‘Batman: Catwoman’. La gran historia de amor y desamor de Batman

Tom King pone un buen broche, quizá no el mejor ni el que esperaban los lectores, a una de las etapas más importantes del vigilante.

Roberto Hernández
MS
En los 83 años de historia de Batman, Tom King ha sido uno de los más importantes guionistas que ha tenido el vigilante. Por encima de nombre ilustres del noveno arte, su etapa al frente de la colección regular ha tenido un enorme impacto. El exagente de la CIA prometió a sus lectores cuando se hizo cargo del personaje, allá por 2016 en sustitución Scott Snyder, que durante 100 números desarrollaría un arco argumental gigantesco, pero su obra magna quedó inconclusa cuando con apenas 85 y 3 especiales números interrumpió de manera abrupta su trabajo justificando la espantada con una colaboración para una serie de televisión.

Lo cierto es que durante mucho tiempo había forjado una trama que tenía en su epicentro a Batman y Catwoman, que empujaba a ambos personajes en una misma dirección. Así que DC le ofreció la oportunidad de una miniserie de 12 números, en su día salió en grapa, en la que pusiera el ‘The end’ a la historia de amor entre los dos vigilantes.

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Una estructura compleja

Uno de los grandes aciertos de la obra es que los focos se los lleva Selina Kyle, dejando a Batman en un papel secundario, reconstruyendo su relación desde la perspectiva de la ladrona. Además, utiliza una narración simultánea en tres líneas temporales, que un su día debió ser complicada de seguir en entregas separadas, pero en que un tomo funciona a las mil maravillas. Una primera trama se centra en los orígenes de la relación, donde el Joker, amigo personal de Catwoman es el acelerador del relato. Sus conversaciones, que funcionan a modo de diván del psicólogo, ofrecen un retrato bastante complejo de ella.

Una segunda línea se construye entorno una antigua novia de Bruce y enemiga del Joker. Aquí Tom King tira de hemeroteca y recupera como eje de su historia a Andrea Beaumount, un personaje sacado de una película de animación de 1993 con guion de Paul Dini y que tenía a Mark Hamill como el Joker. La pareja Selina-Bruce atraviesa una crisis debido a las obligaciones de Batman están por encima de todo.

Y en la última retrata a una Selina anciana, con Batman ya fallecido, y en la que los antiguos villanos son unos jubilados. Lo más interesante de este arco y que destila más verdad es la relación que mantiene con la hija que tuvo con Bruce, Helena Wayne. Tom King se salta ciertos hitos históricos en la vida del murciélago para componer un nuevo cuadro más acorde con las intenciones que pretende plasmar. Un maduro Dick Grayson también entra en escena como comisario de Gotham. Tiene el deber de meter entre rejas al asesino del Joker: Catwoman.

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Los extremos se atraen

Si la relación entre Batman y Catwoman funciona gracias a sus enormes diferencias, lo mismo puede decirse del dibujo de esta historia que recae en dos artistas con estilos diametralmente opuestos, aunque lo curioso es que la química con el guion funciona muy bien en ambos casos. Clay Mann es el gusto por el detalle, con un estilo clásico de trazo fino y cuyas escenas de romance destilan erotismo. Por el contrario, Sharp es más experimental en su propuesta combinando viñetas clásicas con otras que rozan el arte abstracto. Sus composiciones son más agresivas lo que favorece que sus páginas tengan un alto impacto visual en su conjunto. El choque de estilos resulta interesante, aunque no ayuda a dar coherencia a un relato que ya de por sí exige ser leído con cierta atención por sus continuos saltos en el tiempo.

No es una historia romántica

Si durante mucho tiempo Tom King fue hilvanando poco a poco un tapiz en el que se dibujaba la relación de Selina y Bruce, esta historia tiene poco de romántica. Es una crónica áspera sobre la venganza, la pérdida y el gran villano que es el paso del tiempo. El guionista es capaz de llegar a diseccionar los sentimientos más profundos de sus personajes y dejarlos a la vista de todos para descubrir que las vidas a ambos lados de la ley se rigen por unas leyes muy parecidas.

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Conclusión

‘Batman Catwoman’ pone un buen broche, quizá no el mejor ni el que esperaban los lectores, a una de las etapas más importantes del vigilante. Tom King, que es un maestro a la hora de contar historias y de dar una dimensión trascendente a casi todos sus personajes, se gusta con una narración multitemporal en la que todo el peso recae sobre una Selina y que coloca a Bruce Wayne en posición de secundario de lujo.

Junto a los extras de rigor hay varias historias independientes y centradas en la pareja en las que Tom King trabaja junto a grandes dibujantes del medio: Walter Simonson, Lee Weeks, Mitch Gerads…

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