Boca se mueve en la ambigüedad, tiene dos caras, y la mejor siempre la muestra en la Bombonera
Le ganó 1-0 a Huracán con un gol de Luis Vázquez; desde que llegó Almirón obtuvo 25 de 30 puntos de local
En esta etapa de transición, Boca se cruzó con un rival que poco lo podía complicar, que anda con la espalda doblada y el ánimo destrozado. Huracán sigue cayendo, no encuentra el piso. Acumuló la sexta derrota en los últimos siete partidos, y solo convirtió un gol en los nueve precedentes. Otro cambio de entrenador (Diego Martínez por Sebastián Battaglia) y la reacción no llega. La postergación se acentúa tanto que está en puesto de descenso por la tabla anual. Lejos de la bronca de sus hinchas en el Tomás Ducó, en la Bombonera tampoco se liberó de tensiones.
Lo mejor del partido
Lo mejorcito del Boca de Almirón se ve en la Bombonera, donde el ciclo del entrenador rescató 25 de 30 puntos entre la Liga Profesional y la Copa Libertadores, con la única derrota ante Estudiantes, en la presentación del entrenador como local. Empujado por su gente, el equipo se activa, arma algunas buenas jugadas, se iluminan momentáneamente un par de individualidades. No es mucho, pero tampoco necesitaba demasiado más para establecer una diferencia con este alicaído Huracán.
Un Boca volcado sobre la izquierda para atacar, sustentado en la sociedad entre Fabra y Barco. Una búsqueda que lo dejó asimétrico, porque Merentiel quedaba aislado como wing derecho, entraba muy poco en juego. Su zona de preferencia era para Vázquez, que a los 8 minutos tuvo una clara situación de gol con una definición frente al arco que tapó Chaves; había sido asistido por Barco, que con la gambeta le daba dolores de cabeza a Soto y también obligaba a que retrocediera Gauto para auxiliar a su compañero.
El juvenil levantaba a las tribunas con su atrevimiento. Encaraba, picaba al vacío, metía pases. Fue uno de los pocos que se acordó de Merentiel con un envío cruzado, pero el uruguayo remató a la tribuna. Huracán ponía piernas y despliegue, no renunciaba al contraataque con aperturas a los costados, aunque no podía ejecutar la parte del plan que contemplaba explotar con Gauto la espalda de Fabra porque el juvenil del Sub 20 debía plegarse a tareas de recuperación.
El partido quedaba planteado entre la iniciativa de Boca y las réplicas de Huracán. Sin ser un dechado de virtudes, el desarrollo era entretenido, con buen ritmo. Ambas defensas no eran una garantía en la cobertura de espacios. Cristian Medina era menos influyente que en partidos anteriores en la Bombonera y de Pol Fernández solo había chispazos. Boca era Barco-dependiente en el primer tiempo, protagonista de una acción en la que los xeneizes reclamaron penal por una barrida de Hezze, que toca primero la pelota y después golpea al defensor. El árbitro Ramírez hizo seguir y el VAR ratificó su decisión.
Estaba latente la posibilidad de que algún desajuste abriera el camino al gol. Lo cometió Huracán en un córner a favor, con una pelota que salió del área local y Godoy, con un cabezazo, no hizo más que habilitar la corrida de 50 metros de Fabra. La definición del colombiano, tras rozar en un pie de Chaves, dio en un poste; el rebote lo tomó Barco, con un zurdazo que ahora sacudía el travesaño y picaba sobre la línea. Boca ahogaba el grito de gol y se lamentaba con la vista clavada al cielo.
Huracán quiso sorprender en el comienzo del segundo tiempo con un par de pelotazos cruzados que a Boca le costaba neutralizar. La sensación predominante era que las intenciones de los dos equipos se quedaban a mitad de camino, pesaban más los defectos que las virtudes. Barco pecaba un poco de individualista y dejaba de ver a compañeros mejor ubicados.
El mal momento de Huracán lo expone en su fragilidad. Un cambio de ritmo de Medina por el eje central abrió un agujero que tampoco taparon los zagueros cuando salió el pase para Vázquez, que resolvió muy bien sobre la salida de Chaves. Un estímulo para Vázquez, que venía atravesando por una larga sequía, cortada en la Copa Libertadores con un par de goles a Monagas, y este primer tanto en 12 presencias por la Liga Profesional. Antes de ser sustituido por Benedetto, Vázquez tuvo el segundo –buena asistencia de Ezequiel Fernández-, pero Chaves le ganó el duelo. “Venía de una mala racha, nada que no se pueda arreglar con trabajo y tranquilidad. Fuimos dominantes, nos faltó un poco más en la definición”, expresó Vázquez tras el final.
Para Almirón, su equipo se va encarrilando: “Estoy conforme, tuvimos momentos de gran fútbol. Los volantes hicieron un partidazo, manejaron el partido. Lo intentan siempre, aunque a veces se toman malas decisiones. Los chicos vienen jugando muy bien, Barco esta mejorando, Medina viene muy bien, lo de Varela hoy fue muy bueno. También fue importante mantener el cero en nuestro arco por segundo partido seguido. Nos faltan jugadores, pero se van integrando de a poco los lesionados”.
Boca, en su inestabilidad, pasó por un sofocón final. Igual, su triunfo fue merecido, aunque no respondió todas las conjeturas sobre su rumbo.