Batalla jurídica por Mbappé

Tanto el PSG como el jugador van a intentar exprimir al máximo la literalidad del contrato para sacar beneficio propio. La prima de fidelidad, la clave.

Andrés Onrubia
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El contrato que firmó Kylian Mbappé en mayo de 2022 fue, sin lugar a dudas, el más importante de la historia del deporte. Después de varios meses de intensas negociaciones, el PSG consiguió persuadir al delantero francés, que estampó su firma en un contrato de dos temporadas con opción a otra opcional que podría desaparecer en las próximas semanas en el caso de que se materialice su venta.

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La operación engloba distintas aristas que no pueden obviarse para analizar la complejidad de la misma. Mbappé percibe un salario de 72 millones de euros por temporada, tiene que recibir 60 millones de un bonus por firmar de 180 millones que se fraccionó en tres cuotas y todavía tiene que recibir una prima de fidelidad de 80 millones, 70 el año pasado y 90 si sigue el próximo año, cuya mitad se le abonará el próximo 31 de julio.

El jugador tiene la sartén por el mango, porque nadie le puede obligar a salir a pesar de que el PSG le ha descartado de la gira por Japón y porque entiende que en ningún momento ha manifestado su intención de salir, por lo que todas las primas del contrato le corresponden. Si atendemos a la literalidad de su contrato, tanto el entorno como el jugador entienden que aun saliendo vendido en verano, al haber declarado que quiere cumplir el último año de contrato, esa prima de fidelidad, 80 millones este año, no puede ser eliminada.

El PSG ya está trabajando y analizando los puntos del contrato de Mbappé para intentar salir victorioso de un combate en el que parte con una desventaja considerable. El club considera que el delantero, al enviar la carta el pasado 13 de junio afirmando que no iba a renovar, ya estaba manifestando su intención de no seguir en París, por lo que exprimirá todas las opciones para intentar ahorrarse 80 millones de euros.

El crack de Bondy tiene todas las de ganar, porque en ningún momento, tampoco lo hará a lo largo de todo el verano, ha reconocido que quiera dejar el PSG durante el presente mercado estival. Simplemente se ha limitado a no ejecutar una cláusula unilateral de su contrato para no renovar hasta 2025 y la prima de fidelidad le corresponde al querer seguir un año más en París. El culebrón podría desembocar en un litigio jurídico entre ambas partes por cifras jamás contempladas en otro contrato en la historia del fútbol.

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