Central Córdoba vs. Independiente, por la Liga Profesional: el Rojo fue sólido, no pasó sustos y después de 24 fechas volvió a ganar de visitante
Se impuso en Santiago del Estero por 1-0, con un buen gol de Braian Martínez; sobre el final, se fue expulsado Edgar Elizalde
A esta altura de la Liga Profesional no hay disimulo posible para la pálida imagen que el Rojo arrastró durante todo el semestre. Nada cambió en las 25 fechas disputadas. Aquel lejano triunfo inaugural frente a Talleres no tuvo continuidad y lo mismo ocurrió con el oasis de mejoría que siguió tras la llegada de Ricardo Zielinski a la dirección técnica. “No somos capaces de ganar dos partidos seguidos y eso nos hace jugar siempre con un revólver en la cabeza”, decía el Ruso hace un par de semanas. Y esa presión, sumada a un plantel que en el plato positivo de la balanza tiene muy poco que enseñar, derivó en una campaña para el olvido.
Este “hábito” malsano de alternar rendimientos aceptables con otros paupérrimos tuvo una muestra más en Santiago del Estero. Corrigió Zielinski su error del martes pasado ante Newellˋs, recuperó el diseño de equipo que había ofrecido buenas prestaciones en La Plata frente a Gimnasia, acumuló gente en la mitad de la cancha y el Rojo tuvo un andar más prolijo, menos deshilachado.
Sumar delanteros puede ser un buen negocio si se trata de jugadores determinantes, pero no es el caso en el actual Independiente, y por eso parece más sensato hacer pie en la zona de volantes. Frente a adversarios con carencias similares a las del conjunto de Avellaneda, el 4-1-4-1 que se vio en el Madre de Ciudades (o 4-5-1, según como se quiera ver) aporta algunas ventajas evidentes al juego del equipo, aunque es verdad que la mayoría son defensivas: dificulta el progreso del rival, facilita la recuperación de la pelota y protege a una última línea que suele multiplicar errores cuando tiene que actuar a campo abierto. Del otro lado asegura mayores porcentajes de posesión, que es otra forma de evitar dolores de cabeza atrás, y si la seguidilla de pases lo permite, llegar con más gente al área contraria.
El primer tiempo fue un buen ejemplo de ese funcionamiento, que está muy lejos de ser lujoso pero a este Rojo de jerarquía escasa le resulta efectivo. A los 4 minutos, un centro de Lucas Besozzi desde la izquierda sobró a toda la zaga visitante y Rodrigo Rey detuvo abajo y sin rebote la volea de Ciro Rius. Fue la única noticia de ataque que se tuvo del Ferroviario en los 45 iniciales. Desde ese momento, la visita asumió el control y no lo soltó más.
Sin ser apabullante, ni mucho menos continuo, Independiente ganó la mitad de la cancha y supo crearle problemas a Matías Mansilla. A los 6, un rebote casual en Sebastián Valdez le tapó el grito de gol a Braian Martínez; de ese córner, un cabezazo de Patricio Ostachuk se fue apenas desviado; tres minutos más tarde, guapeó Sergio Ortiz por derecha, su centro se fue envenenando y obligó al manotazo salvador de Mansilla; y a los 17, una pirueta de Martín Sarrafiore para rematar un pase de su tocayo Cauteruccio salió cerca del travesaño.
Por un buen rato, luego de esa racha de ocasiones, el dominio del Rojo se quedó solo en tener más la pelota y no pasar sustos, hasta que a los 40 Ortiz recuperó, Baltasar Barcia lanzó el centro, pifió Cauteruccio pero por detrás apareció solo Braian Martínez, para controlar, definir arriba y plasmar en la chapa la superioridad en el juego.
Lo mejor del partido
En el segundo tiempo, sumó delanteros y volantes ofensivos Leonardo Madelón sin encontrar más respuestas que algún desborde de Besozzi. Empujó sin lucidez el equipo santiagueño, creó alguna duda en el fondo visitante con el único argumento de meter la pelota en el área de Rey, pero las más claras siguieron siendo de Independiente, sobre todo una de Barcia a los 18. El uruguayo recibió un gran pase de Martínez por el medio, corrió en soledad 20 metros y se le apagó la luz frente al achique de Mansilla.
Tan flojo fue lo Central Córdoba que, por una vez, ni siquiera debió sufrir el Rojo para sostener el resultado. Volvió a ganar por fin Independiente fuera de Avellaneda, mantuvo su costumbre de alternar rendimientos aceptables y decepcionantes. Esta vez la moneda le cayó de cara y el Ruso Zielinski podrá vivir una semana alejado del revólver.