River está encendido: ilumina con luces altas hacia el título de la Liga Profesional

Con un muy buen rendimiento, venció por 1-0 a Defensa y Justicia en los 63 minutos que restaban del partido suspendido; sacó siete puntos de ventaja, cuando restan 21 por disputar

No son sólo los números, los cálculos. River es el que más partidos ganó (15 de 20) y más goles anotó (35). Además, importan el fútbol, el rendimiento. Y en esos ítems, River también tiene buena pinta, saca una ventaja sobre el resto en imagen y sensaciones. Le ganó por 1-0 a Defensa y Justicia, que no sólo llegaba con una actualidad más que promisoria (una sola derrota en los 13 cotejos anteriores), sino que además la estadística histórica en el Monumental lo favorecía: había sacado más puntos (siete) que el rival (cuatro) en cuatro cotejos.

Lucas Beltrán cubre la pelota ante la marca de Nazareno Colombo.
Lucas Beltrán cubre la pelota ante la marca de Nazareno Colombo.LA NACION/Manuel Cortina

Este River va sumando nuevos preferidos entre los hinchas, que por primera vez corearon “Aliendro, Aliendro…”. Más que merecido para un volante que hace de todo. Y casi todo bien. “Fue algo único, inesperado. Superfeliz por el afecto de la gente”, expresó el volante que llegó de Colón. Y eso que aclaró que el de volante central no es su puesto natural –está reemplazando a Enzo Pérez–, que está aprendiendo. Lo hace de manera acelerada y aprobando los exámenes.

“Venimos con un envión importante en lo anímico”, comentó Pablo Solari tras el final. La acelerada fue gestándose durante el torneo, pero sin dudas River puso la quinta velocidad con el estímulo que representó el triunfo ante Fluminense por la Copa Libertadores.

Dos equipos diseñados para la búsqueda directa desde el arranque, sin espacio para la especulación. Pelota viva, de manera sostenida. Con poca lateralización en los pases. La verticalidad como premisa. En menos de 10 minutos ya se contabilizaban varias llegadas, incluida una definición de Nacho Fernández en un poste. Defensa y Justicia también exigía con su movilidad y descargas rápidas. Es un equipo que juega sin complejos y tiene muy en claro su libreto. River no se podía descuidar. Armani tuvo que esforzarse por un despeje apurado de Herrera que poco no fue gol en contra. Ida y vuelta, sin pausas.

Lo más destacado de River 1 vs. Defensa y Justicia 0

Nacho Fernández se ubicaba de enganche, con una doble función. La primera, obviamente, llegar desde zonas intermedias a posición de definición. Lo hizo en varias ocasiones, sin poder ajustar el último remate. Y la otra misión del N° 10 era tapar a Kevin Gutiérrez, el volante central visitante que suele ser salida y marca los tiempos.

River estaba ágil, fluía, sin desconocer que Defensa lo podía comprometer. Beltrán seguía en su estado de delantero agresivo, amenazante. Definió con clase sobre la salida de Unsain, pero el cierre de Soto evitó el gol. River atacaba por oleadas, por momentos parecía que iba a desbordar al Halcón. A partir de los 15 minutos, el dominio local se acentuó, el control de la pelota ya no se dividió. Unsain sacó un remate a quemarropa de Barco y Nacho Fernández no pudo aprovechar el rebote. River carburaba bien, le faltaba afinación dentro del área.

Desahogo de De la Cruz en el festejo de su gol; lo siguen Esequiel Barco y Beltrán.
Desahogo de De la Cruz en el festejo de su gol; lo siguen Esequiel Barco y Beltrán.LA NACION/Manuel Cortina

Pero el conjunto de Vaccari no plegó velas, confió en su fútbol. La ambición y desenvoltura forman parte de su estilo. Un disparo combado a un ángulo provocó una atajada del mejor Armani. Si el primer tiempo de por sí ya era corto (32 minutos), el desarrollo entretenido lo convirtió en un suspiro. Se pasó volando entre la superioridad de River y los arrestos de Defensa. Dieron la clase de partido que se esperaba.

River, a diferencia de lo ocurrido contra Banfield en la semana, cuando tuvo una alta eficacia para aprovechar los avances, esta vez generó más de lo que concretó. Cuando no le faltó puntería, el rival salvó in extremis. El gol se le resistía. En unos pocos días, la ecuación se invertía. En realidad, esta versión de River es la más habitual: convierte en una proporción inferior a lo que genera.

Por el lado defensivo, con integrantes que jugaban juntos por primera vez por la convocatoria de Robert Rojas a Paraguay, los sofocones no habían sido tantos, teniendo en cuenta que los intentos de Defensa no eran para subestimar. Con Enzo Pérez y Enzo Díaz preservados para completar la recuperación de las lesiones, esta vez Martín Demichelis eligió un 4-3-1-2, con un rombo en el medio: Aliendro en el vértice bajo, De la Cruz y Barco más abiertos, y Nacho más cerca de Solari y Beltrán.

Martín Demichelis, sonriente por el presente de River entre la Copa Libertadores y la Liga Profesional.
Martín Demichelis, sonriente por el presente de River entre la Copa Libertadores y la Liga Profesional.LA NACION/Manuel Cortina

Nacho Fernández siguió peleado con el arco en el comienzo de la segunda etapa. Dentro del área, sin marcas encima, remató demasiado alto. El encuentro siguió por los mismos carriles, con alguna estocada de Defensa que pudo ser más peligrosa de no mediar un oportuno cierre de Herrera.

Barco no se cansaba de gambetear, lo hacía hasta en espacios reducidos, rodeado por adversarios. River subía revoluciones, hasta Paulo Díaz saltaba a campo rival para anticipar. El gol que más de una vez tuvo Nacho Fernández, lo hizo De la Cruz, que con un zurdazo hizo bueno un centro atrás de Solari. Pudo aumentar River con Barco. Fue 1-0, ajustado, debió ser más amplio. En poco más de una hora de juego, River fue un líder puntual. Está encendido, ilumina con luces altas hacia el título.


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