en zona de descenso. Sólo ganó tres partidos de los 15 disputados. Aunque en la Sudamericana superó su grupo de manera invicta y sin mayores problemas. Será, para Estudiantes, otro buen examen.