Benjamín Rollheiser pasó de las dificultades en River y los silbidos en el Monumental a un gran presente en Estudiantes
El delantero no fue bien recibido en River, el club donde debutó en primera, pero es la referencia ofensiva del Pincha
Resulta que el hincha del club de Núñez guarda un fuerte rencor hacia Rollheiser, que pasó un corto tiempo en las inferiores de su actual equipo pero que, en mayor medida, es producto riverplatense. Considerado como una gran promesa por Marcelo Gallardo desde muy temprano en su carrera, al punto en que en 2018 lo integró en una pretemporada con el primer equipo con tan solo 17 años, el zurdo de Coronel Suárez despuntó jugando a pierna natural en la Séptima de River hasta saltar directamente a la Reserva en 2016, e incluso fue sparring de la selección argentina en el inicio del ciclo de Jorge Sampaoli.
Sin embargo, a pesar de la ilusión que generaba su ascenso, ya para mediados de 2019 comenzaron los conflictos con el club por la posibilidad de marcharse libre al fútbol italiano, incluyendo acusaciones cruzadas con su representante, Luis Roldán. Hubiera sido un golpe brutal para las finanzas de River, ya que pedía pista en Primera y el Muñeco lo tenía en cuenta para el futuro. Al final, Rollheiser estampó la firma y rubricó un convenio hasta junio de 2022 y fue recompensado con su debut profesional, en julio de ese año contra Gimnasia de Mendoza, por Copa Argentina.
Aquella renovación prometía que Gallardo podría contar con un talento desequilibrante para su equipo, pero las cosas no se dieron como esperaba. Las oportunidades llegaron a cuentagotas para el delantero, y en febrero de 2020 sufrió una rotura de ligamentos de la rodilla izquierda que frenó en seco su desarrollo. Su regreso fue muy paulatino, pero cuando finalmente parecía que se estaba ganando un lugar en el conjunto Millonario que ganaría la Liga Profesional 2021, un desgarro lo dejó afuera de los últimos partidos de aquel torneo.
Para enero de 2022, con seis meses restantes en su contrato, Rollheiser pidió una mejora salarial acorde a su tiempo de juego, pero jamás llegó a un acuerdo y, junto a Fabrizio Angileri, quedó relegado hasta quedar libre en junio. Pero lejos de tener destino europeo, se terminó quedando en el fútbol argentino, firmando con Estudiantes.
En efecto, bajo la conducción de Eduardo Domínguez, Rollheiser se convirtió en la principal arma de ataque en la versión 2023 del Pincha a partir de su desequilibrio y su técnica, que lo llevaron a registrar 6 goles y 5 asistencias en 32 encuentros antes de hacer su segundo regreso al Monumental. Allí, el hincha Millonario no perdonó las idas y vueltas que generó su saga, y cuando su nombre fue anunciado por los altoparlantes del estadio, fue recibido con una sonora silbatina de repudio.
Rollheiser se refirió al rol del DT Eduardo Domínguez y contó “llegó en un momento difícil pero confió en los jugadores, se apoyó en los más grandes que siempre están para sostenernos. EL mensaje es claro, se trabaja en un buen clima, los resultados acompañan y eso hace todo más fácil”.
Pero por suerte para el extremo, no tuvo el más mínimo inconveniente en dejar esa complicada noche atrás y seguir con su excelente estado de forma, en una goleada por 4-0 ante Belgrano en donde encapsuló todo lo que le puede dar a su equipo. Abrió la cuenta a los 12 minutos con un brillante gol olímpico, aunque con mucha responsabilidad del arquero rival Nahuel Losada.
Ocho minutos más tarde, tras una buena combinación de Santiago Ascacibar y Leonardo Godoy, el arquero de Belgrano interrumpió un centro del lateral, pero la pelota quedó en los pies de Rollheiser, que la empujó para castigar de nuevo el error y duplicar la ventaja de su equipo. Y otra ejecución de un córner generó el tercero de los cuatro, por parte de Mauro Méndez de cabeza.
El gran partido de Rollheiser contra Belgrano
Al término de aquel duelo, Rollheiser hizo una pequeña reflexión sobre su presente en Estudiantes, en el que remarcó el apoyo y el buen ambiente que generan los que hoy lo acompañan: “Gracias a Dios me dieron la confianza desde que llegué. Entre los técnicos que pasaron y los chicos se armó un grupo muy bueno, de muy buena gente. Cuando eso está bien, en lo personal se hace más fácil”, dijo tras el partido. Domínguez y el Pincha le otorgaron la libertad y los minutos que un River de mucha competencia interna no pudo darle, y a los 23 años espera dar el siguiente paso cuanto antes.